viernes, 30 de mayo de 2014

EDGAR DEGAS

EDGAR DEGAS


Edmondo y Thérèse Morbilli


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1865 h.
Museo:Museo de Boston
Características:116 ´5 x 88 ´3 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La hermana de Degas, Thérèse, y su marido Edmondo son los protagonistas de este retrato, en el que se pone de manifiesto la diferencia entre ambos a pesar de estar casados. Su matrimonio se produjo aun siendo primos, valiéndose de una bula papal para llevarlo a cabo. Thérèse era la hermana favorita de Degas y de la que más retratos realizó. Quizá por eso nos muestre con cierto rencor a quien se ha llevado a su modelo. El artista se ha centrado en las dos figuras, haciéndonos olvidar del resto del escenario. Para ello ha recurrido a colores apagados para el fondo, olvidándose de mostrarnos los detalles del cortinaje y de la tela que cubre la mesa. Así, los rostros y las manos de Edmondo y Thérèse son nuestros centros de atención. El marido se sitúa en primer plano, en una postura rígida al sentarse en una silla y acodarse en ella y en la mesa de la izquierda. Sus manos son grandes y rugosas, en sintonía con el rostro aburrido y dominante. Por el contrario, Thérèse muestra su delicada piel, atrapándonos con su mirada penetrante y directa. Su gesto - llevándose la mano derecha a la cara - el rostro ovalado y el cabello recogido atrás con raya al medio recuerdan a los retratos de Ingres, que tanto atraían a la sociedad parisina en aquellos momentos. Algunos especialistas piensan que el apoyar la mano izquierda en el hombro de su esposo se considera como una actitud de dependencia hacia él, sometiéndose por entero a su voluntad. Las frías tonalidades empleadas contrastan con la brillantez de las carnaciones. La luz ilumina especialmente a Edmondo, mientras que Thérèse queda en una zona de semipenumbra que le otorga mayor belleza. La pincelada es bastante suelta en algunas zonas como en la pared o los adornos del vestido femenino, mientras que se aprecia un delicado dibujo en las manos y rostros. La influencia de la fotografía también está aquí presente al cortar la pierna y el brazo izquierdo de su cuñado.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1602.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias


Bañista secándose


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1895 h.
Museo:Colección Particular
Características:52 x 52 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo De las numerosas figuras de bañistas que realizó Degas a lo largo de su dilatada carrera ninguna muestra su rostro para reforzar quizá la sensación de intimidad que se crea en el ambiente. En este caso la joven tapa su cara al alzar su brazo izquierdo para secarse la axila. De esta forma crea un pronunciado escorzo, muy del gusto del artista. El volumen de la figura domina un conjunto de delicada belleza.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2133.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias




Mujer poniéndose una bata


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1895-98
Museo:Fogg Art Museum
Características:70 x 57 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Dentro de la serie de bañistas pintadas por Degas, algunas de ellas - como ésta que aquí contemplamos - tienen una carga erótica mayor que sus compañeras, lo que ha sido interpretado por algún crítico como una muestra del empleo de prostitutas para realizar estas bellas imágenes. Sin embargo, más bien habría que decir que el pintor realizaría un delicado homenaje a la belleza femenina, tratándola en su más absoluta intimidad. El hecho de tratarse de pasteles refuerza esta opinión ya que esta técnica es mucho más elitista que el óleo, muy popularizado en estos momentos. La mujer aparece de espaldas, como buena parte de sus compañeras, en el momento de ponerse una bata de colores claros, aumentando la alegría del conjunto. Sólo el rojo de su cabello contrasta con esa viva tonalidad reinante. Los contornos de la figura están suavemente trazados, contrastando con la factura suelta que se adueña de la composición. Degas parece mostrar a su modelo desde el punto de vista de un "voyeur", reforzando de esta manera el intimismo de la escena. En el fondo se colocan los vestidos de la joven, cuya anatomía está perfectamente estudiada e iluminada por un fuerte foco de luz procedente de la derecha, creando sombras coloreadas muy del gusto de impresionistas como Monet, Renoir o Pissarro. En este tipo de escenas, Degas se sitúa muy en relación con las pintoras del grupo, Berthe Morisot, Eva Gonzàles o Mary Cassatt.
Director de la colección: Luis Sanguino Arias
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1674.htm

Joven secándose la nuca


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1895 h.
Museo:Museo de Orsay
Características:62´2 x 65 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Es una de las escenas de baño más delicadas de las pintadas por Degas, en la que aparece una joven sentada en el borde de su bañera mientras que se seca la nuca con una pequeña toalla blanca. Su ropa se coloca sobre el sillón de la derecha mientras al fondo se intuye la decoración de la pared. Las líneas verticales organizan una composición en la que la la luz penetra por la izquierda y muestra con toda su sensualidad el cuerpo desnudo de la joven.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2131.htm





http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1654.htm
Planchadora


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1890 h.
Museo:Walker Art Gallery, Liverpool
Características:80 x 63´5 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo En la década de los 90 Degas vuelve a retomar la temática de las planchadoras para protagonizar sus lienzos. De esta manera enlaza de nuevo con el Realismo de Courbet o Daumier al abandonar sus escenas intimistas y presentarnos la realidad del duro trabajo de estas mujeres. La planchadora aparece en primer plano, en una zona de sombra por lo que resulta totalmente no identificable. Se afana en quitar las arrugas a una gruesa tela, similar a un brocado, sobre un planchador. Al fondo se abre una puerta con dos hojas por la que penetra la escasa luz que ilumina la estancia, obteniéndose un especial contraste lumínico entre el fondo y el primer plano. El planchador forma un ángulo de 90 grados con la mesa, igual que ocurría en La absenta, siendo similar la organización de elementos rectangulares en el fondo en ambas imágenes. También aquí emplea una doble perspectiva: frontal para la figura y alzada para el planchador, anticipándose a Picasso. Los tonos oscuros dominan la composición, destacando la tonalidad del visillo blanco al ser iluminado por una luz de atardecer. Los marrones, azules y naranjas contrastan con este tono y con el blanco "sucio" de la pared. Comparada con Mujeres planchando, resulta sorprendente la tristeza que embarga a esta mujer, a la que hemos sorprendido en su duro trabajo.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1644.htm




En la sombrerería


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1882
Museo:Metropolitan Museum
Características:75´6 x 85´7 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Junto a las planchadoras, otra de las escenas favoritas de Degas en la década de los 80 serán las que tienen relación con las sombrererías, realizando así un retrato de las damas de la burguesía, en claro contraste con las trabajadoras. De esta manera ofrece diferentes imágenes del amplio espectro social femenino de fines del siglo XIX. Las burguesas, ataviadas con sus abrigos y con sus elegantes ropas, acuden a la sombrerería para abandonar su tediosa vida, de la cual pasaban una gran cantidad de tiempo en sus casas. Mary Cassatt, la pintora que trabajó un tiempo con Degas, es la modelo de esta escena. Se prueba con aire de seguridad un nuevo modelo de sombrero mientras se contempla en el espejo. Tras él observamos a la sombrerera, que sujeta dos modelos más para que la dama realice tranquilamente su elección. Al fondo se encuentra la pared del establecimiento, decorada en la zona baja con una blanca cenefa. El tono claro de esta pared contrasta con la oscuridad de los vestidos y del espejo, jugando así con unos contrastes muy queridos por Degas y también utilizados asiduamente por Manet. Las vivas tonalidades de los sombreros ayudan a reforzar dicho contraste. El gesto de Mary muestra la capacidad del pintor para realizar retratos - Edmond Duranty o Madame Camus, por citar dos ejemplos - en los que recoge a sus amigos o familiares. Aquí se aprecia el perfecto toque de dibujo del que hace gala siempre el pintor, aunque muchas veces se diluya debido a la pincelada suelta empleada.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1644.htm

Mercado de algodón


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1873
Museo:Museo de BB. AA. de Pau
Características:73 x 92 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La familia de la madre de Degas, Célestine Musson, residía en Nueva Orleans donde se dedicaba al comercio del algodón. El pintor quiso viajar a Estados Unidos para conocer a esta rama familiar y marchó hacia allí, acompañado de sus hermanos René y Achille, en 1872. Entre octubre de ese año y marzo del siguiente permanecieron en América; allí realizaría esta maravillosa escena en la que muestra una oficina de compraventa de algodón. Concretamente tomó como punto de referencia la de su tío materno, Michel Musson, el hombre que aparece en primer plano comprobando la calidad de la partida de algodón que acaba de llegar y que se coloca sobre la mesa. Tras él, sentado en una silla y leyendo un periódico local encontramos a René Degas mientras que Achille se apoya en el marco de una de las ventanas del fondo, cruzando las piernas en actitud de espera. El resto de los trabajadores se reparten por el espacio pictórico de una manera muy organizada, pensando mucho la composición y sin dejar nada al azar. Degas ha querido mostrar la frenética actividad de una oficina de algodón, como si abriésemos una de las puertas pero nadie pudiese vernos. Desde una de las esquinas de la sala, en una perfecta perspectiva al elevar el suelo a medida que avanzamos, nos introduce en la escena al situar a su tío, con las piernas truncadas en el plano del espectador, al igual que la papelera. Interesado por los contrastes cromáticos recurre al blanco, al negro y al siena, como también hacía Manet. En cuanto a la luz, penetra un fuerte haz por la izquierda, que ilumina el algodón y ensombrece la oficina a medida que nos adentramos en ella. Otra ventana al fondo deja ver un ligero reflejo lumínico muy atractivo. La obra está relacionada con las pinturas de género que se realizaban en la Inglaterra victoriana más que con la temática impresionista; quizá se deba al deseo de satisfacer a su familia americana o para venderlo a un fabricante de hilados. Expuesto en la muestra impresionista de 1875 llamó mucho la atención de los asistentes, en especial de Émile Zola. Posteriormente, fue vendido al Museo de Bellas Artes de Pau siendo así el primer cuadro de Degas que se exhibía en una colección pública, lo que causó mucha alegría al artista.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1617.htm


El barreño


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1886
Museo:Colección Particular
Características:70 x 70 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Una de las mayores preocupaciones de Degas sería el movimiento de la figura humana, por lo que realizó numerosos estudios en donde las modelos adoptaban posturas excesivamente escorzadas. Algunas de esas poses fueron fotografiadas por el pintor para evitar la tensión que estaba provocando a sus modelos. Una de esas posturas escorzadas es la de esta imagen, perteneciente a la serie de mujeres en el baño realizadas por Degas entre 1885 y 1886 y expuesta en la muestra impresionista de 1886. La acompañarían el Baño de la mañana y Mujer bañándose en un barreño, entre otras. La joven se agacha para coger la esponja en un escorzo que recuerda imágenes de Rubens. La posición de sus pies e incluso la manera de alargar el brazo recuerda a las bailarinas que tanto atraían a Degas. En la zona del fondo se aprecia una ventana con visillos blancos por la que penetra una fuerte luz solar, que ilumina toda la estancia y resbala por el bello cuerpo de la muchacha. Esta luz provoca una sombra coloreada, distribuida por toda la superficie, que pone en contacto al pintor con el grupo impresionista. Sin embargo, Degas era más partidario del dibujo que sus compañeros y en toda la serie ofrece un magnífico ejemplo de cómo compaginar el interés por el dibujo con los nuevos conceptos de luz y color. Gauguin sintió una especial atracción por las escenas de esta serie. El barreño es una de las más coloristas, con variadas tonalidades como el azul de las cortinas o el amarillo, rojo y verde para la alfombra, obtenida a base de pequeños toques de pincel. El color gris del barreño contrasta con las blancas toallas y sábanas, sin olvidar la carnación de la bella joven. El color rojo del cabello otorga una destacada nota cromática al conjunto; también es destacable la construcción geométrica, que organiza la composición con un círculo y un triángulo, incluidos dentro del espacio cuadrado del papel que sirve de soporte. Por último, resulta significativa la sensación de intimidad que ofrece la obra de Degas.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1652.htm

Mme. Théodore Gobillard


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1869
Museo:Metropolitan Museum
Características:48 x 30 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo La hermana de Berthe Morisot posará en varias ocasiones para Degas. Su nombre de pila era Yves Morisot, casada en 1866 con Théodore Gobillard, anciano oficial del Ejército que había perdido un brazo en la campaña de Méjico. Esta obra que aquí contemplamos es un estudio del retrato que también está en el Metropolitan Museum, resultando curiosamente más acabado el boceto que la obra definitiva. La mujer aparece de perfil - recordando los retratos del Quattrocento - con un gesto de tristeza quizá por su matrimonio. Su nariz respingona resalta gracias al perfecto dibujo con el que Degas ha trazado el rostro y los bucles del cabello, mientras que el fondo y el vestido están esbozados. Las tonalidades negras del traje contrastan con la claridad de la cabeza, destacando el volumen de la figura, inspirada en las obras de Ingres.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2021.htm


Director de la colección: Luis Sanguino Arias




Mendiga romana


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1857
Museo:Colección Particular
Características:100 x 74'9 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La atracción hacia la pintura italiana llevó a Degas a Roma, estancia que duraría dos años. En este tiempo realizó algunas obras en las que las protagonistas serían figuras reales que posaban en la Academia Francesa, ganándose así un pequeño sueldo. La atracción hacia la pintura de género vendría motivada por el descubrimiento de las obras de este tipo que habían hecho Velázquez, Ribera, Zurbarán y Murillo por parte de los realistas franceses, alcanzando estas obras del Barroco Español una elevada cotización. También existiría un deseo del joven pintor por mostrar una de las mujeres que vivían de la mendicidad en la Ciudad Eterna, mezclando de esta manera tradición y realismo. La figura se presenta apoyada en el quicio de una puerta, recortando su silueta sobre un fondo neutro. En primer plano contemplamos un tazón roto, una moneda y un mendrugo de pan, elementos que inspiran lástima al espectador, igual que el triste rostro de la mujer. El colorido empleado - marrones, ocres y sienas - es un claro homenaje a los maestros españoles, interesándose el joven pintor por mostrarnos los detalles del traje y de la pañoleta de la mujer. Sin duda, será el rostro la parte más interesante de la composición, indicándonos la buena disposición de Degas hacia los retratos en estos primeros años de su producción. Siendo la pincelada relativamente suelta en algunas zonas - el mendrugo de pan o la pared - resulta significativo el excelente dibujo del que hace gala el artista, obteniendo así un perfecto volumen en la figura
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1595.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias



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Madame Gobillard


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1869
Museo:Metropolitan Museum
Características:54´3 x 65´1 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Las hermanas Morisot eran hijas de un rico magistrado parisino y se habían propuesto pintar con mayor seriedad que el resto de las jóvenes de su clase social, que lo tomaban como un pasatiempo. Acudían con frecuencia a copiar al Louvre y se pusieron en contacto con el maestro Guichard - alumno de Delacroix e Ingres - que las remitió a Corot. De estas hermanas destacará Berthe, una de las más activas participantes del grupo impresionista y modelo favorita de Manet. Aquí vemos retratada a la hermana mayor, Yves Morisot, casada con M. Gobillard; Degas sentía una especial atracción por la belleza de esta mujer, realizando numerosos estudios de su rostro así como este óleo sin acabar. El pintor trabajó con exquisito cuidado en este retrato, empleando una diagonal para organizar la composición. La dama muestra su rostro de perfil - como su tía Laura y su prima Giulia en la Familia Bellelli - recortado sobre la pared y la ventana abierta que contemplamos al fondo. El fondo realizado a base de rectángulos también se relaciona con el retrato familiar antes citado, encontrándose una interesante afinidad con los retratos de los pintores del Barroco Holandés, especialmente los de Vermeer. La sintonía de tonalidades sienas dan una sensacional belleza al conjunto, destacando el contraste con los tonos verdes que contemplamos tras la ventana. Respecto a la manera de ejecutar la escena, resulta destacable el perfecto dibujo que muestra el artista, con unas líneas ágiles y precisas. La sensación de inacabado no sirvió para que resultara muy halagado por sus compañeros cuando fue expuesto en la muestra de los impresionistas del año 1876.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1608.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias





Entrada de las bailarinas


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1884
Museo:Colección Particular
Características:49 x 64´7 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Buena parte de las escenas de danza que realizó Degas nos muestran los ensayos - Ensayo del ballet en el escenario, por ejemplo - o las bambalinas. Esta imagen que contemplamos pertenece a ese segundo grupo de obras en las que el pintor se adentra en las entrañas de la representación. De esta manera podemos contemplar a dos bailarinas que han acabado de actuar, saliendo rápidamente del escenario mientras otras tantas - ataviadas con capas y con caretas para parecer pájaros - entran en escena, considerándose que estaríamos ante una representación de un episodio del primer acto de la ópera Don Giovanni de Mozart. Al fondo, entre la tramoya, se observa la silueta de uno de esos espectadores que estaban abonados a la Opera y que vigilaban de cerca a las bailarinas para cortejarlas y convertirlas en sus amantes. Las figuras se adueñan del espacio, provocando casi una sensación de agobio al no dejar ningún hueco libre. Igual que en una buena parte de sus cuadros iniciales - Mujer con crisantemos o Mlle. Fiocre - en esta obra la preocupación de Degas es el color, empleando una amplia cantidad de tonalidades, desde el rosa hasta el amarillo. La coloración marrón-grisacea del papel sobre el que trabaja le sirve para las zonas oscuras como se aprecia en los brazos de las dos jóvenes. Pero la gran novedad estaría en las tonalidades de las sombras ya que recurre a unos colores hasta ahora inéditos. Es el caso de las sombras del cuello de la bailarina vestida de verde - para las que utiliza el verde y el azul - o en el brazo de esta misma muchacha, también en tonos verdes. La sensación de realismo en la escena es espectacular, dando la impresión de que el espectador está presente en la tramoya del escenario.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1646.htm
 Director de la colección: Luis Sanguino Arias

Autorretrato con sombrero


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1857
Museo:Colección Particular
Características:26 x 19 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Los autorretratos que poseemos de Degas pertenecen a su juventud y siempre destacan por su aspecto triste, como bien observamos aquí. La figura se sitúa en primer plano, muy cercano al espectador, tocado con un sombrero que crea una zona de sombra en el rostro. Los ojos miran hacia el exterior con pena, dando la impresión de requerir nuestra ayuda. Resulta destacable el contraste entre la pincelada rápida y suelta de las ropas frente al minucioso dibujo del rostro, dibujo inspirado en Ingres como las obras realizadas en Roma -
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2002.htm
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Hélène Rouart en el estudio de su padre


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1886
Museo:National Gallery de Londres
Características:161 x 120 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La relación de Degas con la familia Rouart se remonta a la época escolar. Incluso Henri Rouart había participado con el pintor en la Guerra Franco-Prusiana y su amistad era muy estrecha, visitando la casa de Rouart todos los viernes para cenar. Hélène, la hija mayor, es la protagonista de esta escena donde se nos muestra la atracción de su padre por el coleccionismo, tanto de cuadros como de objetos antiguos y exóticos. Así la joven aparece apoyándose en un gran sillón vacío - en referencia al padre ausente en ese momento - rodeada de objetos artísticos. Junto a ella vemos un paisaje de Corot enmarcado; debajo se aprecia un dibujo de Millet; en la parte superior se sitúa un tapiz chino; y en la vitrina contemplamos una estatua egipcia. La figura de Hélène parece encajonada entre estos objetos, como si estuviera sobrecogida por la afición paterna. La tonalidad azul del vestido parece sacada de una obra de Corot que poseían los Rouart, mientras que para el sillón vacío se inspira en un retrato de Van Dyck que contempló Degas en Nápoles. Esto nos demuestra el apego a la tradición pictórica de Degas que siempre gustó de buscar influencias entre los grandes maestros. Al colocar a la dama entre rectángulos plantea problemas de perspectiva que tanto atraían la artista, jugando con los diferentes planos para resolver una excelente imagen. Respecto a los colores, Degas nos llama la atención con el azul del vestido, armonizándolo con otras tonalidades como el amarillo, el rojo o el marrón, recurriendo a contrastes o complementando ese tono azul predominante. Su factura es cada vez más rápida, empleando una pincelada suelta, a base de manchas que hacen si cabe más interesante la composición.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1649.htm
 director de la coleccion Luis Sanguino Arias



James Tissot


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1867-68
Museo:Metropolitan Museum
Características:151 x 112 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Degas será un gran retratista del mundo artístico con el que compartía ideas y espacios comunes. Entre sus amigos destaca el pintor James Tissot, al que contemplamos en su estudio rodeado de cuadros. Su actitud, con el bastón en la mano derecha y el abrigo y el sombrero sobre la mesa, indican una inminente salida del estudio para visitar los cafés y las "brasseries" donde se reunían los artistas. Las aficiones pictóricas de Tissot eran muy similares a las de Degas; los dos sentían especial atracción por los grabados japoneses, la pintura italiana del Quattrocento, el color de Whistler y los estudios académicos. También les llamaba la atención el Renacimiento alemán, especialmente Cranach, y el Barroco Centroeuropeo. Quizá por esto contemplemos junto al pintor una copia del retrato de Federico III de Cranach, que se conserva en el Louvre. Las demás pinturas que adornan la habitación también indican esas referencias, concretamente a Brueghel y a la pintura japonesa - el cuadro de la derecha y el que se sitúa sobre Tissot, respectivamente -. Algunos especialistas consideran que Degas aludiría con estos cuadros a la superficialidad de su amigo, considerándole un mero copista. De hecho, todos los críticos alaban la facilidad de Tissot para adaptarse a los diferentes estilos, obteniendo un indiscutible éxito en su momento que le permitió vender una importante cantidad de obras, llegando a triunfar en el Salón de París. La atención del artista se centra en el rostro del modelo, iluminado por un potente foco de luz. Ese maravilloso rostro contrasta con la oscuridad de los tonos de su traje, destacando la intensidad de su mirada. La pincelada empleada es muy suelta, especialmente en el pantalón, aunque ofrece muestras indiscutibles de preciosismo dibujista en el cuadro de Cranach o en las líneas maestras de la figura. Los tonos empleados son especialmente oscuros, animándolos con algunos toques de azul, blanco o rojo, obteniendo una obra de elevada calidad.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1605.htm

Familia Bellelli


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1858-60
Museo:Museo de Orsay
Características:200 x 250 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Cuando Degas se trasladó a Italia tenía como principal objetivo continuar su formación artística, contemplando y copiando las obras de los maestros del Renacimiento y del Barroco. Pero también había cierto aire sentimental en esa visita ya que su familia paterna era de origen italiano. En Florencia vivía su tía Laura con su familia, mientras que el abuelo habitaba en Nápoles. Precisamente cuando Degas llegó a Florencia, Laura había tenido que marchar a Nápoles para cuidar de su padre, que fallecería poco tiempo después. El pintor decidió emplear a los miembros de la familia de su tía para realizar su primera obra maestra. Las mujeres aparecen en la zona izquierda del lienzo, vestidas de riguroso luto por la muerte del abuelo. Precisamente, en la pared se contempla un dibujo a tiza roja en la que se vislumbra el rostro del finado, tradición ésta iniciada en el Renacimiento que Degas continúa, uniendo así modernidad y tradición. Los rostros de las féminas están perfectamente captados y muestran la capacidad como retratista del joven pintor. La tía Laura recorta su perfil sobre la pared; la prima Giulia, en una actitud similar a la de su madre; y la prima Giovanna, que mira hacia el espectador. Un suave foco de luz ilumina estas figuras, mostrando la cercanía del artista hacia los miembros de su familia. No sólo la luz une a las mujeres sino que apreciamos un contacto físico entre ellas: la mano de la madre posándose en el hombro de Giovanna y la fusión entre las faldas de Laura y Giulia. Insertadas en un triángulo, Degas muestra un marcado contraste entre los tonos blancos y negros de sus vestidos. En la zona de la derecha, semioculto por la oscuridad, aparece el padre de familia, Gennaro Bellelli, exiliado de Nápoles a Florencia por apoyar la causa de la unificación italiana. Su boda con Laura De Gas es fruto de uno de los numerosos matrimonios de conveniencia que se daban en la época, existiendo una total falta de cariño entre los cónyuges. La figura de Gennaro está de espaldas, sin establecer ningún contacto visual con las mujeres de su familia. Se sitúa ante la chimenea, sobre la que contemplamos un espejo, un reloj y un delicado candelabro; el espejo es empleado para dar mayor profundidad a la escena. Junto a él, contemplamos la cinta para llamar al servicio, el retrato del abuelo y la jamba de la puerta, en una organización vertical del espacio. Curiosamente, junto a la jamba se aprecia un débil rayo de luz que crea un interesante efecto de perspectiva. Algunos especialistas comparan esta escena con Las Meninas de Velázquez, entre otras cosas por el espejo. Pero será Ingres quien influya más en Degas a la hora de realizar esta escena. Durante la década de 1810 Ingres había realizado un buen número de retratos familiares relativamente similares a éste. Incluso el recurso de presentar diferentes acabados - refinado en las partes importantes y con mayor libertad en paredes y alfombra - es típico en este artista. Quizá se podría hablar también de cierta influencia de los retratos de grupo del Barroco holandés, entre los que destacan los de Rembrandt, cuya obra admiraba Degas. El artista no quiso improvisar con esta obra, realizando numerosos estudios preparatorios, algunos de ellos de los rostros de sus primas. La altísima calidad del dibujo de Degas se aprecia tanto en los bocetos como en la obra definitiva. Como no tuvo suficiente tiempo para acabarlo en Italia se lo llevó a París, enviándolo después a la familia Bellelli, en cuyo poder estuvo hasta 1900. Este año fue trasladado al estudio del pintor, donde permaneció hasta su muerte.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1597.htm


Emma Dobigny


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1869
Museo:Colección Particular
Características:30´5 x 16´5 cm.
Material:Oleo sobre tabla
Estilo:Impresionismo Emma Dobigny era una modelo que vivía pobremente en Montmartre, ganándose la vida posando para los jóvenes pintores. Quizá sea la modelo empleada por Degas en Malhumorados, destacando en este espléndido retrato por su belleza intimista. La figura aparece en primer plano, casi de perfil - como era habitual en el Quattrocento - con la mirada ausente y perdida. El rostro está perfectamente dibujado, consiguiendo la tersura de la piel, mientras que el vestido o el cabello dan muestra de una mayor soltura. El color azul ilumina el sonrosado rostro en el que destaca la tonalidad rojiza de los labios.



http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1626.htm
La absenta, En el café

Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1876
Museo:Museo de Orsay
Características:92 x 68 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo El Café de la Nouvelle-Athénes era el nuevo centro de reunión de Manet y los realistas tras abandonar el Café Guerbois. Éste es el lugar en el que se desarrolla una de las obras más conocidas de Degas, posando para la ocasión la actriz y modelo Ellen André y el grabador Marcel Desboutin. Ambos se sitúan tras una típica mesa de café y delante de los espejos que adornaban las paredes del local. Encima de las mesas encontramos una bandeja con la botella de absenta, la copa de licor y un vaso que contenía una bebida no alcohólica, según el testimonio de la protagonista. La mujer aparenta ser una prostituta de las muchas que había en aquellos momentos en París, llegadas del campo ante la promesa de trabajo y la esperanza de una vida mejor. Su afición por el alcohol sugiere la incorporación de la mujer a los vicios que hasta ahora eran exclusivos de los hombres. El gesto de desprecio y ausencia de la dama es una de las notas características de la pintura. Junto a ella contemplamos al hombre, indiferente ante la mujer que le acompaña, resultando difícil saber cuál es la relación existente entre ambos. Quizá sea una alusión a la desesperanza de esa nueva sociedad industrial que se está creando, totalmente individualista y despreocupada de los problemas de los demás. Lo que aparentemente parece una obra realizada de manera rápida y casi sin pensar resulta una escena sumamente estructurada. Las líneas verticales y diagonales organizan la composición, preocupándose por la profundidad al reflejar a las dos figuras en el espejo y situar las mesas en sucesivos planos. Los colores también han sido profundamente estudiados, con el ya tradicional contraste entre los tonos oscuros del traje de Marcel y los colores claros de la blusa y el sombrero de Ellen. De esta manera acentúa el contraste de ambas personalidades. La luz tiene un papel importante en esta imagen: resbala por los modelos y crea tibias sombras, distribuidas de manera acertada. Los reflejos de luz en el mármol y en los cristales se consiguen gracias a un ligero toque de color blanco. Precisamente la pincelada es bastante suelta, apreciándose los rápidos toques del pincel, sin olvidar la existencia de una destacable base de dibujo. La influencia de la estampa japonesa se aprecia en esta escena por la doble perspectiva utilizada; así, se ofrece una visión desde arriba para las mesas y frontal para las figuras. Haber cortado la rodilla y la pipa de Marcel muestra la influencia de la fotografía, siendo éste un rasgo de modernidad.


Fin de arabesco


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1880 h.
Museo:Museo de Orsay
Características:67´4 x 38 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Las frecuentes visitas de Degas al Teatro de la Opera para deleitarse con el espectáculo de la danza motivarán la realización de un numeroso grupo de imágenes protagonizadas por bailarinas o por la orquesta. De esta manera, el pintor nos ofrece una visión de la sociedad burguesa decimonónica, visión cargada de modernidad, entroncando directamente con las teorías impresionistas. Bien es cierto que Degas realizó todas estas escenas de memoria, tomando algunos bocetos in situ y recomponiendo dicha escena en su estudio, gracias a su fecunda imaginación. Sin embargo, el aspecto general de este grupo de obras es que el observador se encuentra contemplando la función, como un espectador más. El deseo de captar el movimiento de las jóvenes bailarinas ha motivado el marcado escorzo de esta figura, realizando un ejercicio para agradecer al público sus aplausos y sus obsequios florales. Degas se ha situado en uno de los palcos y desde allí nos ofrece el momento. La perspectiva alzada que caracteriza la escena es muy frecuente en el pintor, quien llegó a pensar en construir unas gradas en su estudio para poder obtener mejor estos efectos. Al fondo podemos contemplar un nutrido grupo de bailarinas en diferentes posturas, sirviendo como punto de fuga de la composición. Las tonalidades blancas se adueñan de la imagen, reforzadas por amarillos y azules. Estos tonos claros contrastan con la oscuridad del escenario y de la tramoya. La luz de las candilejas ilumina profundamente a la estrella, aumentando este efecto de contrastes. También es destacable la delicadeza del dibujo en el artista, el mejor del grupo impresionista a la hora de mostrar el espectáculo de la danza.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1675.htm



Bailarinas en el escenario


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1894
Museo:Colección Particular
Características:66 x 47 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Las dos bailarinas esperan a entrar en escena por lo que vemos los decorados con sus vivos colores al fondo. La vaporosidad de sus vestidos contrasta con la seguridad del dibujo de ambas figuras, destacando su volumen. Igual que esta escena es la titulada Bailarinas con tutús verdes.

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Mujeres planchando


Autor: Edgar Hilaire Degas
Fecha:1884 h.
Características: Quizá sea esta escena la más dura de las pintadas por Degas. Siguiendo la estética realista de Courbet o Daumier nos presenta a las planchadoras en su duro trabajo, ajenas a los buenos modales o la belleza refinada de otras imágenes, el Peinado por ejemplo. Una de ellas bosteza y se rasca el cuello mientras agarra una botella de vino con la que ahogar las penas de su triste vida. Su compañera se esfuerza por eliminar las arrugas de una camisa, sin tener tiempo para quitarse el mechón de rojizo cabello que se le ha caído hacia adelante. En el fondo se nos presenta la soledad y tristeza de los lugares donde trabajaban estas pobres mujeres. Este efecto lo ha conseguido Degas al dejar al descubierto algunas partes del lienzo. Podría existir cierta relación entre la soledad de estas personas y el alcoholismo, destructor de las vidas de estas mujeres como ya había hecho el pintor en La absenta, siguiendo la estela de la literatura realista de la época con Émile Zola a la cabeza. Técnicamente, resulta sorprendente la rapidez de la factura, a través casi de manchas, aunque existe una excelente base de dibujo como podemos apreciar en los brazos o en los rostros. Esta rapidez puede estar causada por el deseo del artista de obtener un efecto vaporoso motivado por el calor del trabajo y el vapor de las rudimentarias planchas. La estancia está iluminada por un foco de luz procedente de la derecha que impacta en la mujer con camisa rosa, mientras que la que bosteza está en una zona de menor claridad. Los tonos azules se adueñan de la composición, acompañados de blancos, verdes, marrones o rosas. El tedio de la planchadora está perfectamente captado, demostrando la capacidad como retratista de Degas.
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/obras/1647.htm



Cantante con guante


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1878 h.
Museo:Harvard University Art Museum.
Características:53 x 41 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Como si de un fotógrafo se tratara, Degas muestra un primerísimo plano de la cantante en plena actuación. El gesto es significativo del momento cumbre de la canción: la boca bien abierta y la mano en actitud de declamar. Desconocemos el nombre de la atractiva cantante del café concierto, una de las numerosas mujeres que se ganaban la vida en la noche parisina. Gran aficionado al mundo nocturno, Degas trabaja en numerosas ocasiones estos temas, desde una velada en la ópera - Escena de "Robert le Diable" - hasta un prostíbulo - El santo de la madama - pasando por el circo - Miss La La en el Circo Fernando -. La figura es iluminada desde abajo, igual que la perspectiva que nos presenta el pintor, por eso contemplamos con mayor claridad la zona del pecho y parte del rostro. El fondo es más colorista que el primer plano, al aparecer varias franjas verticales de colores - naranja, amarillo, rojo y verde - que resaltan las tonalidades rosáceas del vestido y la piel de la cantante, así como los negros del guante y los adornos del cuello del vestido. El realismo de la figura parece anticipar el arte cinematográfico
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1641.htm


La clase de danza


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1873-75
Museo:Museo de Orsay
Características:85 x 75 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Quizá sea ésta la escena de ballet más popular de Degas. En ella recoge uno de los salones del Teatro de la Ópera de París, donde dirige la clase el gran Jules Perrot, quien a sus 64 años era uno de los maestros más prestigiosos. A su alrededor gira la escena que contemplamos, formando las bailarinas un círculo imperfecto para escuchar los consejos y observaciones del ya legendario bailarín. En primer plano se sitúa una joven de espaldas y otra subida en el piano, rascándose la espalda. Las demás muchachas se recortan sobre la pared verde y el gran espejo enclavado en el vano de una puerta. Al fondo se sitúan las butacas reservadas para las madres que vigilaban la actuación individual de sus hijas, aunque aquí no se recoja ningún ensayo concreto. El gran protagonista del lienzo no es el anciano profesor sino el magnífico efecto de profundidad, obtenido a través de las líneas diagonales del suelo, la disposición de las bailarinas en el espacio y la esquina del fondo de la sala, que juega con la influencia de la fotografía al cortar los planos pictóricos - vemos una parte del zócalo del techo mientras que en la zona de la izquierda no lo podemos contemplar -. La sensación de movimiento es otra de las atracciones del maestro, que coloca a sus personajes siempre en diferentes posturas. Por supuesto, no debemos olvidar el interés por la luz, en este caso un potente foco de luz procedente de las ventanas de la derecha - una de las cuales se refleja en el espejo, dejando ver el cielo de París - que inunda la sala, resbala por los vestidos de las bailarinas y resalta los verdes, rojos y amarillos de cintas y lazos. Precisamente es la luz la que crea una sensación atmosférica especial, que llega a recordar a la de Velázquez, diluyendo los contornos de las figuras y otorgando aire al espacio. La mayoría de las escenas de danza de Degas muestra el esfuerzo y el intenso trabajo de las muchachas por poner una obra en escena. Se convierte de esta manera en el pintor de lo que hay al otro lado del telón, del maravilloso mundo del aprendizaje, más que del esplendor del espectáculo.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1625.htm









 MARIE CASAT

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biografia
Degas, Edgar Hilaire*****Degas, Edgar Hilaire


Nacionalidad: Francia
París 1834 - París 1917
Pintor
Estilo: Impresionismo
Escuela:
Pocos artistas muestran las contradicciones de su tiempo de la misma manera que Degas; participó en las exposiciones impresionistas y criticó los principios básicos de este movimiento; se inspiró en los maestros del pasado y sus escenas rebosan modernidad; defendía la línea sobre el color y se destapará como uno de los mejores coloristas del momento en algunas obras. Odiaba los honores oficiales y quería triunfar en el Salón. Estas curiosas paradojas las encontramos en la trayectoria artística de uno de los grandes genios del siglo XIX. Hilaire Germaine Edgar Degas nace en París el 19 de julio de 1834. Su familia paterna era de origen franco-italiano y se dedicaba a la Banca, mientras que la de su madre estaba vinculada con el negocio del algodón en Nueva Orleans. Edgar será el primogénito de una familia que se verá aumentada con tres nuevos retoños, dos niñas y un niño. La relación con su madre debió ser muy estrecha, afectándole enormemente su pérdida en 1847, cuando el joven tenía trece años. Dos años antes había sido matriculado en el Lycée Louis-le-Grand, en régimen de internado hasta su graduación, siete años después. Su padre, Auguste, deseaba que Edgar cursara estudios de Derecho, a pesar de haber demostrado su talento como dibujante en sus años en el Lycée. Durante un corto periodo de tiempo accedió a los deseos paternos, matriculándose en Derecho, pero pronto se cansó, abandonó el hogar familiar y se instaló en un estudio. Vistos los deseos del joven, su padre decidió financiar el aprendizaje artístico de Edgar, reconociendo su error inicial. Bien es cierto que Auguste Degas era un espíritu refinado, gran amante de la buena música y de las pinturas del Quattrocento, lo que hizo más comprensible la atracción por la pintura de su hijo. En 1853 se matricula en el taller de Louis Lamothe, pintor de temas históricos y discípulo de Ingres. Durante dos años copió bajo la atenta mirada de su maestro un buen número de obras en el Louvre, preparándose para el concurso de la Escuela de Bellas Artes, donde obtener la pensión que le llevaría a Italia, como soñaban todos los jóvenes pintores en aquellos momentos. Gracias a Degas, Edgar Valpinçon - propietario del Baño turco de Ingres - accedió a presentarlo a la Exposición Universal celebrada en París en 1855. Ese mismo año Edgar ingresaba en la Escuela de Bellas Artes, abandonándola meses después para realizar un viaje por su cuenta a Italia. Allí permanecerá por un periodo de tres años, dedicándose a copiar las pinturas de los grandes maestros del Renacimiento y las esculturas clásicas que poco a poco afloraban a la superficie gracias a las excavaciones arqueológicas. Los frescos de Rafael y Miguel Ángel en la Capilla Sixtina serán las principales atracciones para el joven pintor. En Roma se rodeará de los artistas franceses que estudiaban becados por el Estado. Su relación será muy intensa con Gustave Moreau, pintor que también tenía sus propios recursos para vivir en la Ciudad Eterna. Junto a Moreau sentirá enorme atracción por Giotto, Mantegna o Botticelli, así como por los maestros venecianos - Tiziano, Veronés y Tintoretto - . El predominio del color en la Escuela veneciana le llevará a interesarse por Delacroix, el maestro del Romanticismo francés. También en Italia se inclinará por el arte del grabado, encontrando un inestimable punto de referencia en Rembrandt y los pintores holandeses del Barroco. En Florencia inició una de sus primeras obras importantes, la Familia Bellelli, para la que tomó como modelos a su tía Laura y a sus primas. En los meses finales de 1859 Degas regresa a París. Su padre considera que se debe ganar la vida realizando retratos, temática en la que ha demostrado sobradas dotes. Sin embargo, Degas desea obtener el mayor triunfo posible en el panorama artístico parisino y eso pasaba por el Salón de París, iniciando una serie de obras con temática histórica que tenían gran éxito en dicho certamen. En ellas se aprecia una marcada influencia de Delacroix e Ingres junto a Mantegna y Piero della Francesca, intentando innovar ese gastado género. Buena muestra de estas obras es la titulada Jóvenes espartanos. En 1862 realiza su primera escena en la que se refleja la vida moderna. Se trata de Antes de la salida, en la que inicia su temática de hipódromos y carreras de caballos. Ese año se relacionó por primera vez con Manet, a quien encontró en el Louvre. Degas estaba copiando un cuadro de Velázquez para realizar un aguafuerte. Manet pondrá al joven artista en contacto con el Realismo, aunque Edgar se resistiera en un principio a asumir la filosofía del movimiento. También será Manet quien le presente a James M. Whistler, artista interesado especialmente por el color como estimulante del espectador. Quizá este contacto permitiera a Degas conocer en profundidad los grabados japoneses, tan de moda por aquellas fechas entre los artistas modernos. Otra de las interesantes influencias para estos pintores será la fotografía, que se empezaba a desarrollar con éxito en aquellos años. Degas incorporará estas dos novedades en sus obras al interesarse desde el primer momento por cuestiones de perspectiva. Los retratos serán la temática favorita del pintor durante la década de los sesenta - Edmondo y Thérèse Morbilli o James Tissot son buenos ejemplos -. En 1868 se integra en la tertulia del Café Guerbois, liderada por Manet, iniciándose una estrecha amistad entre los dos pintores. Allí también se relacionaría con Claude Monet, Alfred Sisley y Paul Cézanne, aunque no sintiera ninguna atracción por su pintura al aire libre. Su rendición incondicional al Realismo se produjo tras leer una novela de los hermanos Goncourt titulada Manette Salomon. Bien es cierto que los temas elegidos por él serán muy selectivos, prefiriendo las escenas de ballet, los cafés, las bañistas o las planchadoras. Igual que los demás pintores de su generación, Degas sufrió las consecuencias de la Guerra Franco-Prusiana de 1870. Formó parte de la Guardia Nacional y participó en la defensa de París ante las tropas prusianas. Después se retiró al campo, alejándose de los sucesos de la Comuna, condenando la brutal represión del movimiento aunque no simpatizara con él. Es en estos momentos cuando se inicia el deterioro de su visión. Al año siguiente marchó a Londres y vendió varios cuadros al marchante Durand-Ruel. Al regresar a París pintará la Clase de danza, mostrándose en plena madurez. Entre 1872 y 1873 Degas viajará a Nueva Orleans, junto a su hermano René, para conocer a los miembros de su familia materna. En tierras norteamericanas realizó algunos retratos y una obra magnífica, Mercado de algodón. La idea de crear una exposición independiente al Salón oficial empieza a cuajar entre los artistas en 1873. El propio Degas ya había planteado a sus amigos la organización de un Salón del Realismo. La primera exposición del grupo, llamado despectivamente Impresionista por el crítico Louis Leroy, se celebró en 1874. Participaron Monet, Renoir, Morisot, Cézanne y Sisley, entre otros. Degas también puso su granito de arena, igual que en las restantes siete exposiciones del grupo impresionista. Sólo dejó de participar en una de ellas. El fallecimiento de su padre en 1874 reveló la mala situación económica por la que atravesaba la familia, existiendo un buen número de deudas. Esto provocó que Degas tuviera que vender sus cuadros para poder vivir, algo que hasta entonces no había hecho. Esta crisis financiera se prolongaría hasta 1880. Sus máximas obsesiones en la década de los setenta serían las escenas de ballet y los grabados. Pocos artistas han dado una visión tan completa de las entrañas de la danza como hará Degas. Pasaba largas jornadas contemplando los extenuantes ensayos de las jóvenes - Ensayo del ballet en el escenario - sintiéndose especialmente atraído por ese mundo. Quizá también exista un motivo económico al ser vendidos estos temas más fácilmente por su marchante. Respecto a los grabados, su obsesión fue tal que un amigo dijo que era "una plancha de cobre ennegrecida con tinta de imprimir". Los temas elegidos para los grabados son similares a los de sus óleos y pasteles. Esperando a los clientes muestra su atracción por la temática de la prostitución, anticipándose a su gran continuador, Henri de Toulouse-Lautrec. La fama de Degas empezó a crecer en la década de los setenta, vendiendo un buen número de cuadros con cierta facilidad. Sin embargo, las tensiones entre los miembros del grupo impresionista y Degas eran cada vez mayores. Gracias a Camille Pissarro las críticas fueron suavizadas y la unión de los integrantes del movimiento parecía asegurada. Pero Degas se fue convirtiendo en un personaje solitario, dejando de exponer con otros artistas e incluso no exhibiendo sus obras al público. A partir de ese momento surge el aspecto legendario en su vida, mostrándole como un hombre amargado, de mal carácter, misógino y arrogante. La depresión le pudo acompañar en algunos momentos, mientras que las enfermedades serán continuas durante mucho tiempo, siendo considerado por algunos contemporáneos como un hipocondríaco, especialmente por su problema visual. Una de las técnicas favoritas del artista será el pastel, perfeccionándolo durante años mediante la superposición de diferentes capas. El colorido sería cada vez más sugerente, resultando obras de especial delicadeza como el Barreño o En la sombrerería. Algunos de los colores conseguidos por Degas inspirarían a Paul Gauguin y Henri Matisse. Otra faceta destacada de su arte es la escultura, realizando numerosas estatuas de caballos, bailarinas o bañistas desnudas, llegando a ser considerado por Renoir como el mejor escultor moderno, por delante incluso de Rodin. El carácter del artista se hace cada vez más agrio con el paso del tiempo, mostrando de manera abierta sus prejuicios sociales, criticando la democracia y la educación de las clases trabajadoras. Los cambios vividos al iniciarse el siglo XX le convierten en un hombre ultraconservador y tradicionalista. Desde 1900 el artista redujo mucho su producción, renunciando a trabajar a partir de 1912. Emplearía modelos reales, aunque también se valía del amplio repertorio de posturas que había realizado anteriormente, llegando a calcarlas e invertirlas para crear nuevas imágenes. En estos últimos años destaca su faceta de coleccionista, adquiere una importante cantidad de cuadros a los marchantes Vollard y Durand-Ruel, llegando a cambiarlos por sus propias obras. En su colección estaban representados los más diversos maestros: desde Ingres hasta Cézanne, pasando por Delacroix, Gauguin e incluso Van Gogh. De su alumna Mary Cassatt poseía un amplio repertorio, igual que de Berthe Morisot. En 1912 Degas ve cómo su casa es demolida y su ama de llaves le abandona. Este anciano obstinado gusta de pasear y recordar los viejos tiempos. Mary Cassatt le buscó una persona que le cuidara, eligiéndose a su sobrina Jeanne Fèvre. Sus últimos meses los pasó postrado en la cama, falleciendo el 27 de septiembre de 1917 en París.


http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/1723.htm.

 


martes, 27 de mayo de 2014

BIOGRAFIA DE RENOIR


Autorretrato (1876, detalle)
(Limoges, 1841 - Cagnes-sur-Mer, 1919) Pintor francés. Hijo de artesanos, vivió sus primeros años en barrios proletarios donde trabajó como decorador de porcelanas y pintor de abanicos. Después pudo acceder al taller del pintor Gilbert y, luego, al de Gleyre, donde conoció a Monet, Bazille y Sisley, con quien más tarde compartió su casa en París. Sus primeros intereses como pintor se inclinaron por la escuela de Barbizon y, consecuentemente, por la pintura al aire libre. Durante los días agitados de la Comuna, pintó con Monet a orillas del Sena. En 1873 terminó Jinetes en el bosque de Bolonia, excluida del Salón oficial y expuesta en el de los Rechazados.



Durand-Ruel se interesó por su obra y en 1874 participó en la primera exposición impresionista, en los estudios del fotógrafo Nadar, donde expuso, entre otras obras, El palco (1874, Courtauld Institute Galleries, Londres). Se trata de un gran lienzo donde representa a Niní López y a su hermano con una técnica de pinceladas sueltas fundidas entre sí, de contornos imprecisos y poco definidos. La composición, piramidal, se caracteriza por los ritmos ascendentes y sinuosos del vestido negro de ella y los de la chaqueta de él, así como señala la importancia de las cabezas: la de ella expresa serenidad y atención, mientras que la de él oculta su mirada tras los prismáticos.

El palco (1874), de Pierre Auguste Renoir
En 1876 se celebró la segunda exposición del grupo impresionista en la que Renoir participó con una de sus obras más conocidas, El moulin de la Galette(1876, Museo de Orsay, París), que recoge los momentos de un baile al aire libre en una terraza parisiense. Si lo comparamos con la obra de ManetConcierto en las Tullerías (1860, National Gallery, Londres), de tema y composición parecidos, presenta al igual que ésta, un encuadre interrumpido por los bordes del formato, recurso que produce la impresión de que la escena sigue y se expande más allá de los propios límites del lienzo. En comparación con la obra de Manet, que la pintó en un alarde de pinceladas imprecisas e indefinidas, la de Renoir libera todavía más la pintura, con una sucesión de manchas centelleantes que parece deslizarse sobre la tela al ritmo de la música o de los movimientos de los árboles que dejan pasar parcialmente la luz que ilumina la escena.

Le Moulin de la Galette (1876), de Renoir
En 1878, Renoir se alejó del grupo impresionista y buscó el éxito en los salones oficiales; el abandono de los principios impresionistas se acentuó cuando, a partir de 1881, numerosos viajes -Normandía, Argel, Florencia, Venecia, Roma, Nápoles, Sicilia- despiertan su admiración por cierta idea clásica de lo bello -la pintura pompeyana, Ingres, Rafael-, que le llevó a cuestionarse el valor de la espontaneidad de su técnica anterior, alejándose progresivamente de los efectos atmosféricos en busca de una pintura más definida. De esta época, cabe destacar obras que reflejan momentos de la vida parisiense contemporánea, como el cuadro Madame Charpentier y sus hijos (1878, Metropolitan Museum, Wolf Foundation, Nueva York), que fue expuesto en el Salón de 1879, donde recibió la aprobación del público y la crítica.
El tema de la mujer, por el que el artista mostró claramente, durante toda su vida, un gran interés, adopta, por lo general, un tratamiento de gran consistencia y de resonancias clásicas. En este sentido destacan la serie de las bañistas -Bañista sentada secándose la pierna (1895, Museo de l'Orangerie, París), Bañista sentada (1914, Art Institute, Chicago), o Bañistas (1918-1919, Museo de Orsay, París)- que constituyen el máximo exponente de la belleza femenina, ejecutadas con una técnica cálida y envolvente. En estas obras, las pinceladas no se mueven en múltiples direcciones, como se observava en El moulin de la Galette, sino que se alargan por la aplicación insistente de óleo húmedo diluido en aceite de linaza y trementina.

Madame Charpentier y sus hijos (1878)
La línea recta no existe en la naturaleza y la mezcla armónica de colores sobre la tela va configurando la forma mediante un proceso orgánico que persigue una expresión sensual y vitalista: "No tengo reglas ni métodos; cualquiera que vea los materiales que empleo o mi forma de pintar, se dará cuenta de que no hay secretos. Miro un desnudo y descubro miles de matices diminutos. He de encontrar aquel que haga que la carne de mi lienzo viva y tiemble."
El ejercicio de la pintura es para Renoir una especie de placer físico, la sublimación de la atracción física por medio de la materia pictórica. Salud y belleza se identifican en las representaciones de esas mujeres de piel tersa y rosada. El amor por el trabajo manual de este artista, que procedía de una familia de artesanos y que fatalmente vio sus propias manos deformadas por el reuma al final de su vida, le llevó a rechazar cualquier dimensión intelectual de la pintura o cualquier resonancia literaria en favor del trabajo humilde y bien hecho.
En 1884 escribió una propuesta para fundar la "Sociedad de los irregulares", la cual asociaba la belleza a las formas orgánicas e irregulares de la naturaleza y rechazaba el mundo mecánico e industrializado, como años antes hicieron Ruskin y Morris, pero cuya sensualidad se alejaba de la religiosidad de éstos. "A veces hablo como los campesinos del sur. Dicen que son unos desafortunados. Yo les pregunto si están enfermos y me dicen que no. Entonces son afortunados; tienen un poco de dinero, por lo tanto, si tienen una mala cosecha no pasan hambre, pueden comer, pueden dormir y tienen un trabajo que les permite estar al aire libre, a la luz del sol. ¿Qué más pueden desear? Son los hombres más felices y ni siquiera lo saben. Después de unos cuantos años más, voy a abandonar los pinceles y dedicarme a vivir al sol. Nada más."
Las penurias económicas de Renoir terminaron con el éxito de la exposición impresionista de 1886 en Nueva York. En 1892, realizó una muestra antológica en los salones de Durand-Ruel. Dos años más tarde nació su hijo Jean -el cineasta Jean Renoir-, y Gabrielle Renard, prima de su mujer Aline, entró con dieciséis años en la casa del pintor para ayudar en la tareas domésticas, aunque acabó convirtiéndose en su modelo favorita. Jean escribió: "El espíritu inherente a los niños y niñas, a las criaturas y los árboles, pobladores del mundo que él creó, encerraba tanta pureza como el cuerpo desnudo de Gabrielle. Y finalmente, Renoir revelaba su propio ser a través de esta desnudez."
A partir de ese momento los éxitos se suceden. Sin embargo, ni su artritis, que le lleva a instalarse en la Provenza en busca de un clima más cálido -es operado en 1910 de las dos rodillas, una mano y un pie-, ni el alistamiento de sus hijos Pierre y Jean durante la Primera Guerra Mundial, ni incluso la muerte de su esposa en 1915, logran disminuir su entusiasmo por la pintura.

PIERRE AUGUSTE RENOIR

Dos hermanas

 Dos hermanas
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1890 h.
 Museo:Colección Particular
 Características:46 x 55 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo

 Estilo:Impresionismo
Hacia 1883 el impresionismo
entra en un momento de crisis que afectará de diferente manera a los
pintores. La principal causa de esta crisis es que la obsesión por la
luz y las atmósferas tomadas directamente del natural les estaba
llevando a un callejón sin salida al perderse la forma casi por
completo. Cézanne
reaccionará recuperando los volúmenes geométricos y Renoir recuperará
la solidez de sus figuras y el dibujo; sin embargo, Monet continuó por
los anteriores derroteros y algunas de sus pinturas casi anticipan la
abstracción.Esta etapa de reflexión de Renoir es denominada el periodo
seco y una vez superada recuperará la admiración por el color, como bien
podemos observar en este trabajo protagonizado por dos hermanas;
tonalidades nacaradas aplicadas de manera fluida, sin tanto
empastamiento como en los primeros tiempos. Sus figuras son amables y
delicadas, envueltas en una aureola de romanticismo y paz que contrasta
con el delicado estado de salud por el que atraviesa el artista, enfermo
de reuma y con grandes dolores. Da la impresión que Renoir quiere
reaccionar contra su enfermedad pintando jovencitas bellas y delicadas
que le abstraen de sus dolencias.La delicadeza de los rostros de las
jovencitas y el delicado dibujo del que hace gala el maestro son dos
características determinantes de esta sensacional escena en la que el
clasicismo de Fragonard o Boucher parece alcanzar cotas insuperables. 
 Director de la colección: Luis Sanguino Arias

 Almuerzo a orillas del ríO
Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1879-80
 Museo:Chicago Art Institute
 Características:54,7 x 65,5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Renoir será un especialista en escenas de la vida cotidiana. De sus pinceles salieron estampas tan impactantes como Le Moulin de la GaletteLos paraguasDespués del almuerzo
o esta composición que contemplamos, protagonizada por remeros. Para la
figura de la izquierda posó monsieur de Lauradour. Algunos
especialistas consideran esta composición como una réplica no muy feliz
del Almuerzo de remeros,
mientras que otros piensan que estamos ante un claro antecedente.
Independientemente de este debate, nos encontramos ante una escena
cargada de cotidianeidad al mostrarnos a los remeros después del
almuerzo, acompañados por una joven de espaldas, cuyo vestido
negro-azulado contrasta con los blancos de los manteles o de la
indumentaria de los hombres. Al fondo podemos observar a una mujer
remando en el río, quedando esa zona fuertemente iluminada, de manera
que la luz se come los colores y las formas, acercándose así a la
abstracción. Las sombras coloreadas que bañan el primer plano son
habituales de la pintura impresionista,
al igual que la pincelada rápida y empastada, la renuncia al detallismo
o la sensación atmosférica que se crea en las escenas. La composición
se organiza a través de una acentuada diagonal en profundidad formada
por la mesa, siguiendo los esquemas de Rubens, el gran maestro barroco que será profundamente admirado por Renoir.


La pérdida de forma en beneficio del color será el detonante que
provocará la crisis del impresionismo y la inmediata reacción de algunos
artistas como Cézanne o el propio Renoir, recurriendo éste a las figuras desnudas para retomar el volumen. 


Baile en el campo


 Baile en el campo
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1882 h.
 Museo:Museo de Orsay
 Características:180 x 90 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Fue el marchante Durand-Ruel quien
sugirió a Renoir que realizara dos telas sobre el baile, contraponiendo
la sofisticación de la ciudad frente a la mayor naturalidad del campo.
Así surgieron estas dos maravillosas escenas -Baile en la ciudad es su compañera- protagonizadas por personas del entorno del pintor. Aline Charigot -su modelo favorita, que más tarde se convertirá en su esposa- y Paul Lothe -el mismo bailarín que en Baile en Baugival-
danzan ante el pintor con sus mejores galas, al aire libre,
apreciándose al fondo las hojas de los árboles y varias figurillas. El
hombre se sitúa de espaldas para dejar ver el simpático rostro de Aline;
el máximo objetivo de Renoir en esos momentos era recuperar las formas
que había perdido paulatinamente en años anteriores -véase El Sena en Asnières- siguiendo a Monet. La reacción de Pierre no tiene marcha atrás, iniciando el llamado "periodo ingresco" por las referencias continuadas a Ingres. Pero el colorido, la vitalidad y el efecto ambiental convierten estas obras en impresionistas.
Dos colores contrastan en la composición: el rojo y el azul, realzados
ambos por el blanco. El amarillo ocupa un papel secundario pero no menos
importante al unificar los planos -el canotier del suelo, los guantes y
el abanico tienen el mismo color- en una escena plena de alegría y
belleza. 
Director de la colección: Luis Sanguino Arias

 Bailarina
 Autor:Pierre Auguste Renoir 

 Fecha:1874
 Museo:National Gallery (Washington)
 Características:142 x 93 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Cansados de los continuos rechazos en el Salón de París, el organismo académico oficial, los jóvenes impresionistas
decidieron constituir una Sociedad Anónima de Artistas para organizar
su propia exposición. La primera muestra del grupo -en la que
participaron CézanneMonetMorisotDegas
y Renoir entre otros- se celebró entre el 15 de abril y el 15 de mayo
de 1874 en los locales cedidos por el fotógrafo Nadar, en el boulevard
des Capucines. Renoir participó con seis lienzos y un pastel, siendo
esta Bailarina que contemplamos una de las obras participantes. Los
críticos se cebaron con ella y Louis Leroy -el responsable del nombre
del grupo al mencionarlos de manera peyorativa como "impresionistas"- en
la revista "Chirivari" se hizo eco de un comentario de Joseph Vicent:
"Lástima que el pintor, en posesión de cierto conocimiento del color, no
dibuje mejor; las piernas de su bailarina son tan frágiles como el tul
del faldellín".La bailarina enlaza con los trabajos de Degas,
interesándose Renoir por la atmósfera que rodea a la joven más que por
los detalles del vestido. La ubicación en el espacio recuerda al Pífano de Manet, que se inspira en obras de Velázquez,
uno de los pintores más admirados entre los jóvenes pintores. No es
cierta la crítica al referirse al débil dibujo sino que nos encontramos
ante una figura modelada con cierto aire clasicista. Las tonalidades
claras dominan el conjunto, aplicadas de manera rápida en relación
durieux

 Gabrielle con una rosa
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1911
 Museo:Museo de Orsay
 Características:55´5 x 47 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Gabrielle era una prima de su esposa
Aline y se ocuparía de cuidar al pequeño Jean - el futuro cineasta -,
convirtiéndose en la modelo favorita de Renoir. Duret comentó sobre los
cuadros protagonizados por esta joven que "dudo que algún pintor haya
interpretado jamás a la mujer de una manera más seductora. La pincelada
de Renoir, rápida y larga, otorga la gracia y el sentimiento". Este
bello retrato nos presenta a la joven semidesnuda, dejándonos ver su
pecho, colocándose una rosa en su cabello, en una postura intimista que
recuerda a las bañistas de Degas.
La figura es totalmente volumétrica, destaca el exquisito dibujo del
maestro, mientras que los elementos que la acompañan están trazados con
esa pincelada rápida y vigorosa de la que habla Théodore Duret. La
iluminación juega un importante papel en el conjunto, resbala por
algunas zonas del cuerpo de Gabrielle, convierte su sonrosada piel en
blanquecina y muestra la relación que mantuvo Renoir con el Impresionismo.

 Gabrielle sentada
 Autor:Pierre Auguste Renoir 

 Fecha:1909
 Museo:Museo de Orsay
 Características:65 x 54 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Renoir se casó con Aline Charigot
en 1890; ya tenían un hijo, Pierre nacido en 1885, y en 1894 nacería el
segundo, Jean, el futuro director de cine. Para atender al pequeño
entró al servicio de los Renoir una prima de Aline llamada Gabrielle
Renard, convirtiéndose en la modelo favorita para el pintor hasta que
abandonó la casa en 1914, para casarse con el pintor Conrad Hensler
Slade. Gabrielle aparece en primer plano, con la cabeza y la mirada
hacia la derecha, sumida en sus más profundos pensamientos; viste una
blusa blanca y una falda azul y se coge las manos en el regazo, en un
gesto de paz y tranquilidad que corresponde también con el rostro. Si
bien la figura está modelada y estructurada gracias a un acertado
dibujo, encontramos ecos del pasado impresionista
como las sombras coloreadas o el tratamiento pictórico rápido. Pero
ahora no hallamos referencias espaciales, limitando la estancia a
ligeros toques de color ante los que se recorta la volumétrica figura de
Gabrielle, en una muestra más del intimismo habitual en los trabajos de
estos momentos. El colorido rojizo abundan en la composición,
convirtiéndose en uno de los favoritos en los años finales.

 Irène Cahen d´Anvers
 Autor:Pierre Auguste Renoir 

 Fecha:1880
 Museo:Fundación E. G. Bührle
 Características:65 x 54 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo

 Estilo:Impresionismo
En 1880 el financiero Cahen d´Anvers
encarga a Renoir los retratos de sus hijas. El de Irene lo completó en
sólo dos sesiones en la casa familiar de la rue Bassano de París pero se
trata de una de sus retratos infantiles más impactantes. Irene aparece
ante un fondo vegetal, vestida con un elegante traje blanco en el que la
luz proyecta una sombra coloreada, habitual entre los impresionistas.
La tonalidad rojiza de su larga melena contrasta con el blanco del
vestido y con los colores oscuros del fondo, creando un atractivo juego
de contrastes típico de la pintura clásica. El preciosista dibujo del
rostro -especialmente la perfilada nariz, la boca y los ojos- se
contrapone con la rapidez de la pincelada, aplicando los colores de
manera rápida y eliminando el detallismo que caracteriza las pinturas
academicistas, lo que indica que en la década de 1880 el estilo
impresionista está asentado entre la sociedad burguesa parisina. La
delicadeza y candidez de la jovencita indican la calidad de Renoir a la
hora de realizar retratos, interesándose también por la personalidad de
los modelos, de la misma manera que habían hecho Tiziano o Velázquez,
este último uno de sus pintores favoritos como se aprecia en esta
frase: "Velázquez me entusiasma: esa pintura respira la alegría con que
el artista la ha pintado... Cuando puedo imitar la pasión con que un
pintor ha creado, comparto su propio gusto". Por el encargo Renoir
recibirá 150 francos.

 Mujer al piano
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1876

 Museo:Chicago Art Institute
 Características:93 x 74 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Entre los quince cuadros presentados por Renoir a la segunda exposición de los impresionistas,
celebrada en el mes de abril de 1876, se encontraba esta Mujer al piano
que contemplamos. Como sus compañeros impresionistas, Renoir sentirá
una especial atracción hacia las temáticas cotidianas, asuntos alejados
de los cuadros de historia o de la mitología que planteaban los
académicos y que triunfaban en el Salón. De esta manera, los jóvenes
artistas se acercaban al mundo que les rodeaba, intentando también
conseguir éxito entre los burgueses parisinos de la época.La muchacha
aparece vestida con un largo traje blanco y elegantes ribetes negros,
jugando el pintor con las sombras coloreadas que se proyectan por todo
el vaporoso vestido. Su delicada piel también contrasta con el negro del
piano, creando un atractivo juego cromático muy admirado por Manet,
una de las referencias para los jóvenes creadores. Las pinceladas son
rápidas y empastadas, interesándose más el maestro por las atmósferas
que por los detalles o las calidades táctiles. El espacio es muy
limitado, aportando algo más de cromatismo a la composición,
especialmente amarillos y verdes.
Le_Dejeuner_des_Canotiers,_1881,_Pierre_Auguste_Renoir
Almuerzo de remeros
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1881
 Museo:National Gallery (Washington)
 Características:129´5 x 172´7 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo

Renoir también sintió una especial atracción hacia las escenas de la vida cotidiana como le Moulin de la Galette, los Paraguas
o este Almuerzo de remeros, escenas cargadas de alegría y vitalidad. La
composición fue realizada en el restaurante de Fournaise, posando sus
amigos Aline Charigot -la mujer de la izquierda con el perrito-, el
pintor Caillebotte -sentado a horcajadas en primer plano- o la modelo
Angèle mirando al pintor. Lhote, Lestringuez y otros conocidos del
artista también se distribuyen por el lienzo de manera acertada. Un
perfecto bodegón de botellas, frutas, platos y copas preside la
composición, demostrando Renoir su facilidad para ese género. Las
figuras se sitúan bajo un toldo que evita la entrada de la luz solar,
provocando sombras coloreadas típicas del Impresionismo.
La factura es cuidadosa, destacando el perfecto dibujo de las figuras
con el que resalta su volumen, mientras que el fondo está más abocetado.
La luz tomada directamente del natural, la disposición de las figuras
en la escena, los rostros de los personajes muy realistas y la sensación
de vida que se respira en el conjunto hacen de esta obra una de las más
atractivas del pintor.
lucie-berard

 Claude Monet
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1875
 Museo:Museo de Orsay
 Características:85 x 60´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Renoir y Monet se conocieron en 1862 en el taller de Gleyre; pronto se hicieron amigos y en compañía de Pissarro y Sisley acudieron al bosque de Fontainebleau, siguiendo la huella de la Escuela de Barbizon. Su atracción hacia la pintura tomada directamente del natural, interesándose por los efectos de luz, pronto dará origen al Impresionismo.
Renoir ha retratado a su gran amigo en pie, vestido con un tabardo
oscuro, sombrero y la paleta y los pinceles en la mano. Tras él podemos
contemplar una ventana con blancos visillos por la que irrumpe la luz
del sol en la estancia. Unas cortinas estampadas y una planta sirven
para crear la sensación de perspectiva, mientras la figura se sitúa en
primer plano. El rostro de Monet es el centro de atención del lienzo,
con sus pequeños ojos mirando al infinito, en busca de inspiración. Es
en el rostro donde apreciamos un mayor dibujismo mientras el resto de la
composición se caracteriza por la pincelada rápida y empastada típica
del movimiento. Renoir realizó otro retrato de su amigo Claude pintando en Argenteuil.

 Desnudo al sol
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1875-76
 Museo:Museo de Orsay
 Características:81 x 65 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
En el taller de Gleyre, Renoir se pondrá en contacto con Monet, desarrollando entre ambos numerosos conceptos del Impresionismo.
Los jóvenes pintores trabajarán al aire libre, captando la luz
directamente del natural e interesándose por los efectos cromáticos y
lumínicos. Así surgen obras tan bellas como Le Moulin de la GaletteLa Grenouillère
o este desnudo con efecto de sol, realizado en el pequeño jardín
trasero de la casa de la rue Cortot donde vivía. La modelo posa
semidesnuda, dejando ver el torso como una Venus clásica. Al presentarse
al aire libre la luz incide de diferente manera sobre su cuerpo,
creando un atractivo juego de luces y sombras. Las sombras son violetas,
en la teoría impresionista de que la sombra es en realidad un tipo
diferente de luz. La sensación atmosférica ha sido perfectamente
interpretada, difuminando los contornos pero sin llegar a perder las
líneas de la figura. Sin embargo, las hierbas y flores del jardín que
rodean a la modelo están trazadas de manera esquemática, con largas
pinceladas que conforman casi manchas. La preocupación por la luz dará
paso a su interés por la figura, femenina especialmente, como en Gabrielle con una rosa. Expuesto en la segunda muestra impresionista -1876-, recibió contundentes críticas que a Renoir le produjeron gracia.

 El palco
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1874
 Museo:Courtauld Gallery
 Características:80 x 63´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
En su deseo por representar escenas de la vida moderna, los impresionistas realizaron varias obras con imágenes de palcos. DegasEva Gonzalès o Renoir en esta ocasión nos muestran una vez más las diversiones de la burguesía parisina, entroncando con el Realismo.
El hermano del pintor y Nini "Gueule de Raie" sirvieron como modelos,
presentando a ambas figuras en el primer plano de la composición. El
estilo de Renoir entronca claramente con el de su gran amigo Monet,
aunque aquél se interese más por las figuras. La pincelada es rápida y
empastada, sin atender apenas a detalles; se incorporan las sombras
coloreadas y el efecto atmosférico que diluye los contornos, como si
existiera aire entre las figuras. Renoir siempre destacará por su
exquisito dibujo, como se pone de manifiesto en el rostro de la dama,
pleno de volumen y belleza. Esta obra fue presentada por su autor a la
exposición impresionista de 1874 donde fue adquirida por el "père"
Martin.


 Mujer en azul
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1874
 Museo:National Gallery of Wales
 Características:160 x 106 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
La modelo utilizada por Renoir en este lienzo es la actriz Henriette Henriot,
popular por sus actuaciones en la "Comédie Française" y que aparecerá
en unos diez cuadros del pintor. La elegante dama en azul aparece ante
un fondo neutro, en una disposición que recuerda al Pífano de Manet, obra que emplea como modelo a Velázquez.
La habitación no se define y la actriz, gracias a la sombra y al
excepcional volumen, queda asentada en el espacio. Las tonalidades
azules dominan el conjunto, aplicadas con pinceladas rápidas y fluidas,
sin atender a los detalles para crear una sensación de abocetamiento
habitual entre los impresionistas.
La intensa mirada de la actriz se dirige al espectador, reforzando su
aspecto elegante.El cuadro fue enviado a la primera exposición
impresionista, realizada en los salones cedidos por el fotógrafo Nadar,
entre abril y mayo de 1874.

 Jardín en la rue Cortot, Montmartre
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1876
 Museo:The Carnegie Museum of Art, Pittsburgh
 Características:155 x 100 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Renoir alquiló un estudio en el número 12
de la rue Cortot, en el barrio de Montmartre, entre 1875 y 1876. El
taller tenía un pequeño jardín que será muy utilizado por el joven
artista para realizar escenas al aire libre; el famoso Desnudo al sol y esta escena que contemplamos fueron pintadas en este jardín de espesa vegetación, en el que las figuras de Monet y Sisley que aparecen al fondo parecen fundirse con las plantas y la hierba. Nos encontramos ante una típica escena impresionista
en la que la luz se convierte en la protagonista indiscutible,
provocando el dominio de determinadas tonalidades, las verdes en este
caso, salpicadas de los rojos, amarillos, naranjas y blancos de las
flores. Las pinceladas son rápidas y empastadas para captar el momento
lumínico y el efecto atmosférico que rodea la escena, tomando un aspecto
abocetado que se identifica con el apelativo impresionista, ya que se
trata de la impresión que ha causado esta visión en el pintor.


 Madame Charpentier y sus hijos

 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1878
 Museo:Metropolitan Museum
 Características:153,7 x 190,2 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
La relación entre el editor Georges
Charpentier y Renoir fue especialmente estrecha. Charpentier heredó una
exitosa editorial, ampliando los resultados económicos de la misma
gracias a su habilidad para descubrir nuevos talentos como Flaubert o
Zola. Se casó con Marguerite Lemonnier en 1872, una joven de buena familia cuyo padre había sido un gran mecenas, protegiendo a Gericault y Delacroix.
El hogar de los Charpentier se convirtió en uno de los centros
culturales del París de la época y allí fue pintado este magnífico
retrato, concretamente en la sala de estar, decorada al estilo japonés
tan del gusto del momento.Marguerite aparece elegantemente vestida de
negro, sentada en un diván, acompañada de sus dos hijas: Paul con ella
en el diván y Georgette sentada sobre el perro. La composición está
estructurada con maestría, recordando las obras clásicas al ubicar a la
madre en la zona central de la escena, equilibrando las figuras de las
niñas en la izquierda con la mesa y la silla del fondo. Al mismo tiempo,
los diferentes elementos se colocan en planos paralelos para crear el
efecto de profundidad, a través de una acentuada diagonal en
perspectiva. Las tonalidades también están dispuestas de manera
estructurada, creándose interesantes contrastes entre los tonos negros y
los claros. Si bien la pincelada es rápida y fluida, encontramos una
importante dosis de dibujo y modelado que no se halla en los paisajes
de estos años.El cuadro fue expuesto en el Salón de París de 1879,
obteniendo un importante éxito, lo que supuso el fin de las dificultades
económicas de esta época para el pintor. Las críticas le fueron
favorables como la de Marcel Proust, que escribió: "La posteridad
aprenderá más de la poesía contenida en una casa elegante y de los
hermosos vestidos de nuestros días en el cuadro de Renoir del salón del
editor Charpentier que del retrato de la princesa de Sagan realizado por
Cot o del pintado por Chaplin de la condesa de la Rochefoucauld".
renoir.famille-artiste
 Aline con Pierre, Madre amamantando
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1886
 Museo:Museum of Fine Arts of Saint Petersbourg
 Características:114,7 x 73,6 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Renoir conoció a Aline Charigot
en 1880, utilizándola como modelo en diferentes obras. La relación
entre ambos se estrechó y en 1885 nació un hijo, Pierre. Madre e hijo se
convertirán en protagonistas de un buen número de cuadros como Aline con Pierre
o este lienzo que contemplamos; incluso llegó a elaborar una estatua
con esta temática.La obra forma parte del llamado periodo seco en el que
Renoir vive una profunda crisis con el impresionismo,
reaccionando a la pérdida de forma al que estaba abocado con la
utilización de un cuidado dibujo y unas figuras más modeladas. A pesar
de estas novedades no se renuncia al color ni a la luz pero ahora ocupan
un papel menos relevante.Las volumétricas figuras de Aline y Pierre
ocupan el centro de la composición, recordando escenas clásicas
inspiradas en FragonardBoucher o Rubens.
La delicadeza y armonía de los dos protagonistas será una
característica habitual en la producción del maestro francés que desde
1883 abandona sus escenas de vida cotidiana para enfrascarse en
composiciones plenas de armonía y felicidad.Las tonalidades azules y
rojas dominan el conjunto, aplicadas con más fluidez mientras que los
colores del fondo presentan un mayor empastamiento.
 Muchachas tocando el piano
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1892
 Museo:Museo de Orsay
 Características:116 x 90 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
El mundo impresionista
elige como temas de sus cuadros numerosos elementos de la vida
cotidiana que rodeaba a los artistas, desde los lugares de diversión
como Le Moulin de la Galette
hasta carreras de caballos o imágenes más cargadas de intimismo como
ésta. Dos burguesas adolescentes se afanan ante el piano, interpretando
una la pieza y la otra cantando. Renoir parece introducirse en la sala
donde se desarrolla la escena, dándonos la oportunidad de presenciar el
"concierto". Los rostros de ambas figuras son de gran belleza, trazados
con sobrada maestría. Siempre este artista hará gala de un sensacional
dibujo, reaccionando de esta manera ante la pérdida de la forma que
incluía el Impresionismo como se aprecia en las obras de Monet.
Renoir zanjó tajantemente esta cuestión, interesándose por las figuras
femeninas en diferentes actitudes. La sensación atmosférica creada, el
rico color empleado y la soltura en la pincelada son elementos típicos
del Impresionismo, aportando Pierre sus notas características,
demostrando que dentro del movimiento cada miembro tenía total libertad.
Las luces que penetran por la zona de la izquierda impactan en los
vestidos de las adolescentes, resbalando por las telas para crear un
efecto de delicada belleza. Destaca el jarrón sobre el piano, ejecutado
con rápida
renoir.fournaise
renoir.meadow

 Los paraguas
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1883
 Museo:National Gallery de Londres
 Características:180´3 x 114´9 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Dejando de lado los paisajes, Renoir se
interesa por recuperar la figura, representando escenas de vida
cotidiana en las que recoge el mundo que le rodea: los bailes
o una tarde de lluvia. En esta ocasión, las figuras se distribuyen
sabiamente por la tela, disponiéndose en diferentes planos paralelos en
profundidad y cortados en sus laterales por influencia de la fotografía.
El ambiente grisáceo del momento no resta alegría a la escena,
especialmente por la figura de la joven de primer plano que dirige su
mirada al espectador y la niña que sostiene el aro, mirándonos también
de manera cómplice. Abunda el azul-morado en una composición en la que
contrasta el tratamiento geométrico de los paraguas con la suavidad de
las figuras. El Impresionismo que derrocha Renoir varía del de Monet, demostrando que cada artista tiene un camino diferente aunque existan conceptos comunes como el interés por la luz y el color.
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Jinetes en el Bois de Boulogne

 Jinetes en el Bois de Boulogne
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1872-73
 Museo:Hamburger Kunsthalle
 Características:261 x 226 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
A finales de 1872 Renoir empieza a
trabajar en un cuadro destinado al Salón de París del año siguiente. El
jurado rechazó la obra y fue expuesta en el Salon des Refusés, donde
recibirá interesantes críticas de Castagnary, uno de los críticos más
importantes del momento.La obra fue realizada en la Escuela Militar de
los Inválidos, posando como modelos la señora Darras y Joseph Le Coeur,
resultando los retratos de ambos personajes más atractivos que el resto
de la composición. Si bien la luz empleada está tomada del natural,
provocando sombras coloreadas -el capitán Darras criticó duramente el colorido argumentando que "nunca se han visto caballos azules"- todavía encontramos ecos de la obra de ManetCourbet y Corot
en las tonalidades apagadas, abundando los grises. La sensación de
movimiento y las posturas de los caballos son también muy artificiales,
dando la impresión que los protagonistas montan en los "caballitos" en
lugar de animales reales. Quizá lo más atractivo sea el interés del
joven pintor por captar con sus pinceles la vida cotidiana de la
burguesía parisina, temática habitual en su producción que supone una
importante novedad respecto a la pintura académica. 
Director de la colección: Luis Sanguino Arias
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 Confidencias
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1878 h.
 Museo:Sammlung Oskar Reinhart
 Características:61 x 50 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Entre los impresionistas
Renoir será el pintor de la figura humana, interesándose especialmente
por escenas intimistas en las que recoge retazos de la vida cotidiana
del París decimonónico. Este es un bello ejemplo para el que posaron las
modelos Eva y Laurenzie, más conocida como "la polaca". Las dos figuras
están al aire libre, bañadas por la brillante luz, fundiéndose con el
entorno de la naturaleza que las rodea. Las pinceladas son rápidas y
empastadas, creando una sensación de abocetamiento habitual en la
pintura impresionista. Las tonalidades apagadas dominan el conjunto,
contrastando con los blancos de cuellos, puños y adornos.
 En la playa
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1883
 Museo:Metropolitan Museum
 Características:92 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
En 1883 Renoir inicia su periodo seco. El propio maestro dice que "hacia 1883 yo había agotado el impresionismo
y al final había llegado a la conclusión de que no sabía ni pintar ni
dibujar. Dicho en pocas palabras, el impresionismo llevaba a un callejón
sin salida. (...) Si un pintor pinta directamente del natural, en el
fondo no busca sino efectos del momento. No se esfuerza en plasmar, y de
pronto sus cuadros se hacen monótonos". En esta crisis afectaría la
visita realizada a Italia y su admiración por la pintura de Rafael.


En las primeras obras de este periodo de crisis encontramos el lienzo
que contemplamos, pintado en el mes de septiembre en Guernesey. La joven
modelo aparece en primer plano, dirigiendo su mirada al espectador, en
un claro contraposto, sentada en una silla de mimbre. Al fondo
contemplamos la playa con las siluetas de unos barcos ante los
acantilados. Mientras que la figura está tratada con un acertado dibujo,
especialmente el rostro y las manos, el paisaje que la rodea se esboza
al trabajarse con una pincelada rápida y empastada, interesándose más
por la atmósfera y la luz que por la definición de las formas, en clara
sintonía con la obra de Monet.
Las tonalidades azules dominan el conjunto, creando un atractivo
contraste con los amarillos y dorados. El resultado es una obra de gran
impacto visual en la que la figura parece emerger de un entramado de luz
y color que anticipa la abstracción.
Niña con regadera
 Autor:Pierre Auguste Renoir 

 Fecha:1876
 Museo:National Gallery (Washington)
 Características:100,4 x 73,4 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
"Para mí, un cuadro debe ser algo amable,
alegre y bonito, sí, bonito. Ya hay en la vida suficientes cosas
molestas como para que fabriquemos todavía más". Esta frase de Renoir
reproduce a la perfección su estilo y su filosofía tal y como podemos
observar en este excelente retrato infantil. Y es que Renoir será un
gran especialista en los retratos de niños, bien los suyos -véase Jean Renoir- o los de los demás como observamos en esta delicada composición que presenta las características habituales del impresionismo:
interés por la luz y el color, sensación atmosférica, sombras
coloreadas e interés por asuntos cotidianos. Pero la gran aportación de
Renoir será su interés hacia la figura a la que casi no renuncia en
ninguna de sus composiciones, a diferencia de Monet
que está interesado en el paisaje puro. La niña ocupa la zona central
de la escena, rodeada de un jardín con flores y césped, creando una
sintonía de color de gran impacto visual. Las tonalidades se aplican de
manera rápida y empastada, como si de pequeñas comas se tratara,
configurando la escena a la manera de un puzzle cuyas piezas nuestra
retina asocia de manera correcta. El intimismo de la escena enlaza con
las composiciones de Berthe Morisot o de Mary Cassatt.
 Mujer con velo
 Autor:Pierre Auguste Renoir 
Fecha:1876
 Museo:Museo de Orsay
 Características:61 x 51 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Los realistas, con Courbet y Daumier
a la cabeza, se interesaron especialmente por los asuntos de la vida
cotidiana, representados con la grandeza de los grandes momentos
históricos. Lo corriente y lo sencillo alcanzará la categoría de arte.
Esta filosofía será continuada por los impresionistas que plasmarán con sus pinceles lo que se presenta ante sus ojos, descubriendo el valor de un instante, desde las fiestas del Moulin de la Galette a los palcos de la ópera
o la intimidad de una mujer ataviada con un velo que aquí contemplamos.
La figura femenina se sitúa en escorzo, recibiendo la iluminación desde
la izquierda para resaltar el intimismo del momento. Esa potente luz
resalta las tonalidades negras y grises de la capa y la transparencia
del velo. Las pinceladas rápidas y empastadas son las habituales del
estilo impresionista.

 En la terraza
Autor:Pierre Auguste Renoir 
 Fecha:1881
 Museo:Chicago Art Institute
 Características:100 x 81 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
A partir de la década de 1880 Renoir se
decanta por retomar la figura humana como protagonista de sus
composiciones, reaccionando ante la pérdida de la forma que se estaba
produciendo en sus cuadros de paisajes y especialmente en los de Monet. Renoir no abandona su estilo impresionista
tan fácilmente, como podemos comprobar en el fondo de esta imagen. La
protagonista es Mlle. Dartaud, actriz de la Comédie-Française,
acompañada de una niña sin identificar. Se supone que el lugar donde
posaron fue la terraza del restaurante Fournaise, durante el mes de
julio. Renoir siempre fue un gran retratista como demuestra en este
caso, interesándose por los rostros de la actriz y la pequeña, con la
mirada perdida la primera y mirando atentamente al espectador la
segunda. La luz del sol ilumina plenamente sus figuras, sin crear
sombras, como hacía la estampa japonesa.
El estilo continúa siendo rápido y abocetado pero las figuras tienen
algo más de dibujo que el resto de la composición, en donde líneas y
formas casi desaparecen para llegar a crear una obra abstracta. Los
colores empleados son muy vivos y variados contrastando con el vestido
de la mujer, para el que utiliza un negro-azulado que también se
encuentra en Los paraguas.
Dos hermana
 Autor:Pierre Auguste Renoir
 Fecha:1890 h.
Museo:Colección Particular
 Características:46 x 55 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo
Hacia 1883 el impresionismo
entra en un momento de crisis que afectará de diferente manera a los
pintores. La principal causa de esta crisis es que la obsesión por la
luz y las atmósferas tomadas directamente del natural les estaba
llevando a un callejón sin salida al perderse la forma casi por
completo. Cézanne
reaccionará recuperando los volúmenes geométricos y Renoir recuperará
la solidez de sus figuras y el dibujo; sin embargo, Monet continuó por
los anteriores derroteros y algunas de sus pinturas casi anticipan la
abstracción.Esta etapa de reflexión de Renoir es denominada el periodo
seco y una vez superada recuperará la admiración por el color, como bien
podemos observar en este trabajo protagonizado por dos hermanas;
tonalidades nacaradas aplicadas de manera fluida, sin tanto
empastamiento como en los primeros tiempos. Sus figuras son amables y
delicadas, envueltas en una aureola de romanticismo y paz que contrasta
con el delicado estado de salud por el que atraviesa el artista, enfermo
de reuma y con grandes dolores. Da la impresión que Renoir quiere
reaccionar contra su enfermedad pintando jovencitas bellas y delicadas
que le abstraen de sus dolencias.La delicadeza de los rostros de las
jovencitas y el delicado dibujo del que hace gala el maestro son dos
características determinantes de esta sensacional escena en la que el
clasicismo de Fragonard o Boucher parece alcanzar cotas insuperables.
 Director de la colección: Luis Sanguino AriaPintor

Hoy día se quiere explicar todo. Pero si se pudiera explicar un cuadro, no sería una obra de arte. ¿Debo decirle a usted qué cualidades constituyen a mi juicio el verdadero arte? Debe ser indescriptible e inimitable... La obra de arte debe cautivar al observador, envolverle, arrastrarle. En ella comunica el artista su pasión; es la corriente que emite y por la que incluye el observador en ella". "Yo pongo ante mí el objeto tal y como yo lo quiero. Entonces empiezo y pinto como un niño. Me gustaría que un rojo sonara como el tañido de una campana. Si no lo consigo la primera vez, tomo más rojo y otros colores, hasta que lo tengo. No soy más listo. No tengo más reglas ni métodos. Cualquiera puede probar el material que uso o verme mientras pinto: se dará cuenta de que no tengo secretos". Estas dos frases resumen de manera contundente la filosofía de Renoir, uno de los grandes maestros del impresionismo que con sus obras ha cautivado a una legión de admiradores en todos los museos y colecciones donde se pueden contemplar.Pierre-Auguste Renoir nació el 25 de febrero de 1841 en la localidad francesa de Limoges. Era el cuarto hijo de Léonard Renoir y Marguerite Morlet. Su padre era sastre y deseaba ampliar su fortuna por lo que decidió trasladarse con toda la familia a París, en 1845, esperando aumentar su capital, cosa que no ocurrió. El pequeño Pierre acude a las clases de los Hermanos de las Escuelas Cristianas cuando tiene siete años, iniciándose en la lectura y la escritura. Será en estos momentos cuando ya empiece su admiración por el dibujo, llenando de apuntes todos sus cuadernos. También sobresale en el canto, lo que provocará que el maestro de la capilla de Saint-Eustache se convierta en su profesor de solfeo, ingresando el pequeño en el coro de la iglesia cuando tiene nueve años. Léonard Renoir prefiere que Pierre se encamine hacia el dibujo ya que así podrá dedicarse a la decoración de porcelanas, una actividad tradicional en Limoges. En efecto, en 1854 Pierre ingresa como aprendiz en el obrador de los Lévy, pintores de porcelanas. Pronto destacará en la decoración floral y se le encargará la ejecución del retrato de María Antonieta en las tazas de café. Por las noches asiste a un curso en la Escuela de Dibujo y Artes Decorativas dirigido por el escultor Callouette. Se entusiasma tanto con la pintura que en lugar de comer, al mediodía acude al Louvre para copiar y dibujar a los grandes maestros: Tiziano, Tintoretto, Fragonard, Boucher, Velázquez, Rubens, ... Esta admiración por los grandes se mantendrá toda la vida y será una referencia constante en buena parte de sus obras. Decoraba las porcelanas diez veces más rápido que sus demás compañeros por lo que consiguió amasar una pequeña "fortuna" que le servirá de ayuda cuando en 1854 la empresa Lévy vaya a la quiebra. Pierre tiene diecisiete años y no duda en colaborar con su hermano mayor, Pierre-Henri, pintando abanicos, coloreando escudos o pintando telas de iglesia para los misioneros de Ultramar, legando a recibir el encargo de decorar un café en la rue Dauphine. Poco a poco va ganándose la vida gracias a los ahorros y los emolumentos que percibe, interesándose cada vez más por la pintura. Sus visitas al Louvre son cada vez más frecuentes y se apasiona por sus maestros -"¡Cuantas veces he pintado El embarque para Citerea! Así eran los primeros pintores con los que me familiaricé, Watteau, Lancret y Boucher. Mejor dicho: Diana en el baño fue el primer cuadro que me impresionó, y toda la vida he seguido queriéndolo como uno quiere a su primer amor" comentaría años después- por lo que decide ingresar en la Escuela de Bellas Artes. Supera el examen y el 1 de abril de 1862 se inscribe en las clases impartidas por Charles Gleyre y Emile Signol. En estos momentos conoce a Fantin-Latour, con el que visita el Louvre. Pero la rigidez académica no entusiasma al joven Renoir por lo que no duda en matricularse en el estudio privado de Gleyre, estudiando el desnudo del natural y sin someterse a la directa presión del maestro ya que Gleyre dejaba bastante libertad a sus alumnos.En el taller de Gleyre conocerá a tres de sus mejores amigos: Claude Monet, Alfred Sisley y Frédéric Bazille. Los cuatro jóvenes congeniaron estupendamente y pronto empezaron a ir a trabajar directamente en la naturaleza, "a plein air", en el bosque de Fontainebleau, de la misma manera que hacían los maestros de la Escuela de Barbizon: Daubigny, Díaz de la Peña o Corot. Incluso cuando Gleyre abandonó las clases a causa de su avanzada edad, en 1864, los cuatro jóvenes artistas continuaron trabajando juntos sin recurrir a ningún maestro directo. Pero Renoir, igual que todos los artistas de su tiempo, deseaba alcanzar pronto el triunfo por lo que no dudó en enviar al Salón de París una obra ese mismo año: Esmeralda bailando con su cabra, inspirada en la novela de Victor Hugo. La obra fue admitida pero posteriormente el propio Renoir no dudó en destruirla ya que no estaba satisfecho con el resultado, práctica bastante habitual en él.En estos años centrales de la década de 1860 Renoir no sólo admira a los maestros clásicos sino que también se interesa por los creadores que han roto los esquemas en su siglo. Delacroix y Courbet serán para el joven pintor dos referencias tremendamente importantes. En 1865 se encontrará con el gran maestro realista en Marlotte, sintiendo una profunda emoción. Este mismo año conocerá a Lise Trehót, amiga de la hermana de su buen amigo Jacques Le Coeur, quien se convertirá en su modelo favorita hasta 1872.Las ansias de triunfo en el Salón le llevaron a enviar obras tanto en 1866 como en el año siguiente pero el jurado las rechazó tajantemente, igual que las enviadas por Manet o Cézanne. Los jóvenes artistas protestan ante la organización y reclaman la organización de un "Salon des Refuses" pero no consiguen sus objetivos. Estos nuevos creadores tienen su centro de reunión en el barrio de Batignoles, concretamente en el café Guerbois, donde Manet se erige en su líder, acudiendo a la tertulia escritores y críticos artísticos como Emile Zola, uno de los primeros defensores de las nuevas ideas.Renoir va recibiendo algunos encargos que le sirven para superar su desgraciada situación económica, similar a la de sus compañeros, tal y como se recoge en estas palabras: "No comemos todos los días, pero aún así estoy de buen humor. (...) Monet nos invitaba de vez en cuando a comer. Y entonces nos atiborrábamos de pavo mechado, para el que había vino de Chambertin". Monet y Renoir utilizarán como modelo, en el verano de 1869, un cabaret flotante en la isla de la Grenouillère tomado directamente del natural, interesándose por el cambio de tonalidades en los objetos según la luz incida en ellos o por las atmósferas creadas por el aire alrededor de esos objetos. Estaba surgiendo el impresionismo.Un cambio de aires en el jurado del Salón de París permitió que en los últimos años de esta década los jóvenes creadores mostraran sus obras en la exposición oficial. Pero en julio de 1870 estalla la Guerra Franco-Prusiana y todos los artistas, en edad militar, son llamados a filas. Algunos, como Monet, abandonan Francia pero Renoir fue destinado al 10º regimiento de Cazadores, en Tarbes. Allí permanecerá hasta su desmovilización, el 15 de mayo del año siguiente. Su regreso a París coincide con los días de la Comuna, que será cruelmente sofocada por el ejército.Las consecuencias de la derrota de Napoleón III ante Alemania afectarán también al campo del arte ya que el nuevo jurado del Salón rechazaría sistemáticamente toda innovación, no dudando en criticar e incluso ridiculizar las obras de los jóvenes creadores. La situación económica de éstos, procedentes en su mayoría de familias sin grandes recursos, se hará cada vez más asfixiante por lo que pronto surgirá la idea de fundar una asociación de artistas encaminada a exponer sus trabajos al margen de las instituciones oficiales. Algunos marchantes como Durand-Ruel o Ambroise Volard empezaron a interesarse por las obras de los rebeldes y compraron sus lienzos, aun a riesgo de perder dinero. La apuesta de los jóvenes creadores era cada vez más fuerte y en diciembre de 1873 fundan la Sociedad anónima cooperativa de artistas pintores, escultores, grabadores. La primera exposición de este grupo se celebró entre el 15 de abril y el 15 de mayo de 1874, exhibiendo sus trabajos un total de 30 artistas entre los que encontramos a Boudin, Pissarro, Guillaumin, Cézanne, Monet, Gautier, Sisley, Renoir, Morisot y Bracquemont. La muestra se llevó a cabo en las salas cedidas por el fotógrafo Nadar, en el boulevard des Capucines. Acudieron unos 3.500 visitantes que, en su mayoría, se mofaron de lo allí expuesto. Louis Leroy, el crítico de la revista "Chirivari" aludió peyorativamente a los miembros del grupo llamándoles impresionistas, tomando el título de un cuadro de Monet para hacer una irónica burla de la muestra, pero el nombre gustó a los miembros del grupo que desde ese momento se denominaron asi.Renoir vendió tres de las obras presentadas pero su mala situación económica le llevó a convencer a Berthe Morisot y Monet para que organizaran una subasta pública en el Hôtel Drouot, en marzo de 1875. Las ventas serán escasas pero conocerán a Victor Chocquet, un admirador de Delacroix que se convertirá en uno de los más firmes defensores de la nueva pintura.Al año siguiente los impresionistas volvieron a realizar su segunda exposición, esta vez en la galería de Durand- Ruel. Renoir acudió con quince cuadros, entre otros Desnudo al sol. El crítico Albert Wolff escribió en "Le Figaro": "Cinco o seis locos se han encontrado aquí, obcecados por su aspiración de exponer sus obras. Mucha gente se destornilla de risa por estas chapuzas" catalogando el Desnudo de Renoir como un "amasijo de carnes en descomposición". La respuesta del pintor ante tan graves críticas será realizar su obra maestra: Le Moulin de la Galette, presentada junto a otras veinte a la tercera muestra impresionista, celebrada en 1877 en la rue Le Peletier. Renoir será uno de los principales organizadores pero las ventas serán ridículas. Sin embargo, Pierre consigue recibir interesantes encargos como retratista, entre otros los de Madame Charpentier y la actriz Jeanne Samary, una de sus modelos favoritas en estos momentos.La pintura de Renoir empezará a conseguir cierto éxito en los años finales de la década de 1870, momento en el que su hermano Edmond escribe un artículo favorable en la revista "Vie Moderne", organizando su primera exposición individual. No enviará ningún trabajo a las tres exposiciones siguientes de sus compañeros impresionistas, ya que existían desacuerdos de carácter político entre él y algunos de sus camaradas, rechazando las ideas anarquistas y socialistas de varios de ellos.Gracias a los retratos Renoir consigue una estabilidad económica que le permite realizar un viaje a Argelia, en marzo de 1881, y a Italia, en el invierno de ese año. Visitará Venecia, Florencia, Roma, Sorrento y Capri, admirando las obras de los maestros del Renacimiento y del Barroco, especialmente Rafael. Y es que en estos primeros años de la década de 1880 la pintura de Renoir -al igual que algunos de sus compañeros como Monet y Pissarro- vive un periodo de crisis. Pero mejor dejemos que sea el propio pintor quien nos cuente cómo se sentía: "Hacia 1883 yo había agotado el impresionismo y al final había llegado a la conclusión de que no sabía ni pintar ni dibujar. Dicho en pocas palabras, el impresionismo llevaba a un callejón sin salida (...) en concreto, me di cuenta de que nuestro estilo era demasiado formalista, que era una pintura que llevaba a uno permanentemente a compromisos consigo mismo. Al aire libre la luz es más variada que en el estudio, donde sigue inalterable para todo propósito y tarea. Pero justamente por esta razón la luz juega un papel excesivo al aire libre. No se tiene tiempo para pulir una composición, uno no ve lo que hace. Recuerdo que una vez una pared blanca proyectaba sus reflejos sobre mi lienzo mientras pintaba. Yo seleccionaba colores cada vez más oscuros, pero sin éxito; pese a mis intentos, salía demasiado claro. Pero cuando más tarde contemplé el cuadro en el estudio, parecía completamente negro. Si un pintor pinta directamente del natural, en el fondo no busca sino efectos del momento. No se esfuerza en plasmar, y pronto sus cuadros se hacen monótonos". Este momento de crisis recibe el nombre de "periodo seco". Se interesará por la pintura de Ingres y cuidará más su dibujo, haciendo hincapié en el modelado, al tiempo que emplea un colorido más frío y suave. Las bañistas que pintará en esta década serán excelentes ejemplos de esta nueva manera de trabajar, tremendamente clasicista, aunque sin perder la frescura del impresionismo. Pero no siempre se encontrará satisfecho con  los resultados de la nueva experimentación, entrando en épocas depresivas e incluso llegando a destruir todos sus trabajos de una temporada, como ocurrió en octubre de 1886. Las dudas acerca de su trabajo se extienden incluso a su marchante, Durand-Ruel, quien rechaza su nuevo estilo, sumiendo al artista en nuevos periodos de depresión.A principios de esta década de 1880 iniciará un estrecha amistad con una joven natural de Essoyes llamada Aline Charigot, quien se convertirá en su modelo favorita en esta época. La bella joven encandilará al ya maduro artista y el 23 de marzo de 1885 nacerá el primer hijo de la pareja. Pierre. Renoir y Aline formalizarán su relación al contraer matrimonio civil el 14 de abril de 1890; dos hijos más nacerán de esta relación: Jean, el famoso director de cine, el 15 de septiembre de 1894, y Claude, llamado "Coco", el 4 de agosto de 1901. Para cuidar a los pequeños contaron con la ayuda de una prima de Aline, Gabrielle Renard, que se convertirá en la modelo favorita del pintor hasta que ella se case en 1914.La fama de la obra de Renoir empieza a traspasar las fronteras de Francia gracias a las exposiciones organizadas por Durand-Ruel en Londres, Boston, Nueva York y Berlín, después de la celebrada en París durante el mes de abril de 1883 que mostró 70 cuadros. Los coleccionistas norteamericanos empezarán a manifestar una especie de fiebre por sus trabajos, adquiriendo buena parte de su producción que hoy se pueden contemplar en los museos y colecciones de la mayoría de las ciudades de los Estados Unidos. El grupo vanguardista belga de "Les Vingt" invita a Renoir a sus exposiciones de 1886 y 1890. Todo esto nos pone de manifiesto cómo el pintor se cotiza cada vez más y consigue escapar de los apuros económicos, especialmente desde la gran retrospectiva celebrada en 1892, reuniendo para la ocasión 110 cuadros. El Estado francés comprará uno de ellos para el Museo del Luxembourg: Yvonne y Christine Lerolle al piano. El éxito le permitirá realizar un viaje muy deseado: su destino es España, acompañado por el editor Paul Gallimard. La colección de Velázquez, Tiziano y Goya del Museo del Prado causará una profunda impresión en el pintor, al igual que los frescos de San Antonio de la Florida ejecutados por el maestro aragonés. En 1896 realizará otro viaje, ahora a la localidad alemana de Bayreuth, para conocer el festival Wagner pero le resultó muy aburrido. Dos años más tarde será Holanda el nuevo destino, sintiéndose más interesado por la pintura de Vermeer que por Rembrandt.La enfermedad será la triste compañera de las tres últimas décadas de la vida de Renoir. Uno de sus primeros ataques de reuma, que le provocará una parálisis facial, se produce en diciembre de 1888. Para evitar que la enfermedad se radicalice, huirá del frío y buscará lugares cálidos, dirigiéndose hacia el Mediterráneo. Al reuma debemos añadir periódicos ataques de gota, acudiendo a los balnearios con cierta frecuencia para curarse. Las dolencias reumáticas serán cada vez más fuertes, provocando la deformidad de sus manos y brazos. Con vendas evitaba que las uñas crecieran dentro de la carne y para pintar se ataba los pinceles entre los rígidos dedos -"Ya ve usted. ¡No se necesitan manos para pintar!" decía al marchante Vollard-. Pesaba poco más de 48 kilos en 1907 y tres años después quedó postrado en una silla de ruedas, llegando a tener que utilizar un armazón de alambre a la hora de tumbarse en la cama para que las sábanas no rozaran su débil cuerpo. Y aún así su capacidad de trabajo será excepcional, haciéndose construir un caballete en el que el lienzo se podía enrollar como si se tratara de un telar. No olvidemos que su producción alcanza las 6.000 obras, siendo superado en número por muy pocos pintores. Incluso en estos años de grave enfermedad se dedicó a la escultura, utilizando al escultor Ricardo Guinó, alumno de Maillol, como ayudante, indicándole desde su silla de ruedas cómo debía modelar, llegando e entenderse sólo con breves sonidos.Las obras de esta etapa madura están caracterizadas por el vibrante chisporroteo del color, combinado con un potente modelado y un acertado dibujo. El color es aplicado con pinceladas rápidas y relajadas, recuperando el interés por la luz de sus años juveniles, destacando las tonalidades rojizas como preferidas. Algunas de sus obras gozan del clasicismo de Rubens al emplear contundentes modelos desnudas dotadas de gracia y alegría -"Miro un desnudo; hay miriadas de pequeñas motas de color. Tengo que buscar aquéllas que hagan de esa carne, sobre mi tela, algo que viva, algo que se mueva" comentaría el propio artista-. Y lo más sorprendente es que, a pesar de su delicado estado de salud, todas estas obras tardías están envueltas en un halo de felicidad, de romanticismo bucólico, recordando a la mítica Arcadia.Desde 1907 Renoir se instala en Cagnes-sur-Mer, a orillas del Mediterráneo, buscando el clima cálido que haría más llevadero su mal. Compró una finca denominada "Les Colletes" donde se hizo construir un taller que se convertirá en su último refugio. Los premios y honores le llegan desde diferentes lugares, siendo nombrado en 1911 Oficial de la Legión de Honor. Al año siguiente se publica un artículo sobre su obra en la prestigiosa revista "Scribner´s Magazine" de Nueva York y ese mismo año Maier-Graefe publica la primera monografía sobre el artista. Sus obras alcanzan precios cada vez más altos en las subastas. Pero la enfermedad le sigue castigando y él busca en la pintura su único refugio.La Primera Guerra Mundial provoca la movilización de Pierre y Jean, recibiendo al poco tiempo diversas heridas. Recuperados, vuelven al frente y Jean es de nuevo herido, consiguiendo recuperarse. Sin embargo, en 1915 Renoir recibe un durísimo golpe: Aline fallece víctima de la diabetes el 27 de junio en un hospital de Niza, tras un breve periodo de tratamiento. Tenía 56 años.Pierre continúa buscando en la pintura su vía de escape. "Todavía hago progresos" comentaba. Fue a París en 1919 para contemplar como una de sus obras estaba expuesta junto a Las bodas de Caná de Veronés. El 3 de diciembre de ese año fallecía el pintor en Cagnes, tras haber pedido un lápiz para dibujar, diciendo, según se cuenta: "Flores" antes de fallecer. Tres días más tarde era enterrado en Essoyes junto a su esposa. En los últimos años de su vida fue frecuentemente visitado por los jóvenes creadores, entre ellos Matisse o Modigliani, que veían en el anciano pintor a un fuerte estímulo para continuar con sus trabajos, a pesar de que sus estilos no tuvieran mucho en común.