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Plato de la Dinastía Ming Autor: Fecha:1465-87 Museo:Museo Nacional de Taipei Características: Material:Porcelana Estilo:
La porcelona como material había prácticamente alcanzado su desarrollo; sin embargo, todavía quedaba mucho que decir acerca de su calidad como soporte decorativo. Tras el colapso económico que supuso la caída de la dinastía Yuan, que afectó muy directamente a la producción de la porcelana, el primer emperador Ming se marcó como una de las prioridades de su reinado la reorganización de la industria alfarera. Esto suponía no sólo la reactivación de una de las fuentes de ingresos más importantes del Imperio, sino un símbolo del nuevo poder. La recuperación de esta tradición plenamente china, interrumpida por el reinado de los emperadores mogoles, estaba ligada al mundo del arte, y si en el terreno de las artes plásticas se inclinó por el academicismo, eligió el material más noble y delicado para iniciar un período marcado por las innovaciones decorativas, la vitalidad de las formas y una continuada renovación. Estos principios básicos permanecieron durante el reinado de todos los emperadores de la dinastía Ming, ligando sus nombres a la eternidad. Así al referirnos a una porcelana de este período observaremos que no sólo se define por su forma o por su decoración, sino y especialmente por el reinado en el que fue hecha: Zhengde, Chenghua, Hongzhi, Xuande, Jiajing, Wanli...
La porcelona como material había prácticamente alcanzado su desarrollo; sin embargo, todavía quedaba mucho que decir acerca de su calidad como soporte decorativo. Tras el colapso económico que supuso la caída de la dinastía Yuan, que afectó muy directamente a la producción de la porcelana, el primer emperador Ming se marcó como una de las prioridades de su reinado la reorganización de la industria alfarera. Esto suponía no sólo la reactivación de una de las fuentes de ingresos más importantes del Imperio, sino un símbolo del nuevo poder. La recuperación de esta tradición plenamente china, interrumpida por el reinado de los emperadores mogoles, estaba ligada al mundo del arte, y si en el terreno de las artes plásticas se inclinó por el academicismo, eligió el material más noble y delicado para iniciar un período marcado por las innovaciones decorativas, la vitalidad de las formas y una continuada renovación. Estos principios básicos permanecieron durante el reinado de todos los emperadores de la dinastía Ming, ligando sus nombres a la eternidad. Así al referirnos a una porcelana de este período observaremos que no sólo se define por su forma o por su decoración, sino y especialmente por el reinado en el que fue hecha: Zhengde, Chenghua, Hongzhi, Xuande, Jiajing, Wanli...
BEIJING, 25 ago (Xinhuanet) -- Los grandes jrrones de porcelana colocados en el exterior de las residencias del Palacio Imperial de Beijing, han fascinado tanto a los visitantes como a los especialistas por su exquisita decoración y elegancia.
La historia de su fabricación se remonta al siglo XII. Las piezas fabricadas en los hornos imperiales de la "capital de la porcelana", Jindezheng, durante las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), son las más finas.
Según los expertos, en la antigüedad, debido a la inexistencia de instalaciones contra incendios, incluso en el Palacio Imperial, los grandes jarrones colocados fuera de las estancias y salones imperiales, servían de equipos contra incendios.
Éstos podían contener más de 2,000 kilos de agua, y servían así como extintores contra cualquier fuego que pudiera ocurrir. En el Palacio Imperial se encontraban centenares de jarrones para este propósito.
Sin embargo, los modestos jarrones de metal nada tenían que ver con la elegancia de los preciosos jarrones de porcelana, que representaban la dignidad y la nobleza del emperador, con su delicado diseño de dragones, y que además servían de exquisitos ornamentos en el palacio, especialmente en las residencias de los emperadores, emperatrices y las concubinas de las dinastías Ming y Qing.
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Plato del “Racimo de Uvas”Periodo Ming, reinado de Yongle (1403-1424 dC) Porcelana con bajoesmalte azulDiámetro: 37.5 cmThe Avery Brundage CollectionNúmero de adquisición: #B65 P6 Imagen cortesía del Asian Art Museum of San Francisco. Copyright reservado.
A mediados del siglo XV, la cerámica china era prácticamente sinónimo de porcelana azul y blanca en Oriente Medio y en Europa. De hecho, mientras la cerámica azul y blanca de Jingdezhen era inmensamente populare entre los Timúridas, Mogoles y otros khanatos musulmanes del oeste, apenas atrajo la atención de la corte imperial Ming hasta mucho más tarde. Estas cerámicas eran creada para el lucrativo mercado internacional, y para regalos diplomáticos.1
Este plato es notable por su diseño de “racimos de uvas”. Las uvas están pintadas con abundante esmalte que crea manchas azul oscuro, un efecto conocido, traduciendo del chino como “apilar”. Las uvas están rodeadas por un diseño de olas en el borde exterior, y una serie de doce tipos de flores diferentes en el interior. 2 Aunque el motivo de las uvas es de origen extranjero, tiene una historia muy larga en China, y se cree que se transmitió a través de los patrones textiles ya en el periodo Han. El vino de uva no era tampoco desconocido en la China Ming, aunque no se consumía regularmente; esto contrasta con el periodo Tang, cuando se importaba gran cantidad de vino a través de los comerciantes de la Ruta de la Seda, e incluso se producía domésticamente.
Este plato pertenece a una serie que fue hecha específicamente para el consumo extranjero, o posiblemente como tributo de alta calidad. El plato está marcado con una inscripción que indica que formó parte de la colección del emperador Mogol Shah Jahan en el año 1643-44.3
Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch
Plato del “Racimo de Uvas”Periodo Ming, reinado de Yongle (1403-1424 dC) Porcelana con bajoesmalte azulDiámetro: 37.5 cmThe Avery Brundage CollectionNúmero de adquisición: #B65 P6 Imagen cortesía del Asian Art Museum of San Francisco. Copyright reservado.
A mediados del siglo XV, la cerámica china era prácticamente sinónimo de porcelana azul y blanca en Oriente Medio y en Europa. De hecho, mientras la cerámica azul y blanca de Jingdezhen era inmensamente populare entre los Timúridas, Mogoles y otros khanatos musulmanes del oeste, apenas atrajo la atención de la corte imperial Ming hasta mucho más tarde. Estas cerámicas eran creada para el lucrativo mercado internacional, y para regalos diplomáticos.1
Este plato es notable por su diseño de “racimos de uvas”. Las uvas están pintadas con abundante esmalte que crea manchas azul oscuro, un efecto conocido, traduciendo del chino como “apilar”. Las uvas están rodeadas por un diseño de olas en el borde exterior, y una serie de doce tipos de flores diferentes en el interior. 2 Aunque el motivo de las uvas es de origen extranjero, tiene una historia muy larga en China, y se cree que se transmitió a través de los patrones textiles ya en el periodo Han. El vino de uva no era tampoco desconocido en la China Ming, aunque no se consumía regularmente; esto contrasta con el periodo Tang, cuando se importaba gran cantidad de vino a través de los comerciantes de la Ruta de la Seda, e incluso se producía domésticamente.
Este plato pertenece a una serie que fue hecha específicamente para el consumo extranjero, o posiblemente como tributo de alta calidad. El plato está marcado con una inscripción que indica que formó parte de la colección del emperador Mogol Shah Jahan en el año 1643-44.3
Traducción de Alexandra Prats, revisada por Dolors Folch
Un arte imperial: la porcelana mingÉpoca: ChinaInicio: Año 1368Fin: Año 1644Antecedente:La Dinastía MingSiguientes:Tipos cerámicosEl uso del colorMonocromosMotivos decorativos
(C) Joaquín Yarza Luaces
Con la dinastía Ming la porcelana conoció uno de sus períodos más representativos, tanto en la historia del arte chino como en el mundo europeo, pasando su nombre a ser sinónimo no sólo de este período dinástico sino de su país. Como material había prácticamente alcanzado su desarrollo; sin embargo, todavía quedaba mucho que decir acerca de su calidad como soporte decorativo. Tras el colapso económico que supuso la caída de la dinastía Yuan, que afectó muy directamente a la producción de la porcelana (destrucción de hornos, paralización del comercio), el primer emperador Ming se marcó como una de las prioridades de su reinado la reorganización de la industria alfarera. Esto suponía no sólo la reactivación de una de las fuentes de ingresos más importantes del Imperio, sino un símbolo del nuevo poder. La recuperación de esta tradición plenamente china, interrumpida por el reinado de los emperadores mogoles, estaba ligada al mundo del arte, y si en el terreno de las artes plásticas se inclinó por el academicismo, eligió el material más noble y delicado para iniciar un período marcado por las innovaciones decorativas, la vitalidad de las formas y una continuada renovación. Estos principios básicos permanecieron durante el reinado de todos los emperadores de la dinastía Ming, ligando sus nombres a la eternidad. Así al referirnos a una porcelana de este período observaremos que no sólo se define por su forma o por su decoración, sino y especialmente por el reinado en el que fue hecha: Zhengde, Chenghua, Hongzhi, Xuande, Jiajing, Wanli... La reindustrialización pasó por la reconstrucción de la ciudad alfarera de Jingdezhen, situada en la provincia de Jiangxi. A la par se designaron oficiales de la corte, en su gran mayoría eunucos, que diseñaron las estrategias de producción y distribución de las mercancías. A pesar de ello, el control de la corte Ming no fue tan fuerte y directo como en la dinastía Qing (1644-1911), pero en cierto sentido perdió la libertad que proporcionaron los emperadores mogoles a los alfareros. La especialización en el trabajo se impuso, existiendo operarios destinados exclusivamente a las pastas, los colores, la cocción, decoración, marcas..., llegando a constituir una verdadera ciudad-alfarera en Jingdezhen. Sus hornos no sólo fabricaron porcelana para la corte, sino que también lo hicieron para el mercado interior que cada día demandaba mayor número y variedad de piezas, debido a la ascensión de la burguesía mercantil y urbana. Al uso cotidiano (vajillas, juegos de té...), se añadieron valores decorativos como regalo para reconocer honores, premiar a los candidatos a los exámenes de la corte, así como para ofrendas de carácter religioso. Junto a la gran demanda interior, pronto se reavivó el comercio con el exterior. En los primeros tiempos de la dinastía, los países que demandaban porcelanas continuaron siendo sus vecinos del sudeste asiático (Thailandia, Vietnam...) y las cortes islámicas (Estambul, Teherán), pero tras los primeros contactos iniciados con los portugueses a mediados del siglo XVI los mercados se ampliaron hasta las cortes europeas. La seda dejó de ser la mercancía procedente de Asia y fue sustituida con pleno derecho por la porcelana, utilizándose los mismos caminos de distribución, esto es la Ruta de la Seda, que a partir del siglo XIII ya se había convertido en la Ruta de la Porcelana. Esta gran diversidad de clientes y la fuerte demanda de porcelana que todos ellos realizaban, obligó a ampliar considerablemente la producción, así como a crear una gran variedad que tanto se surtía de motivos o formas foráneas, como se erigía en inspiración para distintas producciones cerámicas: las turcas de Iznik, las persas de Meshed y Kirman o las japonesas. Todos estos factores, junto al propio renacimiento artístico de la dinastía, ayudaron a crear una porcelana cuyas características fundamentales fueron su gran vitalidad, su continua renovación y la variedad de formas y motivos decorativos. La vitalidad se observa en la absoluta integración entre forma y decoración. Si con la dinastía Song (960-1125) se alcanzó el máximo esplendor en cuanto a contención estética y valoración de la forma, a partir de la introducción de la técnica del cobalto azul aplicado bajo cubierta durante la dinastía Yuan, la porcelana china adquiere un valor añadido, al aplicársele una decoración viva y colorista que complementa y dignifica las formas. Como todos los procesos creativos, a su desarrollo inicial y consolidación siguió una fase de decadencia y manierismo que estudiaremos al referirnos a la producción cerámica de la última dinastía china.
(C) Joaquín Yarza Luaces
Con la dinastía Ming la porcelana conoció uno de sus períodos más representativos, tanto en la historia del arte chino como en el mundo europeo, pasando su nombre a ser sinónimo no sólo de este período dinástico sino de su país. Como material había prácticamente alcanzado su desarrollo; sin embargo, todavía quedaba mucho que decir acerca de su calidad como soporte decorativo. Tras el colapso económico que supuso la caída de la dinastía Yuan, que afectó muy directamente a la producción de la porcelana (destrucción de hornos, paralización del comercio), el primer emperador Ming se marcó como una de las prioridades de su reinado la reorganización de la industria alfarera. Esto suponía no sólo la reactivación de una de las fuentes de ingresos más importantes del Imperio, sino un símbolo del nuevo poder. La recuperación de esta tradición plenamente china, interrumpida por el reinado de los emperadores mogoles, estaba ligada al mundo del arte, y si en el terreno de las artes plásticas se inclinó por el academicismo, eligió el material más noble y delicado para iniciar un período marcado por las innovaciones decorativas, la vitalidad de las formas y una continuada renovación. Estos principios básicos permanecieron durante el reinado de todos los emperadores de la dinastía Ming, ligando sus nombres a la eternidad. Así al referirnos a una porcelana de este período observaremos que no sólo se define por su forma o por su decoración, sino y especialmente por el reinado en el que fue hecha: Zhengde, Chenghua, Hongzhi, Xuande, Jiajing, Wanli... La reindustrialización pasó por la reconstrucción de la ciudad alfarera de Jingdezhen, situada en la provincia de Jiangxi. A la par se designaron oficiales de la corte, en su gran mayoría eunucos, que diseñaron las estrategias de producción y distribución de las mercancías. A pesar de ello, el control de la corte Ming no fue tan fuerte y directo como en la dinastía Qing (1644-1911), pero en cierto sentido perdió la libertad que proporcionaron los emperadores mogoles a los alfareros. La especialización en el trabajo se impuso, existiendo operarios destinados exclusivamente a las pastas, los colores, la cocción, decoración, marcas..., llegando a constituir una verdadera ciudad-alfarera en Jingdezhen. Sus hornos no sólo fabricaron porcelana para la corte, sino que también lo hicieron para el mercado interior que cada día demandaba mayor número y variedad de piezas, debido a la ascensión de la burguesía mercantil y urbana. Al uso cotidiano (vajillas, juegos de té...), se añadieron valores decorativos como regalo para reconocer honores, premiar a los candidatos a los exámenes de la corte, así como para ofrendas de carácter religioso. Junto a la gran demanda interior, pronto se reavivó el comercio con el exterior. En los primeros tiempos de la dinastía, los países que demandaban porcelanas continuaron siendo sus vecinos del sudeste asiático (Thailandia, Vietnam...) y las cortes islámicas (Estambul, Teherán), pero tras los primeros contactos iniciados con los portugueses a mediados del siglo XVI los mercados se ampliaron hasta las cortes europeas. La seda dejó de ser la mercancía procedente de Asia y fue sustituida con pleno derecho por la porcelana, utilizándose los mismos caminos de distribución, esto es la Ruta de la Seda, que a partir del siglo XIII ya se había convertido en la Ruta de la Porcelana. Esta gran diversidad de clientes y la fuerte demanda de porcelana que todos ellos realizaban, obligó a ampliar considerablemente la producción, así como a crear una gran variedad que tanto se surtía de motivos o formas foráneas, como se erigía en inspiración para distintas producciones cerámicas: las turcas de Iznik, las persas de Meshed y Kirman o las japonesas. Todos estos factores, junto al propio renacimiento artístico de la dinastía, ayudaron a crear una porcelana cuyas características fundamentales fueron su gran vitalidad, su continua renovación y la variedad de formas y motivos decorativos. La vitalidad se observa en la absoluta integración entre forma y decoración. Si con la dinastía Song (960-1125) se alcanzó el máximo esplendor en cuanto a contención estética y valoración de la forma, a partir de la introducción de la técnica del cobalto azul aplicado bajo cubierta durante la dinastía Yuan, la porcelana china adquiere un valor añadido, al aplicársele una decoración viva y colorista que complementa y dignifica las formas. Como todos los procesos creativos, a su desarrollo inicial y consolidación siguió una fase de decadencia y manierismo que estudiaremos al referirnos a la producción cerámica de la última dinastía china.
1 comentario:
Buenos días, mi nombre ea Sergio y me gustaria consultarlos por un jarron y varias pinturas para su venta, sersan2@hotmail.com, gracias
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