sábado, 23 de noviembre de 2013

BARTOLOME ESTEBAN MURILLO,,,, barroco espanol

ESTEBAN BARTOLOME MURILLO

ADORACION DE LOS PASTORES
Las primeras obras de Murillo denotan una evidente influencia del Naturalismo tenebrista que tanto éxito estaba cosechando en Sevilla por aquellas fechas, teniendo en Zurbarán a su máximo representante. Sería lógico pensar que si el joven Murillo pretende obtener rápidos triunfos será en un estilo admitido por todas las fuerzas artísticas de la ciudad, teniendo tiempo posteriormente de introducir novedades en su pintura. Así, esta Adoración de los Pastores muestra una importante influencia de la obra de Ribera, sin olvidar a Zurbarán y al joven Velázquez. Murillo ha dejado en penumbra a San José, que era el protagonista de la Sagrada Familia del Pajarito, iluminando a la Virgen y al Niño. Junto a ellos, dos pastores y una pastora entregan sus presentes: un cordero, huevos y una gallina. El realismo que caracteriza a las figuras tiene una clara muestra en los pies sucios de los pastores, como ya había hechoCaravaggio en Roma, mientras que la oveja recuerda el Agnus Dei de Zurbarán, que debía ser muy comentado en la capital andaluza por aquellas fechas. Los tonos predominantes son los típicos del Naturalismo: marrones, blancos, sienas y pardos que contrastan con los rojos y azules intensos. La pincelada minuciosa del pintor muestra todo tipo de detalles, desde los pliegues de los paños hasta las briznas de paja del pesebre. La composición carece de profundidad, como era habitual, al cerrarse con un fondo neutro normalmente muy oscuro, marcando una típica diagonal barroca aunque aquí no sea muy pronunciada. En suma, las primeras obras de Murillo tienen todos los ingredientes para cosechar éxitos inmediatos y hacerse un hueco en el mercado sevillano.

ANCIANA ESPULGANDO UN NINO
Las escenas costumbristas serán una de las especialidades de Murillo, existiendo una amplia demanda de estos temas, especialmente entre los comerciantes y banqueros flamencos que habitaban en Sevilla. En la década de 1660 pintaría esta Anciana espulgando a un niño, también llamada Abuela espulgando a su nieto. La composición se desarrolla en un interior, recortándose las figuras sobre un fondo neutro al estar iluminadas por un potente foco de luz que entra por la ventana. El pequeño tumbado sobre el suelo come pan y acaricia al perrillo mientras que la mujer procede a quitarle las pulgas o los piojos de la cabeza. La anciana concentra toda la atención en su tarea y ha abandonado sus útiles de hilado que aparecen sobre la banqueta de la derecha. Al fondo podemos contemplar una mesa con una jarra y un cántaro, lo que nos indica que se trata de una familia con escasos recursos económicos pero que sobrevive humildemente. Este detalle también se puede apreciar en sus vestidos ya que no observamos jirones como en otras escenas -véase los Niños jugando a los dados-. El naturalismo con el que trata Murillo la escena se aleja del empleado por Zurbarán años atrás, lo que indica la evolución de su pintura hacia un estilo muy personal, caracterizado por las atmósferas.


Autorretrato

AUTORRETRATO
Hacia 1670 los hijos de Murillo le encargan la realización de este autorretrato que contemplamos, tal y como aparece en la inscripción en latín. Para su ejecución, el maestro toma como base los tipos de los retratos flamencos y holandeses empleados desde finales del siglo XVI. No debemos olvidar la importante colonia de comerciantes flamencos que estaba afincada en Sevilla con la que el artista tendría una buena relación.
El pintor aparece enmarcado en un óvalo decorado con molduras, mientras que sobre la mesa que sujeta el fingido marco encontramos elementos alusivos a su profesión: la paleta y los pinceles en la derecha y un dibujo con el lápiz, el compás y la regla en la izquierda. El modelo saca la mano del óvalo y la apoya en el marco, para crear una mayor sensación de perspectiva y acentuar el naturalismo que caracteriza a todo el conjunto. El centro de la imagen es, sin duda, el rostro de Murillo, captado con toda su profundidad psicológica, resaltando sus facciones agradables y su mirada serena. La intensidad de las luces en algunas partes y el fondo en penumbra refuerza la potencia del retrato, demostrando la calidad de Murillo para esta temática que no tocó en demasía.
En 1682 el cuadro fue grabado en Amberes a instancias de don Nicolás de Omazur por lo que sería una obra admirada por buena parte de los pintores europeos.
CUATRO FIGURAS EN UN ESCALON
La risa será una de las principales protagonistas en las pinturas de género realizadas por Murillo. El joven muchacho de la izquierda que aquí contemplamos dirige su mirada hacia el exterior y esboza una amplia sonrisa que contrasta con el gesto de la hermana que parece contener su divertida actitud. La madre abandona su tarea de despiojar a un niño para mirar también hacia el exterior, a través de sus anteojos. ¿Qué ocurre en el exterior para que todos dirijan su mirada hacia allí? Algo similar podemos encontrar en las Mujeres en la ventana, creando un juego con el espectador que hoy por hoy es imposible de descifrar pero que en la época sí tendría su lógica.
En esta imagen Murillo se muestra como un excelente pintor de gestos y expresiones, recogiendo con sus pinceles las diferentes actitudes de los personajes. Las figuras se recortan ante un fondo en penumbra lo que permite al artista dotarlas de mayor volumetría, recibiendo un potente foco de luz desde la izquierda que resalta las diferentes tonalidades de sus vestidos. Las indumentarias -a excepción del pantalón roto del pequeño- nos indican que se trata de una familia de cierta posición económica, recogiendo el maestro con un insistente naturalismo todos los detalles.

EL BUEN PASTOR NINO
En el Evangelio de San Juan (10, 11-14) se compara al Cristo con el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas. Esta sería la posible base documental de este trabajo en el que Murillo emplea a sus protagonistas principales: los niños, bien se trate de niños de la calle -como en Dos niños comiendo uvas y melón- o celestiales como en este caso.El Niño Jesús se sitúa en un paisaje con una referencia arquitectónica al fondo, sentado sobre algunos restos clasicistas y dirigiendo su mirada al espectador. En la mano derecha lleva la vara del pastor y con la izquierda acaricia al cordero, quien también dirige la mirada hacia nosotros. La composición se estructura con una pirámide característica del Renacimiento mientras que la pierna y la vara se ubican en diagonal para reforzar el ritmo del conjunto. La atmósfera creada gracias a la iluminación y el colorido recuerdan a la escuela veneciana, aportando el maestro sevillano una idealización de las figuras que no aparece en sus escenas costumbristas.
Bodas de Caná
LAS BODAS DE CANA
Según el Evangelio de San Juan (2; 1-11) Jesús, en compañía de su madre y sus discípulos, asistió a una boda en Caná. Al faltar vino, Jesús realizó su primer milagro: la conversión de agua en vino, lo que motivó la reprimenda del maestresala al novio: "Todos sirven primero el mejor vino, y, cuando se ha bebido bastante, el peor. Tú has guardado el buen vino hasta ahora". 
Murillo emplea este tema pare realizar una de sus obras con mayor número de personajes. La escena se desarrolla en un interior de clara inspiración clásica. Una gran mesa sobre la que se sientan los invitados preside la composición, distribuyéndose a su alrededor más de 20 personas. En el centro se hallan los novios, inundados por la luz blanca y potente que se dirige hacia los cántaros de primer plano, verdaderos protagonistas de la escena. En la izquierda aparece Cristo en el momento de realizar el milagro, acompañado por María. Los sirvientes se disponen a echar agua en las vasijas mientras el maestresala dirige su mirada a los comensales. Las figuras se disponen en planos paralelos con lo que se aumenta la sensación de profundidad.
Murillo emplea vestidos orientales en algunos personajes, mantos, turbantes o una preciosa tela en la mesa que contemplamos a la izquierda, lo que podría indicar, según los especialistas, la relación de Sevilla con el mercado oriental durante el siglo XVII. El empleo de estos vestidos, la amplitud del escenario y el gran número de figuras empleadas traen a la memoria las escenas de Veronés.
La iluminación utilizada por el maestro configura un sensacional efecto atmosférico, diluyendo los personajes del fondo de la misma manera que hace Velázquez. Sin embargo, Murillo no renuncia a recoger todo tipo de detalles, especialmente en primer plano, creando un estilo personal de gran belleza. No debemos olvidar su interés hacia los gestos, expresiones y actitudes, demostrando su maestría en el manejo de este asunto, maestría que también exhibe en el uso del color.
DOS NINOS COMIENDO ,MELON Y UVAS
Murillo se convertirá en uno de los principales pintores infantiles del Barroco, tanto a la hora de representar figuras divinas como el Niño Jesús o San Juanito o personajes absolutamente reales como estos niños que aquí observamos. Se trata de una obra juvenil, fechada entre 1645-50 y en ella apreciamos la influencia naturalista en la pintura de Murillo. Las dos figuras aparecen ante un edificio en ruinas, interesándose el artista por presentarlos como auténticos pícaros, destacando sus ropas raídas y sus gestos de glotonería. Los detalles están captados a la perfección -especialmente las frutas- creando Murillo una apreciable sensación de realidad. La pincelada comienza a adquirir una mayor soltura y los efectos de vaporosidad y transparencia empiezan a surgir gracias a su contacto con Herrera y la pintura veneciana.

Joven y su dueña
Murillo representa un profundo cambio en el gusto de los clientes del arte en la España del siglo XVII. Tras la severidad de naturalistas como ZurbaránMaíno, el joven Velázquez, etc., Murillo proporciona imágenes bellas, iluminadas con suaves tonos dorados y rostros gentiles. Es el caso de esta pintura, realizada con frescura e ingenuidad. Muestra un tema muy explotado en la pintura española, como es el de la maja asomada a la ventana y acompañada de una mujer mayor. En el caso de Goya serán con frecuencia Celestinas exhibiendo a sus pupilas. En el caso de Murillo, la joven parece una muchacha del pueblo, con grandes ojos llenos de confianza y alegría. La dueña parece divertida por lo que ve en la calle y se tapa el rostro para ocultar la risa. La composición del lienzo es muy acertada: se basa en un ángulo recto acodado en la esquina inferior izquierda del marco. El ángulo está subrayado arquitectónicamente por el alféizar y la contraventana de madera, y así como por los personajes, con la jovencita apoyada y la dueña que se asoma. De este modo, gran parte del cuadro queda absolutamente vacío y la mirada del espectador se ve atrapada por las dos simpáticas figuras femeninas, que destacan contra un fondo oscuro sin iluminación ni referencias espaciales.
La Giovane mendicante
Los especialistas consideran que este Niño espulgándose es la primera obra de carácter costumbrista de las realizadas por Murillo. Se fecha entre 1645-50, momento en el que el maestro empieza a consolidarse en el panorama artístico sevillano. El pequeño aparece en una habitación, recostado sobre la pared y quitándose las pulgas que acompañan a sus ropas raídas. En primer término aparece una vasija de cerámica y un canasto del que caen algunas piezas de fruta. La figura está iluminada por un potente haz de luz que penetra por la ventana desde la izquierda, creando un fuerte contraste con el fondo que sirve para crear una mayor volumetría. La luz también refuerza el ambiente melancólico que define la composición, destacando el abandono en el que vive el muchacho.El marcado acento naturalista que refleja la escena tiene como fuentes a Zurbarán y Caravaggio, trayendo también a la memoria las escenas costumbristas de la primera etapa de Velázquez. La pincelada gruesa y pastosa empleada por Murillo es característica de esta primera etapa, dejando paso en obras posteriores a una mayor vaporosidad y transparencia como puede apreciarse en los Niños jugando a los dados.
SANTA JUSTA
Santa Justa y Santa Rufina son las patronas de Sevilla y su representación es muy popular en la capital andaluza. Se trata de dos hermanas alfareras que formaban parte de la clandestina comunidad cristiana de Sevilla durante el siglo III. Se negaron a financiar al ídolo local Salambó por lo que fueron condenadas a prisión y martirizadas. Esta es la razón por la que en este cuadro Murillo pinta a una de las santas portando cacharros y con la palma del martirio en la mano. La santa está representada como una joven sevillana del siglo XVII, secularizando la figura que más bien parece tratarse de un retrato profano debido a la belleza, elegancia y sensualidad de la modelo. 
El tamaño de los dos lienzos ha hecho pensar que se trataría de cuadros de devoción personal, encargados por algún cliente particular. Para el retablo de los Capuchinos de Sevilla pintará Murillo un granlienzo con las dos santas juntas que tendrá mucha devoción, siendo tomado como inspiración dos siglos después por Goya.
SANTA RUFINA
Entre 1660-1670 Murillo realizará sus obras más importantes por lo que es considerada la época de esplendor. En estas fechas pintará dos cuadros de las santas más veneradas de la ciudad de Sevilla:Santa Justa y santa Rufina. Debido a su tamaño posiblemente se trate de dos cuadros destinados a la devoción particular lo que permite al artista eliminar algunas notas divinas y convertir a ambas figuras en personajes populares, representándolas como dos bellas y elegantes damas de la Sevilla barroca. Las dos mujeres eran hijas de un alfarero y formaban parte de la comunidad cristiana en el siglo III. Al negarse a realizar donaciones al ídolo Salambó fueron apresadas y condenadas a muerte tras sufrir martirio. Esa es la razón por la que aparecen con vasijas en las manos y una palma. 
Santa Rufina vista un elegante traje de color verde con mangas blancas y manto rojo. Unas pulsera de cuentas rojas adornan sus muñecas, creando una sintonía cromática con el lazo del pelo y el del vestido. La santa dirige su tierna mirada hacia el espectador, destacando sus grandes y bellos ojos oscuros. La luz dorada crea una excelente sensación atmosférica reforzada por la rápida pincelada aplicada, acercándose con este estilo a la escuela veneciana
Murillo realizó un cuadro para el retablo de los Capuchinos de Sevilla en el que aparecen las dos santas juntas.
SANTA JUSTA Y SANTA RUFINA
En 1665 Murillo recibió el encargo de decorar la iglesia del Convento de los Capuchinos de Sevilla con un extenso ciclo de pinturas. En el primer cuerpo del retablo mayor se ubicaba una de sus obras más populares: las Santas Justa y Rufina ya que se consideraba que la iglesia estaba en el lugar donde habían sido martirizadas las santas. Eran hijas de un pobre alfarero -de ahí las vasijas de barro que aparecen en el suelo aludiendo a la venta de cerámica que realizaban- y miembros de la clandestina comunidad cristiana en la Sevilla del siglo III. Al negarse a vender sus vasijas para ser utilizadas en ceremonias paganas y rechazar la entrega de un donativo a una imagen del ídolo Salambó, el portador del ídolo destruyó sus cacharros y ellas respondieron derribando la imagen por lo que sufrieron prisión, martirio y muerte (278). Entre sus manos las santas sostienen una pequeña Giralda ya que, según la tradición, fue su milagrosa intervención, abrazando la torre para que no se cayera, la que la salvó tras el terremoto de 1504. Esa es la razón por la que santa Justa mira hacia los sevillanos con gesto tranquilizador mientras su hermana eleva la mirada la cielo. Las santas están representadas por dos jóvenes de bellas y delicadas facciones, situando ambas figuras de manera frontal al espectador. Los tonos verdes, ocres y rojos empleados acentúan la belleza del conjunto. Las delicadas vasijas que aparecen a sus pies, realizadas con un acertado dibujo y una pincelada delicada y detallista, contrastan con el abocetamiento y la vaporosidad de la parte superior de los cuerpos, mostrando Murillo el dominio pictórico alcanzado. En esta obra se basó Goya para realizar un cuadro con la misma temática para la catedral de Sevilla en 18
LA GALLEGA DE LA MONEDA

Desde época muy temprana Murillo cultivó la pintura de género, representando personajes infantiles y adolescentes en actitudes alegres y joviales. Esta temática tendrá mucho éxito en la época barroca pero apenas encontramos ejemplos, a excepción del pintor sevillano. Se considera que podría tratarse de encargos realizados por flamencos residentes en Sevilla o de paso por la capital andaluza, ya que en Flandes este tipo de pintura sí era habitual. 

La figura de la joven aparece en primer plano, mirando sonriente hacia el espectador y ofreciendo -o recibiendo- la moneda que lleva en la mano, ocupando la mayor parte del espacio compositivo. Recibe un fuerte fogonazo de luz procedente de la izquierda que sirve para acentuar el contraste lumínico con el fondo, más acusado gracias al manto blanco que cubre su cabeza. El contraste cromático y lumínico indican que se trata de una obra juvenil, dentro de la etapa naturalista en la que Ribera y Caravaggioserían los precedentes más inmediatos. Fue adquirido en el siglo XVIII por la reina Isabel de Farnesio y llegó al Prado en 1819.


Huida a Egipto
LA HUIDA A EGIPTO
En los primeros años de su carrera Murillo se interesó por el naturalismo que tantos éxitos había permitido alcanzar a Zurbarán. Esa es la razón por la que elimina de esta representación religiosa todos los elementos de carácter divino, asemejando a una familia campesina que se desplaza de un lugar a otro. Las figuras de María, san José y el Niño aparecen vestidos a la moda del siglo XVII y sus rostros, gestos y actitudes parecen tomadas de la Sevilla del momento. Sólo la luz que impacta en el Niño hace pensar que se trate de Jesús cuando su rostro es el de un recién nacido absolutamente real, envuelto en una faja de la misma manera que hizo Velázquez en la Adoración de los magos que guarda el Prado. Murillo ha conseguido crear un acertado efecto de movimiento, acentuado por la cabeza baja del borrico y su pata delantera levantada. Una arboleda sirve de cierre a la composición en la izquierda mientras que en la derecha el paisaje se abre para crear una acertada sensación de profundidad. La suave luz empleada contribuye a crear en el ambiente cierta melancolía.
La Dolorosa
Compañera del Ecce Homo que guarda también el Prado, esta Dolorosa recoge de manera admirable el dolor que la Virgen siente ante la cercana muerte de su hijo. Toda la tensión está recogida en los llorosos ojos que se elevan al cielo, con la mirada perdida. El rostro recibe un potente impacto lumínico que contrasta con la oscuridad del fondo y del manto, apenas esbozados para centrar su atención en la espiritualidad que emana de la Virgen. Los rápidos toques del pincel se aprecian en zonas del velo y de las cuencas oculares. También en este trabajo apreciamos ecos de Tiziano y la escuela veneciana, sin renunciar a algunos rasgos de Van Dyck.
Niño apoyado en un antepecho

Las escenas de género protagonizadas por niños pintadas por Murillo tienen la alegría y la gracia como principal protagonista, siendo esta obra el paradigma de esa alegría. El pequeño que se apoya en una ventana parece dirigir su mirada hacia alguien que le hace esbozar esa luminosa sonrisa, destacando la expresividad en el gesto del muchacho. La figura se recorta sobre un fondo neutro y en penumbra, bañando una luz dorada todo el personaje. Murillo emplea una pincelada rápida y suelta, repleta de viveza, con la que el niño adquiere un aspecto abocetado a pesar de tratarse de una obra finalizada. La sensación de atmósfera que se crea dota de mayor espontaneidad a la imagen, al igual que el empleo del color armonioso. La similitud con los trabajos de la última etapa velazqueña resulta significativa.       


San Juan Bautista niño
El San Juanito aparce sentado sobre una piedra, llevándose la mano derecha al pecho en señal de penitencia y dirigiendo la mirada hacia el cielo de donde le llega una rayo de luz. A su lado encontramos el Cordero que simboliza a Cristo. Las figuras aparecen ante un fondo de paisaje.
Al igual que el Buen Pastor Niño, la composición se estructura con una pirámide mientras que diversas diagonales dotan de mayor ritmo al conjunto. La atmósfera conseguida gracias a la luz y el color son una muestra clara de la admiración de Murillo por los maestros venecianos. La pincelada es rápida y diluida cercana al estilo de Velázquez.
Resulta curioso comparar esta idealizada escena con los asuntos costumbristas protagonizados por niños en los que Murillo emplea un naturalismo que aporta cotidianidad a las estampas.

Santa Ana y la Virgen
SANTA ANA Y LA VIRGEN
La iconografía de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen había sido impuesta en Sevilla por Roelas hacia 1615 y cuando Murillo realiza esta obra unos cuarenta años después continúa con el esquema establecido. La figura de Santa Ana aparece sentada ante un impresionante fondo arquitectónico mientras que la Virgen se recorta sobre una balaustrada. Unos querubines que portan una corona de rosas se recortan sobre el fondo de nubes y aportan la nota espiritual de la composición ya que las dos figuras parecen tomadas de la burguesía sevillana del momento. Los pesados mantos que cubren el cuerpo de la santa dotan de monumentalidad escultórica a la figura mientras que la Virgen parece más real, destacando el rostro de complicidad hacia las enseñanzas de la madre así como el gesto de Santa Ana, cuya expresividad refuerza el naturalismo de la escena. La cesta con la labor y los pliegues de los paños hacen pensar a los especialistas en una fecha temprana de ejecución mientras que el colorido y el aspecto atmosférico de la obra indicarían el tránsito hacia una nueva etapa en la que los flamencos,Velázquez y Herrera el Mozo serán sus nuevas referencias.
Es posible que la composición esté tomada de una estampa de Rubens ya que el Museo de Amberes guarda una obra que reproduce el esquema compositivo que aquí Murillo empleó.
Vieja hilando
VIEJA HILANDO
Algunos especialistas dudan de la originalidad de este lienzo, considerando que se trata de una copia antigua de una obra realizada por Murillo en su etapa juvenil. Nos encontramos ante una figura en primer plano que dirige su mirada al espectador, recortada sobre un fondo neutro e iluminada por un potente foco de luz desde la izquierda, características definitorias del naturalismo tenebrista tomado deCaravaggio y Ribera. Las escenas populares serán una de las temáticas más interesantes en la producción de Murillo, mostrando la vida cotidiana de ancianas y niños como en Niños comiendo melón y uvas o lasGallegas en la ventana. El excelente dibujo, la pincelada apretada y las tonalidades oscuras son elementos identificativos de esta primera etapa.





Virgen de la Servilleta
VIRGEN DE LA SERVILLETA
Existen dos tradiciones recogidas por O´Neill en 1883 relacionadas con el título de esta obra, una de las más populares de Murillo. La primera de ellas hace referencia a que el pintor solía desayunar en el Convento de los Capuchinos tras oír misa. Un día, tras el cumplido desayuno, los frailes se apercibieron que faltaba una servilleta que días más tarde fue devuelta por Murillo tras pintar una Virgen con un Niño. La segunda versión narra como un devoto fraile solicitó al pintor una Virgen con Niño de pequeño formato para concentrase en sus oraciones. Murillo le respondió afirmativamente pero le solicitó la tela necesaria para su ejecución. El fraile le entregó la servilleta y el pintor la realizó sobre ella. Ambas leyendas son falsas ya que el soporte sobre el que está realizada la obra es lienzo, no tela de mantel. La Virgen con el Niño forma parte de la decoración del retablo mayor del Convento de los Capuchinos de Sevilla, ubicándose concretamente en la portezuela del tabernáculo. Murillo ha sabido captar a la perfección en ambos personajes la ternura y la afectividad. El Niño se inclina hacia el espectador, dirigiendo sus grandes ojos hacia nosotros, lo que motivó la popularidad del lienzo entre los sevillanos. La obra está realizada con una pincelada rápida y certera, rodando a ambos personajes de una sensación atmosférica que diluye sus contornos y crea un efecto de espiritualidad. Los vivos colores y la delicadeza de las carnaciones recuerdan a Rafael mientras que las atmósferas serán tomadas de Velázquez o Rubens, dos pintores importantes para Murillo tras su viaje a Madrid, sin dejar de lado a Tiziano y Van Dyck.
San Juanito y el Cordero

Los expertos piensan que esta obra podría haber formado parte de la decoración del altar que se levantó en la plaza de Santa María la Blanca con motivo de la reapertura de la iglesia en el año 1665. Sería propiedad de don Justino de Neve, el canónigo de la catedral sevillana promotor del encargo, y haría pareja con un Buen Pastor que hoy guarda la Colección Lane de Londres.
San Juanito dirige su mirada hacia el espectador con una seductora sonrisa, abrazando al Cordero mientras señala al Cielo con un dedo de la mano izquierda. La figura se sitúa al aire libre, ante un fondo de paisaje donde abundan las nubes, creando un juego de luces y sombras que recuerda la etapa tenebrista -véase la Magdalena penitente-. El estudio anatómico de la figura infantil está realizado perfectamente, consiguiendo una sensacional volumetría al igual que en el Cordero. La delicadez y actitud del pequeño preludian el estilo del siglo XVIII.

Niñas contando dinero


La fama de Murillo aumentaría gracias a las pinturas sobre temática cotidiana protagonizadas por niños, siendo muy originales en el contexto del Barroco europeo ya que gozan de una impronta personal. Los coleccionistas extranjeros -banqueros y mercaderes especialmente de origen flamenco- adquirieron directamente al artista un buen número de cuadros. Dentro de estas pinturas costumbristas infantiles conviene señalar las Muchachas contando dinero que aquí contemplamos, también denominadas Jóvenes fruteras ya que son dos adolescentes las protagonistas en el momento de contar las ganancias conseguidas con la venta de la fruta que tienen en el cesto, especialmente uvas. Las dos están embelesadas contando el dinero conseguido, resultando satisfechas con lo obtenido al surgir en sus rostros complacientes sonrisas. En el fondo apreciamos un paisaje con ruinas clásicas, bañada toda la escena por una luz otoñal que saca diferentes brillos en la fruta. El naturalismo de rostros, ropajes, canasto o uvas hace referencia a los primeros años del artista pero la luminosidad atmosférica y el colorismo sitúan la escena en torno a 1670.La obra fue adquirida por Maximiliano II de Baviera al comerciante Franz Joseph von Dufresne, apareciendo documentada en el castillo de Schleissheim en 1770.


Muchacha con flores

Muchacha con flores


Si la mayoría de las escenas populares pintadas por Murillo están protagonizadas por niños -véase laInvitación al juego de pelota a pala o Tres muchachos- en algunas ocasiones también emplea como modelos a muchachas, como en esta ocasión, tratándose de una de las imágenes costumbristas más atractivas de la producción del sevillano. Angulo ha querido ver en esta imagen una alusión a lo efímero de la belleza y la juventud, que vendría subrayado por las rosas marchitas y deshojadas que aparecen en el manto de la joven. De esta manera, la "vanitas" barroca subyace en este lienzo, siguiendo Murillo la estela de las obras pintadas por Caravaggio.
La muchacha aparece al aire libre, dirigiendo su risueño gesto al espectador y sentada sobre un pequeño muro que tiene su continuación arquitectónica en el pilar que aparece a su espalda. Viste de manera sencilla pero elegante, coronando su cabeza con un gracioso tocado. La figura es iluminada por un potente foco de luz que resbala por las telas, realzando la volumetría del personaje y acentuando el contraste con el fondo en penumbra. Esa luz también realza el colorido alegre empleado, obteniendo como resultado una obra de gran atractivo que ha sido copiada en numerosas ocasiones.
FUENTE,,,,ARTEHISTTORIA

Murillo. Bartolomé Esteban Murillo

Galería de obras
Retrato de Murillo. Bartolomé Esteban Murillo
Nacionalidad: España
Sevilla 1617 - Sevilla 1682
Pintor
Barroco Español


Obras: 115

Bartolomé Esteban Murillo es quizá el pintor que mejor define el Barroco español. Nació en Sevilla, donde pasó la mayor parte de su vida, en 1617. La fecha exacta de su nacimiento nos es desconocida pero debió ser en los últimos días del año ya que fue bautizado el 1 de enero de 1618 en la iglesia de la Magdalena. La costumbre en la Edad Moderna era bautizar al neonato a los pocos días del nacimiento por lo que los especialistas se inclinan a pensar en esta posibilidad. Su padre era un cirujano barbero llamado Gaspar Esteban y su madre se llamaba María Pérez Murillo, siendo este último apellido materno el elegido por el artista para darse a conocer en el mundo artístico sevillano. Constituían una familia numerosa y el pequeño Bartolomé era el hijo número catorce. La situación económica de la familia era bastante aceptable y el futuro pintor se criaría sin estrecheces. Pero en cuestión de un año fallece el padre (1627) y la madre (1628) por lo que el joven Bartolomé pasará al cuidado de su hermana Ana, casada con un barbero cirujano de nombre Juan Agustín de Lagares. Las relaciones entre los cuñados serían muy buenas, tal y como atestigua que Murillo fuera designado albacea testamentario por su cuñado.No disponemos de más datos hasta que en 1633 firma un documento en el que declara su intención de emigrar al Nuevo Mundo. El viaje lo realizaría con su hermana María, su cuñado el doctor Gerónimo Díaz de Pavía y su primo Bartolomé Pérez. Pero el dicho viaje nunca se produciría y Murillo inicia su aprendizaje artístico con Juan del Castillo, en cuyo taller permanecerá cinco años. Palomino dice que Del Castillo era tío de Murillo aunque no podemos asegurarlo categóricamente; posiblemente existiera entre ambos algún parentesco y esto pesó a la hora de hacer la elección. Del Castillo no era un artista de primera fila pero sus trabajos eran respetados en el ambiente artístico sevillano y tenía un buen número de encargos, colaborandoAlonso Cano en el taller.Los primeros cuadros de Murillo están muy influidos por el estilo del maestro como se puede apreciar en la Virgen del Rosario con santo Domingo. El estilo de Cano apenas se puede apreciar en estas obras, posiblemente porque el granadino dedicaba más tiempo a la escultura.En 1645 Murillo recibe su primer encargo de importancia. Se trata de la serie de trece lienzos para el Claustro Chico del convento de San Francisco en Sevilla. En estas obras muestra una notable influencia de Van Dyck,Tiziano y Rubens, lo que hace pensar a algunos en un posible viaje a Madrid, apoyándose en los datos aportados por Palomino y Ceán Bermúdez. No existe base documental para apoyar esta teoría por lo que si realizó el viaje a la Corte quedó en el más absoluto anonimato.Este año de 1645 será de gran importancia para el artista porque se casa el 26 de febrero. La elegida se llamaba Beatriz Cabrera y Villalobos, joven sevillana de 22 años, vecina de la parroquia de la Magdalena donde se celebró el enlace. En los 18 años que duró el matrimonio tuvieron una amplia descendencia: un total de nueve hijos.El éxito alcanzado con la serie del Claustro Chico -al aportar un estilo más novedoso que los veteranos Herrera el Viejo oZurbarán- motivará el aumento del número de encargos. Por ello en 1646 ingresa en su taller un joven aprendiz llamado Manuel Campos al tiempo que debe buscar una casa más amplia para organizar un taller. Se traslada a la calle Corral del Rey donde sufrió la terrible epidemia de peste que asoló la zona de Andalucía -y en especial Sevilla- en 1649. La mitad de la población de la capital perdió la vida y entre los muertos debemos contar a los cuatro pequeños hijos del matrimonio Murillo.La crisis económica que vive la ciudad no impide que los encargos continúen a buen ritmo, siendo uno de los más importantes el enorme lienzo de la Inmaculada Concepción para la iglesia de los Franciscanos, llamada "La Grande" por su tamaño.En 1658 se traslada a Madrid donde es muy probable que conociese a Velázquez, quien le pondría en contacto con las colecciones reales donde tomaría contacto con la pintura flamenca y veneciana. Alonso Cano, Zurbarán y los artistas madrileños de esta generación también pudieron ser visitados por el sevillano pero no existen documentos que nos lo aseguren. A finales de 1658 Murillo está de nuevo en Sevilla, apareciendo como vecino de la parroquia de Santa Cruz donde permaneció hasta 1663 que se trasladaría a la de San Bartolomé.Los numerosos encargos que recibía le permitían disfrutar de una saneada economía, complementando estos ingresos con las rentas de sus propiedades urbanas en Sevilla y las de su mujer en el pueblo de Pilas. Tenía tres aprendices en el taller y una esclava que colaboraba en las tareas del hogar.El 11 de enero de 1660 funda una Academia de Dibujo en Sevilla, en colaboración conFrancisco de Herrera el Mozo. Los dos artistas compartieron la presidencia durante el primer año de funcionamiento de esta escuela en la que los aprendices y los artistas se reunían para estudiar y dibujar del natural, por lo que se contrataron modelos. La presidencia de la Academia será abandonada por Murillo en 1663, siendo sustituido por Juan de Valdés Leal.Precisamente será en 1663 cuando Murillo quede viudo al fallecer su esposa como consecuencia del último parto. De los nueve hijos sólo sobrevivían en aquel momento cuatro: Francisca María, José, Gabriel y Gaspar. Gabriel partió para América en 1677 y los tres restantes siguieron la carrera religiosa, llegando Gaspar a ser canónigo de la catedral sevillana.El periodo más fecundo de Murillo se inicia en 1665 con el encargo de los lienzos para Santa María la Blanca -elSueño del Patricio y el Patricio relatando su sueño al papa Liberio- con lo que consiguió aumentar su fama y recibir un amplio número de encargos: las pinturas del retablo mayor y las capillas laterales de la iglesia de los capuchinos de Sevilla y las pinturas de la Sala Capitular de la catedral sevillana.Ese mismo año de 1665 Murillo ingresa en la Cofradía de la Santa Caridad lo que le permitió realizar uno de sus trabajos más interesantes: la decoración del templo del Hospital de la Caridad de Sevilla, encargo realizado por don Miguel de Mañara, un gran amigo del artista. La fama alcanzada por Murillo se extenderá por todo el país, llegando a la corte madrileña donde, según cuenta Palomino, el propio rey Carlos II invitó a Murillo a asentarse en Madrid. El artista rechazó el ofrecimiento alegando razones de edad.En 1681 Murillo aparece documentado en su nueva residencia de la parroquia de Santa Cruz. Allí recibió el último encargo: las pinturas para el retablo de la iglesia del convento capuchino de Santa Catalina de Cádiz. Cuando trabajaba en esta encargo sufrió una caída al estar pintando las partes superiores del cuadro principal. A consecuencia de la caída, algunos meses más tarde, falleció el 3 de abril de 1682, de manera repentina ya que no llegó a acabar de dictar su testamento. En él pide que se le entierre en la parroquia de Santa Cruz y que se digan unas misas por su alma, nombrando como albaceas a su hijo Gaspar Esteban, don Justino de Neve y Pedro Núñez de Villavicencio. Los herederos de la pequeña fortuna acumulada serían sus hijos Gaspar y Gabriel.Según su primer biógrafo, Sandrart, en el entierro de Murillo hubo una gran concurrencia de público y el féretro fue portado por dos marqueses y cuatro caballeros. Siguiendo el testamento, fue enterrado en una capilla de la iglesia de Santa Cruz, templo que fue destruido por las tropas francesas en 1811. Una placa colocada en la plaza de Santa Cruz en 1858 señala el lugar aproximado donde reposan los restos del gran artista sevillano.Dos elementos clave en la obra de Murillo serán la luz y el color. En sus primeros trabajos emplea una luz uniforme, sin apenas recurrir a los contrastes. Este estilo cambia en la década de 1640 cuando trabaja en el claustro de San Francisco donde se aprecia un marcado acentotenebrista, muy influenciado por Zurbarán y Ribera. Esta estilo se mantendrá hasta 1655, momento en el que Murillo asimila la manera de trabajar de Herrera el Mozo, con sus transparencias y juegos de contraluces, tomados de Van Dyck, Rubens y la escuela veneciana. Otra de las características de este nuevo estilo será el empleo de sutiles gradaciones lumínicas con las que consigue crear una sensacional perspectiva aérea, acompañada del empleo de tonalidades transparentes y efectos luminosos resplandecientes. El empleo de una pincelada suelta y ligera define claramente esta etapa.Las obras de Murillo alcanzaron gran popularidad y durante el Romanticismo se hicieron numerosas copias, que fueron vendidas como auténticos "Murillos" a los extranjeros que visitaban España.

jueves, 7 de noviembre de 2013

VINCENT VAN GOGH

VINCENT VAN GOGH


Adeline Ravoux
 Adeline Ravoux
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Colección Particular
 Características:67 x 55 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Durante la estancia en Auvers, Van Gogh se alojó en una habitación situada en el pequeño café del matrimonio Ravoux en frente del ayuntamiento. Su relación con sus caseros será bastante estrecha como prueba este retrato de la hija, Adeline, una joven de carácter tímido y retraído que se manifiesta claramente en la imagen que contemplamos. La figura aparece de perfil, mirando de reojo al espectador - quizá no se fiara en exceso del pintor - sentada en una silla y jugando con sus manos, recortada ante un fondo oscuro en sintonía con el vestido. Las tonalidades malvas dominan la composición, contrastando con el amarillo del cabello y de las manos iluminadas, relacionándose con la teoría de los colores complementarios avanzada por Delacroix y continuada por los impresionistas. Las líneas de los contornos continúan destacadas por un trazo oscuro, relacionándose con el estilo simbolista de Bernard y Gauguin. La aplicación del color posiblemente sea lo más atractivo - sin menospreciar la expresividad de la figura - al crear a base de pinceladas empastadas y rápidas una composición de gran belleza.      


Agostina Segatori en el Café du Tambuorin
 Agostina Segatori en el Café du Tambuorin
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:55´5 x 46´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Van Gogh organizó dos exposiciones de sus cuadros en el Café du Tamborin, situado en el Boulevard Clichy, el eje de Montmartre. Estaba regentado por una famosa modelo italiana llamada Agostina Segatori, quien había posado para Corot y Degas en sus años mozos. Ahora se presenta como propietaria, posando apoyada en una de las típicas mesas en forma de pandereta que decoraban el local. Algunos especialistas consideran que Agostina fue durante un tiempo la amante de Vincent y que posaría desnuda para él, siendo la modelo delDesnudo femenino de espaldas.
La figura se sitúa tras la mesa, observándose al fondo una de las paredes del café decorada con una estampa japonesa por la que sentían especial predilección los artistas del Impresionismo. Esta afición hacia lo oriental también se extenderá a la burguesía que empezó a decorar algunos de sus salones a la moda oriental; incluso los prostíbulos más famosos de París incluían entre sus salas los motivos exóticos procedentes de Oriente. Agostina tiene la mirada perdida, destacando la nostalgia de sus grandes ojos, preocupada por quién sabe qué cuestiones. Junto a ella observamos una jarra de cerveza y sujeto en su mano izquierda un cigarrillo, simbolizando así la integración de cierto grupo femenino en el ambiente nocturno parisino. Los tonos empleados por Vincent se han hecho más suaves que en el periodo deNuenen acercándose al estilo de Degas o Toulouse-Lautrec. El efecto atmosférico característico de un local cerrado se aprecia claramente al difuminar el pintor los contornos.     

Anciana campesina con cofia
 Anciana campesina con cofia
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1884
 Museo:Colección Particular
 Características:33 x 26 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Entre los personajes de la serie de retratos pintada por Van Gogh en el invierno de 1884-1885 conviene destacar a esta anciana ataviada con una pulcra y almidonada cofia blanca. Su amplio rostro queda enmarcado por dicha cofia, obteniendo una espléndida volumetría al recortar su cabeza sobre el fondo neutro y proyectarse hacia el exterior. Los ojos de la mujer son el punto de referencia para el artista, enfrentando su mirada con el espectador lo que indicaría la fuerte personalidad de la anónima anciana. Las pinceladas empleadas por Vincent son vibrantes, aplicando el color a base de rápidos toques de pincel sin apenas utilizar dibujo previo. La iluminación refuerza el carácter de la mujer, resaltando el contraste de claroscuros que se crea, en sintonía con el estilo de Rembrandt que Van Gogh admiró al igual que sus compañeros de la Escuela de La Haya.          

 Anciano afligido
 Anciano afligido
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo Kröller Müller
 Características:81 x 65 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
En la primavera de 1890 Van Gogh va a buscar la inspiración en jarrones con flores recién cortadas - Jarrón con lirios o Jarrón con rosas, por ejemplo - aunque también se dedicará a reelaborar antiguas imágenes realizadas en Holanda como este trabajo subtitulado Usado. Un anciano junto al calor de la chimenea parece enjugarse las lágrimas; la tristeza y el paso del tiempo protagonizan este bella imagen en la que podemos encontrar cierto simbolismo con la pronta marcha de Vincent a París, triste por abandonar tantos recuerdos después de dos años en la Provenza.
La pincelada empleada es suelta y vibrante, ocupando toda la superficie pictórica para crear una imagen llena de intensidad y pena, reforzada por el subtítulo. Los tonos verdes, amarillos y azules parecen mostrar una nota de esperanza que posiblemente el anciano y el propio Vincent encuentren en la religión. Recordando al simbolismo de BernardGauguin, Van Gogh utiliza una línea oscura para delimitar los contornos tanto en el anciano como en la silla o la chimenea.    

  Almendro en flor
 Almendro en flor
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:48´5 x 36 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo     


Armand Roulin con 17 años
 Armand Roulin con 17 años
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Folkwang
 Características:65 x 54´1 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Durante el invierno de 1888, Van Gogh realizará una atractiva serie de retratos protagonizados por los miembros de la familia Roulin: Camille,Madame AugustineMarcelleJoseph o Armand al que aquí vemos retratado a la edad de 17 años. El hijo mayor servirá de bello modelo a Vincent en alguna ocasión más, siendo esta imagen que observamos uno de los mejores retratos de la serie. Armand se presenta con sus mejores galas, vistiendo una elegante chaqueta amarilla y un sombrero gris. Su incipiente bigote no resta interés a sus ojos castaños, el verdadero centro de atención del lienzo donde el artista muestra la expresión de su modelo. La figura se recorta ante una fondo neutro de color verdoso, aplicada la pintura de manera plana - recordando a laestampa japonesa - para resaltar la volumetría. Las pinceladas de la chaqueta indican el relieve mientras que en el rostro encontramos una sensacional referencia dibujística que en los paisajes arlesianos apenas existe. Las vivas tonalidades empleadas son características de esta etapa de Arles aunque podremos observar la impronta de Gauguin, con el que convivía desde octubre.            

Autorretrato
 Autorretrato
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo Kröller Müller
 Características:32 x 23 cm.
 Material:Oleo sobre cartón
 Estilo:Neo-Impresionismo
En la primavera de 1887 Vincent se enzarzará en la ejecución de una serie de autorretratos con diferentes trajes o sombreros, mostrando en todos ellos su expresión melancólica, ansiando encontrar el paraíso perdido y abandonar París. Ya empieza a madurar la idea de formar una comunidad de artistas en la que intercambiar ideas y gastos, teniendo como núcleo el llamado "Groupe de Peintres du Petit Boulevard" denominado así por el propio Vincent, englobando a los pintores con los que vivía, trabajaba e incluso exponía: Toulouse-Lautrec,Bernard y Anquetin, mostrando su obra por primera vez en el restaurante "Du Chalet". Su mirada seria, directa al espectador, se convertirá en la protagonista de estos trabajos elaborados con una pincelada rápida y empastada que casi supera al Impresionismo.


Autorretrato
 Autorretrato
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:41 x 33 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
           

Arboles del jardín del hospital de Saint-Paul
 Arboles del jardín del hospital de Saint-Paul
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:The Armand Hammer Museum
 Características:90´2 x 73´3 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
A pesar de su recuperación durante el mes de octubre de 1889 Van Gogh se sentirá más seguro en las inmediaciones del hospital, considerándole también como un modelo interesante para sus trabajos, envuelto entre los grandes árboles que había a su alrededor. La escena está tomada a plena luz del sol, mostrando un cielo azul intenso que ocupa como fondo la mayor superficie del lienzo. Entre los árboles, contemplamos la fachada amarilla de la institución médica con sus persianas verdes y el tejado rojo. Impidiendo apreciar el edificio en su esplendor aparecen en primer término unos árboles retorcidos con elevadas copas en un terreno rojizo con arbustos verdes. La aportación más significativa de esta etapa de Saint-Rèmy será el brillante colorido empleado, más intenso aun que el de Arles, utilizando colores complementarios de los que llegó a decir "expresar el amor de dos enamorados a través del enlace de los colores complementarios, en una lucha eterna por el medio justo que nunca se puede conseguir. Por tanto, el contraste mismo es lo paradójico".         

 Barcas de pesca cerca de Saintes-Maries
 Barcas de pesca cerca de Saintes-Maries
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:51 x 64 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo  

Barcazas de carbón
 Barcazas de carbón
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Colección Particular
 Características:71 x 95 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
En los últimos días de agosto de 1888 Vincent sentirá una especial atención hacia las labores de descarga en el puerto de Arles, realizando una pequeña serie formada por Descargadores de carbón en ArlesBarcazas en el Ródano y estas barcazas de carbón que contemplamos. Todas las escenas se incluyen en los deseos del pintor por recoger las luces del atardecer, siendo posiblemente una mera excusa para pintar las últimas luces del sol y las tonalidades anaranjadas que se crean. Las figuras del primer plano obtienen así unos colores tremendamente oscuros al quedar en semipenumbra, de la misma manera que ocurre con la silueta de la ciudad al fondo. Los reflejos anaranjados y amarillentos en el agua indican la maestría del holandés, haciendo gala una vez más de esos trazos rápidos pero certeros que le caracterizan con los que organiza la composición y crea los diferentes elementos sin apenas utilizar el dibujo.     

Boulevard de Clichy
 Boulevard de Clichy
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:45´5 x 55 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
La primavera de 1887 supone para Van Gogh una absorción clara de las influencias del Impresionismo y de los artistas "independientes" que trabajaban en París. Quizá sea este momento su única experiencia con el Puntillismo, siguiendo al joven Signac con quien mantenía una estrecha amistad. Los contrastes cromáticos son en esta ocasión tremendamente pronunciados, interesándose por encontrar los colores complementarios, alejándose de las tonalidades originales de los edificios. El color es aplicado a través de pequeños toques de pincel, como si se tratasen de puntos o comas. Vincent va experimentando hasta encontrar un estilo totalmente personal.    

 Cabañas blancas en Saintes-Maries
 Cabañas blancas en Saintes-Maries
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Kunsthaus Zurich
 Características:33´5 x 41´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
La caída del sol en la costa será para Vincent un motivo de inspiración de gran belleza como observamos en estas tres cabañas blancas de la villa costera de Saintes-Maries-de-la-Mer. El blanco está resaltado por el efecto de la luz, creando un atractivo juego de tonalidades con los azules, naranjas y verdes, evocando la teoría de los complementarios que ya había esbozado Delacroix y habían hecho suya losimpresionistas. Las siluetas de las cabañas están sabiamente trazadas, marcando sus contornos con una línea oscura que recuerda al cloisonismo. La pincelada rápida y empastada caracterizará los trabajos de Van Gogh en estos años finales.  


Café nocturno
 Café nocturno
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Yale University Art Gallery
 Características:72´4 x 92´1 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Vincent solía acudir con frecuencia a uno de los cafés nocturnos de Arles. Se sentía atraído por la luz de gas, que protagonizará algunos lienzos realizados durante el mes de septiembre de 1888, como Terraza de café. Este café abría toda la noche y era muy cómodo para el pintor ya que estaba frente a su casa, la casa amarilla. La habitación está presidida por un globo de gas en el centro de la estancia acompañado de tres lámparas de aceite. El gas deja caer una luz verdosa sobre la sala, iluminando fantasmagóricamente al dueño, vestido de blanco, y a los demás clientes, que se acodan en las mesas. Ese color verdoso de la luz y del tapete del billar contrasta claramente con el rojo de las paredes, creando un ambiente digno de un lugar de esas características. Los tonos amarillentos intensifican el contraste. Vincent emplea su típica pincelada circular en las lámparas, formando así el halo luminoso que se crea alrededor del foco de luz. Esta pincelada caracterizará obras posteriores como Campo de trigo. Van Gogh se inspiró en los libros y estampas japonesas para crear estas pinceladas tan personales, pasando por alto los detalles pero sin olvidarlos, como hacía Goya con sus retratos.


Calle en Auvers
 Calle en Auvers
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Atheneumimn Taidemuseo
 Características:73 x 92 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Las bellas casas con tejados rojos y la luz primaveral del norte de París servirán de inspiración a Van Gogh en un buen número de lienzos realizados en los dos meses pasados en Auvers. No en balde, Vincent había manifestado meses atrás su deseo de trasladarse al sur para pintar la luz septentrional, alcanzando en estas obras una fuerza con el color similar a Arles. Los verdes-amarillentos, azules, rojos y sienas se mezclan en una sinfonía cromática llena de ritmo, obtenida a través de cortas y empastadas pinceladas denominadas facetas. Las formas están trazadas con una línea oscura en referencia al estilo de Bernard, contrastando con la violencia del azul celeste, jugando con el blanco de la tela sin pintar.  

Calle y escalera en Auvers
 Calle y escalera en Auvers
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Saint Louis Art Museum
 Características:49´8 x 70´1 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Tras su llegada a Auvers-sur-Oise a mediados de mayo de 1890, Van Gogh volverá a pintar y dibujar intensamente las casas, los paisajes, los viñedos o los jardines de la zona, realizando más de 80 cuadros en los dos meses de estancia. Su creatividad está en su momento más álgido y cualquier rincón del pueblo puede servirle de inspiración. En todos estos trabajos destacará la utilización de un color extremadamente brillante, liderado por un amarillo-verdoso y un rojo que nunca han alcanzado ese nivel. Los trazos son cada vez más rápidos y expresivos, creando las formas con el color. Las líneas que forman los contornos de los diferentes elementos se remarcan con un trazo negro, en relación con el estilo de su amigo Bernard que siempre manifestará Vincent, quizá para no perder las formas, como estaba ocurriendo en las obras deMonet.    


Camille Roulin
 Camille Roulin
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:40´5 x 32´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
En este retrato observamos el aspecto travieso del pequeño que parecía ocultar cuando estaba vestido de escolar. Camille nos mira con un gesto de niño malo, ocultando su cabeza por una amplia gorra azul que contrasta con el amarillo del fondo. Sus inmensos ojos azules y la finura de su rostro son el centro de atención, eliminando detalles superfluos para no despistarnos del motivo principal: la expresión del modelo. La pincelada empleada por Vincent se aleja de la planitud de los trabajos influidos por Gauguin, mostrando ahora su textura como suele ser habitual en las obras de Arles: diversos toques de color organizando la composición, dejando al dibujo en un lugar secundario. La perspectiva ligeramente alzada empleada recuerda a Degas.    


Camino de Montmartre
 Camino de Montmartre
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1886
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:22 x 16 cm.
 Material:Oleo sobre cartón
 Estilo:Neo-Impresionismo
Aunque en la primavera de 1886 Van Gogh asista a las clases de Ferdinand Cormon, preferirá la ejecución de diferentes paisajes y vistas de los alrededores de Montmartre para expresarse en toda su plenitud. En esta escena parece mezclar elementos de su periodo deNuenen - las tonalidades oscuras, el interés hacia las luces nocturnas o incluso las cofias de las mujeres - con aspectos típicamenteimpresionistas como la sensación atmosférica obtenida o el aspecto abocetado. El color aun parece resistirse a entrar en las composiciones, penetrando ligeramente en algunas zonas como el cielo o el manto de la mujer de primer plano.   

Campamento de gitanos con carros
 Campamento de gitanos con carros
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo de Orsay
 Características:45 x 51 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo     


Campo con amapolas
 Campo con amapolas
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Kunsthalle de Bremen
 Características:71 x 91 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
A medida de que Vincent observa una interesante recuperación en su enfermedad - ya no sufre frecuentes crisis, comiendo y durmiendo bien - incorpora el color a sus trabajos como observamos en este bello campo de amapolas empleando una luz distinta a Trigal verde con ciprés. Los tonos rojos llaman nuestra atención junto a los amarillos y los malvas, animando la amplia gama de verdes que forman el paisaje. La sensación de perspectiva es correcta, mostrando la influencia de la fotografía al cortar los planos pictóricos. Al incorporar las dos casas Van Gogh elimina esa peligrosa cercanía a la abstracción , al perderse paulatinamente la forma como estaban haciendo Monet y Pissarro. La fuerza de la pincelada utilizada continúa presente, apreciándose con claridad el empastamiento lo que hace estas obras inimitables.  


Campesino con pipa
 Campesino con pipa
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1885
 Museo:Museo Kröller Müller
 Características:44 x 32 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Aun abundando los retratos de mujeres, en la serie de cabezas de campesinos que realizaría Vincent en el invierno de 1885 también encontramos algún hombre como éste que contemplamos. Se presenta casi de perfil, fumando en una pipa de barro con un gesto de ligera preocupación. La luz procedente de la izquierda resbala por su rostro, exaltando los gruesos y empastados toques de pincel que forman el busto, en un alarde de pintura rápida con la que Vincent ejecutará toda la serie. El personaje se recorta sobre un fondo neutro más claro que sus compañeros, otorgándole un mayor colorismo al colocarle un pañuelo rojo al cuello.  


Campo con amapolas
 Campo con amapolas
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Gemeentemuseum de la Haya
 Características:73 x 91´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Los amplios campos que rodeaban al pueblo de Auvers también serán un interesante motivo de inspiración para Van Gogh en un momento de "angustia creativa". Pensemos que en los dos meses que vivió en el norte pintó más de 80 lienzos por lo que cualquier tema será interesante para crear un cuadro. Vincent recurre a vistas panorámicas donde las protagonistas son las amapolas que contemplamos esparcidas por más de dos tercios de la tela. Al fondo, sobre la línea del horizonte, hallamos varios árboles recortados ante el nuboso cielo. La sorprendente pincelada del maestro vuelve a ser la estrella de la composición, construyendo la obra a base de manchas de diversos colores aplicadas con una soltura extraordinaria. Encontramos cierta sintonía con los trabajos de Monet o Pissarro al perderse paulatinamente la forma, interesándose exclusivamente por la luz y el color, los dos conceptos que revolucionaron la pintura.


Cartero Roulin
 Cartero Roulin
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo de Boston
 Características:81´2 x 65´3 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Los primeros seis meses que Van Gogh vivió en Arles los pasó en soledad trabajando en sus lienzos, escribiendo a Theo y a Bernard - quien le ponía al día sobre el Simbolismo y el cloisonnismo en los que trabajaba - y charlando con el cartero Joseph Roulin, al que vemos aquí retratado, y con el subteniente Milliet. La amistad de Vincent con este acérrimo republicano fue creciendo hasta realizar al menos tresretratos y un buen número de dibujos. Roulin viste uniforme de Correos con gorra incluida, recortándose la figura sobre un fondo claro. Está sentado en una silla y apoya su brazo derecho sobre una mesa verde. Los contornos del uniforme están delimitados con una gruesa línea de color negro, aplicando el color en el interior de las zonas creadas por la línea de manera casi uniforme. Por contra, el rostro está realizado a base de pequeñas pinceladas de variados colores que conforman perfectamente el duro gesto de este hombre con aspecto de cascarrabias. En las manos se aprecian las carencias dibujísticas de Van Gogh, por lo que los tonos claros empleados se aplican con una pincelada rápida y nerviosa.      


Casa de campo en un trigal
 Casa de campo en un trigal
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:45 x 50 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Durante su estancia en Arles, Vincent apenas se relacionará con sus habitantes, quienes le consideraban un personaje extraño y algo chiflado. Así que el pintor se dedicará a realizar paisajes de los alrededores, aunque a él le atraiga más el retrato. Surge de esta manera una amplia serie de imágenes protagonizadas por los prados o los árboles en flor, recogiendo en ellas la alegría y el colorido primaveral. En esta escena que contemplamos, Vincent ha captado a la perfección la luz mediterránea, fuerte y clara, resaltando las tonalidades verdes del trigal o las amarillas del tejado de la casa. El cielo azulado expresa el estado de ánimo del artista, aplicando las pinceladas con serenidad o cierta violencia, especialmente en las nubes a través de trazos arremolinados. La influencia del Impresionismocontinúa presente al recoger las luces tomadas directamente del natural, en un afán de mostrar al espectador la naturaleza en su más absoluto realismo. 


Casas con tejado de paja
 Casas con tejado de paja
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo del Hermitage
 Características:60 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Desde septiembre de 1889 Van Gogh siente enormes deseos de abandonar Arles para trasladarse al norte de Francia, ansioso por captar el colorido y la luz de los paisajes septentrionales. Esa "huida" se produce en el mes de mayo del año siguiente, instalándose hasta el final de sus días en Auvers-sur-Oise, un pueblecito situado a unos 30 kilómetros al norte de París. Las casitas con el tejado de paja llamaron tremendamente su atención, elaborando una amplia serie con esta temática. La escena que contemplamos muestra las influencias delImpresionismo, especialmente por las sombras malvas proyectadas en las casas. La pincelada rápida de Vincent se aprecia cada vez con mayor claridad, saliendo del lienzo para mostrarnos la textura del óleo. Los trazos se hacen ondulados, obteniendo un ritmo casi musical mientras las líneas de los contornos están menos marcadas, olvidándose del estilo de Bernard y Gauguin. Respecto al color, emplea unos tonos verdes amarillentos y morados, interesándose por la teoría de los complementarios que ya había avanzado Delacroix. El estilo de Vincent se hace cada vez más personal, convirtiéndose en único.


Casas en Auvers
 Casas en Auvers
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo de Boston
 Características:72 x 60´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
La breve estancia en Auvers - los meses de junio y julio de 1890 - va a suponer para Van Gogh un importante cambio en su paleta. Ahora afloran las tonalidades oscuras complementadas perfectamente con colores brillantes. Así encontramos verdes con rojos, malvas con amarillos, recuperando la teoría de los complementarios avanzada porDelacroix y desarrollada por los impresionistas. Partiendo de estos artistas, Vincent va a evolucionar añadiendo el empleo de una pincelada muy particular, con rápidos y empastados trazos que se aprecian con claridad en la tela. Especialmente personal es la utilización de esa pincelada arremolinada, inspirada en el puntillismo de Seurat y en las líneas de la estampa japonesa. Este delicado paisaje rural de Auvers que contemplamos nos transmite el estado de placidez en el que se encuentra el pintor por estas fechas al haberle diagnosticado eldoctor Gachet los síntomas de su enfermedad, barajando la posibilidad de que la causa fuese la inhalación de vapores de trementina en exceso. Pero la mente de Vincent bulle y pronto se disparará un tiro - el 27 de julio de 1890 - en los campos de Auvers que tanto gustaba de plasmar en sus lienzos.  


Casas en Auvers
 Casas en Auvers
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Toledo Museum of Art
 Características:60´6 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
El delirio creativo que manifiesta Vincent en sus dos últimos meses, transcurridos en compañía del doctor Gachet en Auvers, se puede admirar en cualquiera de las más de 80 obras elaboradas, trabajando de sol a sol para crear más de un cuadro al día. Las casas del pueblo serán representadas a las diferentes horas del día, enlazando así con las teorías impresionistas que consideraban diferente un objeto dependiendo de la luz que impactara sobre él. Así surgen maravillosas serie salidas de los pinceles de Monet o Pissarro, uniéndose a ellos el genial holandés. Las tonalidades verdes dominan el conjunto, compartiendo protagonismo con los verdes y amarillos mientras ligeros toques del rojo de las amapolas llaman nuestra atención en primer plano. El color sirve para obtener las formas, excepto en aquellos elementos que tienen delimitados los contornos con una línea más marcada, siguiendo el cloisonismo de Bernard y Gauguin, motivo habitual en toda la producción de Vincent.     


Catorce girasoles en un jarrón
 Catorce girasoles en un jarrón
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Colección Particular
 Características:100´5 x 76´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
A su regreso a la casa amarilla, tras pasar dos semanas ingresado en el hospital de Arles tras cortarse el lóbulo de la oreja y sufrir una profunda hemorragia, Vincent se interesa de nuevo por los floreros con girasoles, quizá evocando la alegría del verano anterior cuando se enzarzó en la elaboración de una serie de paneles con ese tema para decorar la casa ante la llegada de Gauguin. La recuperación del color será la característica más significativa de esta nueva etapa, continuando con los temas florales por el aspecto decorativo que conllevan, recordando a las estampas japonesas. Las flores están dispuestas de manera arbitraria en el jarrón, ubicado sobre una mesa que se separa de la pared gracias a una línea profundamente marcada. Esa pared tiene el color aplicado de forma plana mientras que en la mesa encontramos un mayor empastamiento, diferenciando así las texturas de ambos espacios. El color vuelve a ser aplicado con soltura, interesándose por manifestar su estado de ánimo en su trabajo, anticipando el Expresionismo.
Este lienzo fue adquirido en 1987 por la aseguradora japonesa Yasuda Fire & Marine Insurance Company en 5.000 millones de pesetas, siendo durante unos meses el cuadro más caro de la historia hasta que salió a la venta los Lirios que adquirió la Fundación Paul Getty de Malibú.

Corona imperial en un jarrón de cobre
 Corona imperial en un jarrón de cobre
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo de Orsay
 Características:73´5 x 60´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Los asuntos florales habían sido puestos de moda en la década de 1880 por el ya fallecido Manet. Vincent parece retomar esta corriente al elaborar una amplia serie durante los dos años de estancia parisina, resultando un importante aliciente cromático para el holandés. Las diferentes tonalidades de las flores serán presentadas por Van Gogh en todo su esplendor, interesándose por resaltar la brillantez de los colores al aplicar la teoría de los complementarios iniciada porDelacroix y continuada por los impresionistas. La aplicación del color es rápida y empastada, organizando con los toques de pincel las formas de los objetos, suprimiendo en algunas ocasiones el dibujo preparatorio. En el fondo podemos observar una referencia al puntillismo, estilo que interesó a Vincent debido a su estrecha relación con el joven Signac.     

Doctor Gachet con rama de dedalera
 Doctor Gachet con rama de dedalera
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo de Orsay
 Características:68 x 57 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
En una carta a su hermana Wil, Vincent dice en relación a sus retratos: "Quiero hacer retratos que, cien años después, sean como apariciones para los hombres de la época. Pero no pretendo conseguirlo a través de un parecido fotográfico sino mediante la actitud apasionada, utilizando nuestros conocimientos modernos sobre el color y nuestra forma moderna de percibirlo como instrumentos expresivos y métodos para expresar el carácter". Esta filosofía se aplica perfectamente a los dos retratos que elaboró de su buen amigo el doctor Gachet, el médico que estudió su enfermedad y con quien convivió en Auvers-sur-Oise. Van Gogh pinta este retrato igual que siempre, empleando un colorido impetuoso y una pincelada violenta, mostrando el carácter de la persona con la que más convivió en sus últimos meses. Refiriéndose a él dice escribe en una carta a Theo: "El doctor Gachet me parece tan enfermo como tú y como yo, siendo además mucho mayor que nosotros. Hace algún tiempo perdió a su mujer. pero es ante todo médico y su experiencia y su fe le ayudan a mantener el equilibrio. Nos hemos hecho bastante amigos. Estoy haciéndole un retrato, con la cabeza cubierta con una gorra blanca y sus cabellos rubios en un tonos muy claros; la carne de las manos es también muy clara; lleva una levita azul y el fondo es de azul cobalto. Esta apoyado sobre una mesa roja, en la que hay unos libros amarillos y una planta de digital con flores púrpuras".         
Dormitorio de Van Gogh
 Dormitorio de Van Gogh
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:72 x 90 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Van Gogh quiere inspirar tranquilidad y sosiego en este lienzo en el que solamente se observa su austero dormitorio. La espera ante la llegada de Gauguin supone para Vincent un incentivo a la hora de crear imágenes hasta ahora impensables para el mundo artístico académico. La pequeña estancia está vista en perspectiva, marcando las líneas del suelo y de las paredes para crear el volumen de la habitación. Sin embargo, abandona las sombras y la textura tradicional, creando superficies planas de clara inspiración oriental. Mezcla de esta manera la tradición europea en la perspectiva con las simplificaciones japonesas, uniendo así sus dos fuentes de inspiración. Recordemos que las estampas japonesas habían revolucionado el arte - al emplearlas losimpresionistas - y la cultura - lo oriental era cada vez más demandado por la sociedad -. En el retrato de Père Tanguy, Vincent había colocado todo el fondo repleto de estampas, tan apreciadas en París. El contacto con Bernard, aunque sea a través de cartas, motiva la utilización de gruesas líneas oscuras para delimitar los objetos, siguiendo el "cloisonnisme", método inspirado en las vidrieras y los camafeos medievales. A través de estos contornos consigue crear un mayor efecto volumétrico en los elementos presentes en la escena. Los tonos empleados son los más apreciados por Vincent; el amarillo y el azul aparecen en la mayor parte de su producción, convirtiéndose en sus tonalidades emblemáticas. Añade a estos colores pequeñas pinceladas de verde y rojo para jugar con los contrastes. La pincelada suelta a la que recurre el artista se aprecia claramente en algunas partes del lienzo, especialmente en la zona de la izquierda. Pero esa pincelada suelta no implica que olvide el detallismo de los objetos - las telas o el bodegón sobre la mesa - heredero de la tradicional pintura flamenca y holandesa del Barroco que tanto atrajo en su juventud a Vincent.   

El marido está en el mar
 El marido está en el mar
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Colección Particular
 Características:66 x 51 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
La triste espera de la mujer del marinero protagoniza esta delicada imagen de Van Gogh realizada en septiembre de 1889 tomando como modelo una estampa de Millet, uno de sus pintores favoritos. La explicación de porque retoma imágenes de maestros anteriores -Delacroix y Rembrandt también se incluyen en esta serie - estaría en la falta de inspiración que Vincent sufre en las primeras semanas del otoño al no abandonar el sanatorio de Saint-Paul donde residía por miedo a una nueva crisis. El fuego es el foco de luz de la composición, resbalando por el cuerpo amplio de la mujer e impactando la ropa del pequeño. Las pinceladas empleadas son rápidas, marcando el dibujo a través del color, uniendo los dos conceptos que definen la pintura.   

Huerto con albaricoqueros en flor
 Huerto con albaricoqueros en flor
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:64´5 x 80´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Desde su llegada a Amberes en el invierno de 1886, Vincent había sentido una especial admiración hacia las estampas japonesas, admiración que se había ampliado durante su estancia en París gracias a su contacto con Père Tanguy que le proporcionaba numerosas xilografías. En estas estampas los creadores nipones muestran la floración de los árboles en su plenitud, siendo un motivo fundamental para la decoración de las casas japonesas. Van Gogh a su llegada a Arles pudo contemplar con sus propios ojos un proceso de floración lo que le llenó de gozo. Tenía Japón ante si y se puso manos a la obra, elaborando una serie de lienzos donde la influencia de la estampa japonesa está presente pero los modelos son reales, es la naturaleza la que posa para Vincent. Esta idea la podemos contemplar en el lienzo que observamos, donde aun podemos encontrar un recuerdo delImpresionismo al emplear sombras coloreadas así como una referencia a su amigo Emile Bernard al utilizar líneas oscuras para delimitar los contornos. El huerto con los albaricoqueros en flor se convierte en una sinfonía de luz y de color que sólo puede ser interpretada por el pincel de Van Gogh, transmitiendo con sumo realismo lo que sus ojos observan. En el fondo, Vincent nunca abandonó el realismo con el que comenzó en Nuenen, adaptándolo a su manera de vivir, a sus sentimientos.  

Huerto en flor
 Huerto en flor
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Colección Particular
 Características:72 x 58 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Cuando Van Gogh abandonó París en dirección a Arles fue en busca de la luz y el color del Mediterráneo, intentando encontrar su Japón del sur. Por desgracia, a su llegada en febrero de 1888 el invierno le recibirá con toda su dureza pero la primavera no tardó en aparecer, mostrándonos en los lienzos de los meses de abril y mayo la floración de los árboles de los alrededores. Vincent se interesa por captar la luz directamente del natural, siguiendo las teorías impresionistas, resaltando las tonalidades del paisaje. El intenso cielo azul provoca una serie de sombras coloreadas en los campos, resaltando el contraste con el rojo de los tejados de las casas. La influencia de la estampa japonesa - que tanto había admirado Van Gogh desde su llegada a Amberes - se encuentra presente en el aspecto decorativo y en la temática floral, así como en la planitud de algunos tonos. La pincelada de Vincent adquiere un importante valor en sus trabajos ya que determina las formas de los elementos que configuran la composición. En las líneas oscuras con las que traza los contornos encontramos una referencia al cloisonismo de su amigo Bernard, enlazando con el deseo del holandés por demostrar su capacidad como dibujante.


Jardín
 Jardín
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Metropolitan Museum
 Características:92 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Una verdadera sinfonía de colores brillantes, aplicados con una pincelada rápida y empastada protagoniza esta composición. En ella podemos contemplar la situación emocional de Vincent, interesado en recoger con sus pinceles todo lo que le rodea. Las flores de primer plano están obtenidas a través de pequeños toques de pincel que recuerdan el Puntillismo mientras que apreciamos un mayor dibujismo en las casas del fondo. La pérdida de forma en la que cae elImpresionismo de Monet y Pissarro parece motivar a Van Gogh para realizar estos trabajos donde el color está en su estado más puro, dejando la línea en un plano totalmente secundario. La luz también está presente, aumentando el brillo de algunas tonalidades como el amarillo, intensificado por efecto de la iluminación solar. Vincent está encontrando su manera de expresarse; tras una serie de experimentos se decantará por el sensacional cromatismo e incluso el infantilismo que caracterizan su producción.
Jardín de Daubigny
 Jardín de Daubigny
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:50´7 x 50´7 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Durante los dos meses de estancia en Auvers, Van Gogh se sentirá especialmente atraído por este jardín que repetirá en varios lienzos. El amplio espacio está cerrado al fondo por el edificio rodeado de árboles, creando una admirable sensación de profundidad. Las flores de primer plano se convierten en el centro de atención, iluminadas por una luz de atardecer primaveral que resalta sus vivos tonos igual que ocurre con la hierba. La pincelada ha sido aplicada con tremenda soltura, apreciándose los diversos trazos en la tela ya que Vincent apenas emplea el dibujo para elaborar sus creaciones; sólo con el color consigue obtener las formas, enlazando con la manera de trabajar deMonet.    

Jarrón con amapolas, peonias y crisantemos
 Jarrón con amapolas, peonias y crisantemos
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1886
 Museo:Museo Kröller Müller
 Características:99 x 79 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Tras abandonar Nuenen en el otoño de 1885, Van Gogh inicia un proceso de aclaramiento en su paleta primero gracias al conocimiento de la obra de Rubens en Amberes y más tarde al contacto con los maestrosimpresionistas. Este avance respecto al color se puede apreciar claramente comparando incluso las naturalezas muertas ejecutadas en el periodo de Nuenen y las que realiza en París como este magnífico jarrón donde el color ojo de las amapolas se adueña de la composición, jugando con su complementario, el verde, siguiendo las teorías aprendidas de Delacroix. La relación con algunas obras de Manetelaboradas en los años iniciales de la década de 1880 es también significativa. 
Jarrón con lirios
 Jarrón con lirios
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:92 x 73´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Durante la primavera de 1890 Van Gogh va a emplear como modelos de sus trabajos las flores que recogía en el frondoso jardín del hospital de Saint-Paul. Su delicado estado de salud le impedía trasladarse a los alrededores por lo que decidió realizar una serie protagonizada por lirios y rosas en un jarrón. En estos trabajos encontramos una interesante similitud con los girasoles elaborados en otoño de 1888, cuando Vincent esperaba la llegada de Gauguin a Arles. El florero se deposita sobre un espacio de color ocre y se recorta ante un amplio fondo amarillo, aplicando en esta zona el color de manera plana en sintonía con la estampa japonesa. Esa misma influencia le lleva a eliminar las sombras. Las varas de lirios se disponen ocupando la mayor superficie de la tela, trabajadas con una pincelada arremolinada característica de estos momentos. Los colores complementarios - amarillo y morado - avanzados por Delacroix y asimilados por elImpresionismo alcanzan su máximo esplendor, recuperando Vincent su admiración por el color con el que pretende manifestar sus sentimientos.
La Berceuse
 La Berceuse
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Colección Particular
 Características:93 x 74 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo

La hilandera
 La hilandera
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Colección Particular
 Características:40 x 25´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
En el mes de septiembre Vincent está recluido en el hospital ya que tiene miedo de una nueva crisis. Le falta inspiración y recurre a copiar sus viejas estampas, incorporando novedades cromáticas más cercanas a su estilo. Obras de DelacroixRembrandt o Millet, como en esta ocasión, serán reinterpretadas por Van Gogh. Millet le atrajo ya desde su periodo de Nuenen y ahora inspirará un buen número de trabajos, quizá rememorando su estancia en Holanda, en la casa familiar que ahora echa de menos. La hilandera se encierra en una pequeña estancia llena de diversos objetos, enzarzada en su trabajo por lo que incluso nos da la espalda. Las tonalidades vibrantes que caracterizan las obras de Vincent se encuentran aquí presentes aunque la estética realista no haya desaparecido.    
Le Moulin de la Galette
 Le Moulin de la Galette
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1886
 Museo:Colección Particular
 Características:55 x 38´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Resulta curioso observar como Van Gogh - a diferencia de otros artistas como Renoir o Toulouse-Lautrec - nunca nos ofrece una visión del interior de uno de los templos parisinos del ocio sino que siempre muestra el edificio desde el exterior, bien desde la calle o desde las huertas de atrás. En primer plano se nos muestra a un campesino como si deseara comparar la vida disoluta de los asistentes a Le Moulin y el trabajo duro del hombre, enlazando con su periodo de Nuenen y con las pinturas de Millet que siempre admiró. La majestuosa silueta del molino preside la composición, rodeada de nubes en tonos malvas y blancos mientras que las tierras de la zona baja toman tonalidades variadas, desde el ocre al marrón pasando por el verde o rojo. La pincelada empleada difiere del lugar donde nos encontremos: es rápida y con pequeños toques - típicamente impresionista - en el campo de labor mientras que organiza el resto de las formas - árboles, el molino, el campesino - con una seguridad absoluta.  
Marguerite Gachet al piano
 Marguerite Gachet al piano
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo de Bellas Artes de Basilea
 Características:102´6 x 50 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Cuando Van Gogh llegó a Auvers se instaló en una pensión para después alojarse en un acogedor café. Sus mejores amigos en el pueblo serán los Gachet, la familia del médico homeópata que debía vigilarle. Vincent elaboró varios retratos de los miembros de la familia; precisamente uno del doctor Gachet fue vendido en subasta pública por 8.500 millones de pesetas en mayo de 1990. En este lienzo observamos a la hija del afamado médico, tocando el piano. La figura de perfil se recorta sobre un fondo neutro de dos colores, aludiendo al suelo y a la pared. La casi ausencia de perspectiva se deberá al contacto con el simbolismo de sus amigos Bernard y Gauguin. La figura de la joven está elaborada a través de largas pinceladas, apreciándose claramente la textura del óleo. El piano está algo más dibujado, recurriendo a marcar los contornos con líneas más oscuras. El rostro de la joven casi pasa desapercibido pero sí apreciamos la concentración de la pianista para no defraudar a su audiencia. Y es que Vincent sigue en sus retratos la tradición barroca holandesa al interesarse por las personalidades de sus modelos.

Mujer sentada en la hierba
 Mujer sentada en la hierba
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Colección Particular
 Características:41´5 x 34´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Durante los dos años de estancia en París, Vincent va a estar en pleno proceso de aprendizaje, relacionándose con los diferentes grupos de artistas que podrán aportar algo a su insaciable genio. Losimpresionistas - que ya estaban en sus horas más bajas - serán para Van Gogh un importante punto de referencia admirando su interés por la luz y el color mientras que los jóvenes pintores - SeuratBernard,Gauguin - le abrirán nuevas vías de expresión, obteniendo unos resultados totalmente personales. Pero durante estos años parisinos, Vincent trata cada uno de los estilos que le interesan, poniéndose de manifiesto en esta obra que contemplamos su acercamiento a Renoir,Monet o Pissarro, artistas que formaban el grupo de "Peintres du Grand Boulevard" exponiendo en la galería dirigida por su hermano Theo. La mujer se sienta al aire libre, en una zona de sombra, para mostrarnos en el fondo el impacto de la luz sobre el trigal amarillo. La teoría de los complementarios está llevada a su máxima expresión al contrastar el verde y el rojo, el amarillo y el morado. La aplicación del color se realiza a base de pequeños toques en forma de pequeñas comas, obteniendo una sensación de mosaico que se supera al contemplar el lienzo desde lejos.

Mujer sentada junto a una cuna
 Mujer sentada junto a una cuna
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:61 x 45´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
La estrecha relación entre Van Gogh, Signac y Seurat provocarán la admiración del puntillismo por parte del holandés, introduciendo este nuevo método en su pintura. Las obras ganan en color y luminosidad, dotándolas de ese aspecto fragmentario que caracteriza a la composición organizada a base de pequeños toques de pincel. Con esta técnica se aportaba al Impresionismo un aspecto más científico. De esta manera nos encontramos al Vincent más experimentador. Esta imagen de una mujer anónima junto a una cuna refuerza la frase pronunciada por el pintor en aquellas fechas: "Prefiero mil veces pintar los ojos de la gente que pintar catedrales". La figura transmite toda su personalidad a través de su rostro enjuto con dos enormes ojos tremendamente expresivos. Las referencias espaciales van aumentando, lo que demuestra la seguridad de Vincent a la hora de crear, obteniendo importantes resultados.


Niña con naranja
 Niña con naranja
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Colección Particular
 Características:50 x 51 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Van Gogh realizará en Auvers una pequeña serie protagonizada por niños, mostrando una vez más su atracción hacia la temática retratística. Ya durante su estancia en París comentó que prefería pintar los ojos de la gente a pintar catedrales pero la ausencia de modelos motivarán la escasa presencia de esta temática en su producción. En la etapa de Auvers, quizá la más variada, no podía fallar el retrato como podemos admirar en esta niña anónima sentada en la naturaleza, resaltándose los colores de la naranja que lleva entre las manos, la hierba y las flores de alrededor así como su rubio cabello. El color de la fruta se refleja en los mofletes de la pequeña, acentuando su aspecto tranquilo y candoroso, a diferencia de los rostros de losDos niños. Mientras la figura de la niña está algo más elaborada - especialmente por las líneas negras de los contornos en sintonía conBernard y Gauguin - en el fondo hallamos un mayor abocetamiento debido a la luz. Además de la expresión de la pequeña, debemos destacar en esta composición la variedad y la brillantez de los tonos empleados, buscando Vincent en ellos su vehículo de expresión.
Paciente del hospital de Saint-Paul
 Paciente del hospital de Saint-Paul
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:32´5 x 23´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Entre los retratos elaborados en la etapa de Saint-Rèmy destaca éste que contemplamos protagonizado por uno de los enfermos que convivía con Vincent en el sanatorio. El hombre parece mirar a su mundo imaginario con sus intensos ojos azules, presentados de manera divergente para acentuar su estado mental perturbado. En el rostro encontramos una mayor minuciosidad para pasar a espesas pinceladas con las que trabaja la camisa y chaqueta mientras que en la zona superior el entramado de trazos se difumina y se pierde como una especie de aureola. Los colores oscuros marcan un retrato donde Vincent se interesa por la expresión de su modelo, elemento identificativo de todos los retratos que ejecutó.
Puente de Gleize cerca de Arles
 Puente de Gleize cerca de Arles
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1888
 Museo:Colección Particular
 Características:46 x 49 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Los puentes que rodeaban Arles también interesarían a Van Gogh, de la misma manera que había ocurrido en el verano anterior con lospuentes de Asnières. En los numerosos paseos que el artista daba por los alrededores de la ciudad pudo contemplar algunas imágenes que quiso plasmar en sus lienzos como estas lavanderas haciendo su labor al pie del río. Ahora Vincent no se muestra preocupado por el trabajo de las mujeres como ocurría en el periodo de Nuenen sino que admira los reflejos en el agua o la belleza de las tonalidades amarillas en el paisaje. Eso no quiere decir que haya abandonado su carácter reivindicativo pero en estos momentos es la naturaleza en su plenitud la que llama su atención. Esas vivas tonalidades empleadas, aplicadas en el soporte de manera rápida pero precisa, se convierten en el centro de atención de la composición. El recuerdo al Impresionismo lo encontramos presente al mostrarnos su interés hacia la luz de un momento determinado del día, enlazando con las obras de su gran amigo Pissarro.

Père Tanguy
 Père Tanguy
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1887
 Museo:Museo Rodín
 Características:93 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
Tanguy era uno de los personajes emblemáticos entre los pintores que vivían en París. Regentaba una pequeña tienda de artículos de dibujo y pintura en Montmartre, suministrando material habitualmente a los artistas impresionistas y post-impresionistas. En muchas ocasiones, aceptaba un cuadro como pago de las deudas contraídas por los artistas, formando quizá la mejor colección de pintura contemporánea (entendiéndose decimonónica). Fue Tanguy uno de los promotores principales del "desembarco" de estampas japonesas, que vendía y exponía en su tiendecita. Esta afición por lo oriental provoca que Van Gogh sitúe tras su bonachona figura un buen número de estampas, dando la impresión de ser el propio Tanguy una estampa más. Los vivos colores han aparecido con fuerza, haciendo olvidar las tonalidades oscuras de la etapa de Nuenen que también marcaron sus primeras imágenes parisinas - Le Moulin de la Galette -. La pincelada empleada por Vincent tiende a ser cada vez más facetada, creando pequeñas manchas de color que organizan la composición. La figura de Tanguy es plana, pegándose a las estampas para marcar la influencia oriental, que también mostrará en Japonaiserie. Varias líneas de la chaqueta están perfiladas en negro para resaltarlas entre los tonos claros. No es muy habitual el retrato en la ingente producción de Vincent, pero cuando se interesó por él pone todo su empeño en mostrar la personalidad de su modelo, del carácter bonachón y amable del comerciante. Resulta curioso la presencia de la estampa del monte Fuji sobre su cabeza, como simbolizando la bonanza del retratado hacia los pintores, igual que el Fuji hacia el Japón. 
Vista de Auvers
 Vista de Auvers
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1890
 Museo:Museo Nacional Van Gogh
 Características:50 x 52 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
De nuevo las casas de Auvers servirán como modelos para los lienzos de Vincent. Este mes de junio de 1890 el doctor Gachet se entrevista con Theo en París y le transmite sus impresiones; cree que Vincent está curado y piensa que los ataques no se producirán más, invitándoles a pasar el próximo domingo juntos. Theo, Johanna y el pequeño Vincent pasan un día con el pintor en Auvers. Vincent lleva a su ahijado en brazos y le enseña los animales de la granja; está eufórico como se puede apreciar en las obras que creará en sus dos últimos meses, trabajando sin parar para realizar un cuadro al día. Esa rapidez la podemos encontrar en esta composición en la aplicación de las pinceladas arremolinadas de primer plano que casi no cubren la superficie preparatoria del lienzo. Al fondo, más estructuradas, encontramos las casas con sus tejados rojos o malvas mientras que en último término se nos presentan las verdes colinas y el cielo, apenas trabajado con ligeros toques azulados. A pesar del abocetamiento, Van Gogh ha conseguido transmitir la impresión que le produce un paisaje, enlazando con su maestro Pissarro y con las teorías impresionistas.
Vista de la iglesia de Saint-Paul-de-Mausole
 Vista de la iglesia de Saint-Paul-de-Mausole
 Autor:Vincent Van Gogh 
 Fecha:1889
 Museo:Colección Particular
 Características:44´5 x 60 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Neo-Impresionismo
En el pequeño pueblecito de Saint-Paul-de-Mausole se ubicaba el hospital mental donde Vincent residía desde el mes de mayo de 1889. Interesado por recoger en sus lienzos los alrededores del sanatorio, en esta ocasión le toca el turno a la iglesia del pueblo, anticipando la famosa vista de la Iglesia en Auvers. Las edificaciones se trasladan al fondo, recortadas ante un cielo azulado con notas blancas, mientras en primer plano contemplamos un amplio espacio ocupado por los terrenos que antecedían al templo. En este primer término observamos las mismas sombras malvas que se proyectan en los tejados - herencia de las teorías impresionistas - condicionadas a la luz de atardecer que Van Gogh nos trasmite en la tela. Sus pinceladas son rápidas y empastadas, aplicando el color con fuerza y sentimiento, mientras que los contornos de los edificios se delimitan con una línea oscura en sintonía con el simbolismo de Gauguin y Bernard.


Van Gogh, Vincent Van Gogh, Vincent
Nacionalidad: Holanda
Groot-Zunder 1853 - Auvers-sûr-Oise 1890
Pintor
Estilo: Neo-Impresionismo
Escuela:

Van Gogh, Vincent
Nacionalidad: Holanda
Groot-Zunder 1853 - Auvers-sûr-Oise 1890
Pinto


Obras: 751r
Estilo: Neo-Impresionismo
Escuela: 

El tesón y las ganas de trabajar - más de 800 cuadros en nueve años como pintor - que demostrará Vincent a lo largo de su corta vida son encomiables y definen claramente la biografía de este magnífico pintorneo-impresionista. Vincent Willem van Gogh nace en Groot Zunder (Holanda) el 30 de marzo de 1853 en el seno de una familia de clase media. Su padre - Theodorus van Gogh - era un pastor protestante y su madre - Anna Cornelia Carbentus - pertenecía a una importante familia de encuadernadores. Sus tíos paternos se dedicaban al comercio de obras de arte, fundando la sucursal holandesa de la prestigiosa firma Goupil & Cie. No existen muchos datos sobre su infancia, iniciando sus estudios en 1861 y destacando en el aprendizaje de inglés, alemán y francés. Abandona repentinamente el instituto donde estudia y regresa a su casa; son los escasos datos que conocemos de estos años de adolescencia ya que hasta los 30 no tendrá vocación artística. Con 16 años empieza a trabajar en la galería Goupil, fundada por su tío en La Haya. Allí se vendían preferentemente obras de artistas holandeses contemporáneos - la conocida como Escuela de La Haya que buscará sus raíces en el paisaje realista del Barroco conJacob van Ruysdael como principal protagonista - y de la Escuela francesa de Barbizon, origen del Impresionismo. Durante los cuatro años que Vincent estuvo en La Haya se empapó de estas escenas que tenían bastante salida comercial. Pero ya en estos momentos se inicia su profunda admiración por Millet, a quien considera el padre de la nueva pintura francesa. Anton Mauve, uno de los miembros de la Escuela de La Haya, contrae matrimonio con una de las tías de Vincent, quince años mayor que su marido, convirtiéndose Mauve en el primer mentor artístico de Van Gogh. En 1873 Vincent se traslada a Londres para trabajar en la sucursal de Goupil de la capital británica. Su primer año allí será de entera felicidad, apreciando la pintura de Constable yTurner, y afirmando su admiración por la pintura holandesa contemporánea. Parece que su primera crisis psíquica fue motivada por el rechazo sentimental de la hija de su patrona, la joven Ursula Layer, de quien se había enamorado profundamente. El deterioro físico y psíquico de Vincent fue tal que se le trasladó a la oficina de París por un periodo de tres meses. Vincent se volcó en la religión tras su fracaso amoroso, convirtiéndose en un hombre extraño. En 1875 regresa a París procedente de Londres - donde había estado los últimos seis meses - trabajando de nuevo en la central de la casa Goupil. Se obsesiona con la religión, descuidando su aspecto, leyendo continuamente la Biblia, incluso en el trabajo. También es un asiduo visitante del Louvre y del Museo del Luxemburgo. Cada vez rinde menos en el trabajo; por consiguiente, los jefes de la casa Goupil le dan un plazo de tres meses para que presente su dimisión. Corría el mes de enero de 1876 cuando Vincent abandona París y regresa a Inglaterra, siendo profesor en una escuela de Ramsgate donde su sueldo era el alojamiento y la comida. En julio de 1876 se instala en las cercanías de Londres, formando parte de una escuela metodista cuyo director le anima a impartir clases de ética y a predicar. Durante las Navidades de ese año regresa a Holanda y su padre le convence para que se quede en casa. En 1877 inicia un nuevo trabajo en una librería de Dordrecht gracias a la recomendación de su tío. Vive solo y no le interesa el trabajo por lo que pretende matricularse en la Facultad de Teología de Amsterdam en dos ocasiones sin obtener resultados positivos. Tras nuevos intentos fracasados, su padre consigue que se le otorgue un acuerdo para permanecer por un periodo de seis meses como predicador a prueba en el sector de Masnes, en la región belga de Borinage. Durante tres años estará Vincent trabajando con comunidades mineras, renunciando a sus escasas pertenencias para vivir como ellos. Ya entonces empieza a contar con la colaboración económica de su querido hermano Theo, quien trabaja en la central de Goupil en París. Esta dependencia económica se mantendrá durante el resto de la vida de Vincent. El ardor religioso remite y Vincent abandona a los mineros. Posiblemente haya decidido convertirse en un artista profesional por lo que se traslada a Bruselas, compartiendo estudio con Anton van Rappard. Inicia estudios de perspectiva y anatomía, acompañados de lecturas complementarias. En abril de 1881 Vincent regresa a la casa paterna de Etten, donde permanecerá ocho meses al enamorarse apasionadamente de su prima Kee Vos. Llega incluso a quemarse la mano ante el rechazo y se traslada a La Haya, viviendo con una prostituta embarazada que ya tenía un hijo llamada Sien Hoornik. Al pensar Vincent en hacerla su esposa, su padre considera declararle demente para alejarle de Sien. En esta breve etapa en La Haya se sitúa bajo la dirección artística de su tío Anton Mauve. Vincent realiza su primer óleo titulado Muchacha bajo los árboles en tonos oscuros siguiendo a la próspera Escuela de La Haya. Su compañera Sien será su modelo en múltiples dibujos. Pero la relación Vincent-Sien se agota y el pintor regresa a la casa paterna, ahora en Nuenen. Theo continúa su apoyo económico como anticipo de las ventas de unos cuadros que nunca se venderán. Vincent dirá a este respecto: "Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el día en que la gente se dará cuenta de que tiene más valor de lo que cuestan las pinturas". Los dos años pasados en Nuenen (1883-1885) se culminan con la obraCampesinos comiendo patatas. Muerto su padre en abril de 1885, Vincent se siente más libre y en otoño se traslada a Amberes donde contempla los espectaculares retablos de la catedral ejecutados porRubens, iniciando un aclarado de su paleta. La pintura de Delacroixtambién llamará su atención en estas fechas. Vincent tiene cada vez más claro que debe continuar su aprendizaje en París, donde se traslada por sorpresa en marzo de 1886. En la capital del arte del siglo XIX permanecerá por un periodo de dos años; primero se matricula en la escuela de Ferdinand Cormon para pintar modelos vivos. Allí conocerá a Toulouse-Lautrec, poniéndose en contacto con los impresionistas. Este nuevo movimiento artístico sirve a Vincent de punto de partida, aunque piensa que Millet ha hecho más por la pintura queManet. Durante estos años realizará paisajes de las cercanías de su casa o bodegones de flores, apreciándose un aclarado de su paleta en relación con el periodo de Nuenen. También inicia ciertos experimentos con el Puntillismo así como conoce a Degas, interesándose por la figura humana. Pero la atención de Vincent se centra en sus contactos con los jóvenes Paul Signac y Émile Bernard, quienes consideran anticuado el Impresionismo. Ambos artistas influirán mucho en la obra de Vincent, que empieza a pensar en la creación de una comunidad de artistas. Las estampas japonesas supondrán también una importante influencia para el joven pintor, de igual manera que influyen en todos los movimientos del momento. Incluso llegó a reproducir varias estampas japonesas mientras el retrato de Père Tanguy está lleno de estampas niponas. El contacto de Vincent con Gauguin se inicia en el otoño de 1886. Entre ambos surgió un respeto mutuo, creciendo la admiración de Van Gogh hacia Paul a medida que pasaba el tiempo, haciéndose cada vez más fuerte la idea de constituir una sociedad de artistas en la que se compartieran gastos e ideas, ofreciéndose apoyo mutuo. En febrero de 1888 Vincent se traslada al sur de Francia, a Arles, buscando su lugar de escape, su Japón del Sur como él denominaba a la ciudad mediterránea. En Arles beberá mucho menos y creará mucho más. Alquilará una casa, la Casa amarilla, pero la soledad es muy dura - sólo mantenía relaciones con la familia del cartero Roulin y sus amigos - por lo que empezó a creer con más fuerza en su ansiada sociedad de artistas. Invitó a Gauguin a instalarse en Arles, aceptando éste trasladarse en octubre de ese año, tomando Paul el dinero que Theo Van Gogh le envió para dar gusto a la idea de su hermano. Vincent está en un tremendo estado de excitación ante la llegada de su amigo y se dedica a la decoración de la casa con una serie de paneles congirasoles. Cuando Gauguin llega, incita a Vincent a pintar de memoria, creando escenas como el Sembrador, en las que la naturaleza resulta ligeramente fantaseada. Pero la convivencia entre ambos artistas no es fluida y las discusiones cada vez suben más de tono. El desenlace se produce la noche del 23 de diciembre de 1888. Después de haber bebido mucho, discuten de nuevo y Vincent amenaza a su amigo con una navaja de afeitar. Gauguin, asustado, se marcha al hotel y Vincent, arrepentido por el desenlace de la disputa, decide arrancarse el lóbulo de su oreja derecha, entregándoselo a una prostituta para que lo lleve a Gauguin como señal de arrepentimiento. El escándalo fue mayúsculo y la policía acordonó la casa; Vincent es internado en el hospital y delira durante tres días. En enero de 1890 regresa a su casa y pinta las sillas - donde observamos la diferencia de ambos pintores - así como varios autorretratos donde se aprecia su mutilación. Las noticias de la promesa de matrimonio de Theo con Johanna Gesina Bonger, hermana de su amigo Anders Bonger, no hacen mucha gracia a Vincent, especialmente por la amenaza económica que suponía. Además, su amigo Roulin es trasladado a Marsella quedándose bastante solo de nuevo. En febrero Vincent es ingresado de nuevo en el hospital al cuidado del doctor Felix Rey ya que padece de insomnio y alucinaciones, imaginándose que alguien quiere envenenarle. Un mes más tarde, un grupo de treinta vecinos de Arles solicita el internamiento del "loco del pelo rojo" como le denominan, una vez más, en el hospital. La policía cierra la Casa Amarilla con todos sus cuadros. Tras abandonar el hospital, Vincent abandona su hogar y se instala en dos pequeñas habitaciones del doctor Rey. Las recaídas son cada vez más frecuentes y el propio Vincent desea ingresar en un sanatorio, lo que ocurre el 8 de mayo. Voluntariamente, se marcha al sanatorio mental de Saint-Paul-de-Mausole, cerca de Saint-Rémy, a 27 kilómetros de Arles. ¿Cuál era la enfermedad de Vincent? Exactamente desconocemos a qué se debían esas crisis y ataques, surgiendo múltiples hipótesis. La más certera sería una inestabilidad psíquica de carácter congénito, acentuada por el abuso del alcohol. No en balde el doctor le rebajará la dosis de alcohol a medio litro diario, indicándonos esta noticia que era un alcohólico empedernido. Lo que no es del todo cierto es que las crisis que sufre Van Gogh influyan en su pintura ya que Vincent sólo duerme cuando tiene un ataque, teniendo miedo a estas crisis porque no puede crear durante esas fases. Por lo tanto, decir que la obra de Van Gogh es el resultado de los ataques de locura de un esquizofrénico es totalmente falso. Más bien nos encontramos ante la visión de una persona muy sensible que sabe aplicar el color como nadie en su momento. Este encierro en Saint-Rémy le obliga a pintar lo que hay alrededor del hospital, tanto las habitaciones, la naturaleza o los propios internos. Después de varios ataques - en uno de ellos intenta tragarse las pinturas - Vincent recibe la noticia de que Theo va a ser padre, deseando que el pintor sea el padrino del futuro bebé. Lleno de emoción, quiere regresar al norte de Francia para poder estar más cerca de sus amigos. Ahora trabaja copiando obras de Millet o Delacroix porque tiene miedo a pintar al aire libre. Tras una conversación con Pissarro, Theo considera conveniente que Vincent se instale en Auvers-sur-Oise, en el noroeste de París, al cuidado deldoctor Gachet, famoso homeópata relacionado con los impresionistas. A fines de diciembre de 1889 sufre un nuevo ataque mientras está pintando e intenta tragarse las pinturas; una vez más el doctor le prohibe pintar, permitiendo la ejecución de dibujos. El 31 de enero de 1890 Johanna da a luz un niño al que se llamará como su tío, Vincent Willen. La noticia llena de alegría al pintor, que también se entera de la primera compra de un cuadro suyo - el Viñedo rojo - por parte de Anne Boch. En mayo de ese año viaja a París para conocer a su sobrino, pasando tres días en la ciudad, que le parece demasiado ruidosa e intranquila. Parte para Auvers, alojándose en una pensión primero y después en un Café. El doctor Gachet le cuida cariñosamente e incluso piensa que está curado, considerando que nunca más tendrá un ataque. Durante los dos meses que vivió en Auvers pintó más de 80 cuadros, demostrando estar en pleno éxtasis creador. El 6 de julio de 1890 Vincent va a París para ver a su hermano; le encuentra muy preocupado por su situación laboral, el problema de la vivienda y la enfermedad del pequeño Vincent. Se agobia por ser una carga para su hermano y temiendo un nuevo ataque, el 27 de julio sale al campo y se dispara con un revólver; regresa a su hogar y avisa a los señores Ravoux para que soliciten un médico al no encontrarse bien. Reconoce haberse disparado y los doctores le vendan la herida pero no extraen la bala. Enterado de la noticia, Theo parte para Auvers y pasa el día con Vincent, fumando ambos en pipa. El 29 de julio de 1890 fallece el primer genio de la pintura contemporánea. Curiosamente, su hermano Theo muere seis meses después en una casa de salud de Utrecht. Desde 1914 ambos hermanos reposan juntos en el cementerio de Auvers-sur-Oise.