jueves, 26 de julio de 2012

PAUL GAUGUIN


Somnolencia deliciosa, Nave Nave Moe
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1894
 Museo:Museo del Hermitage
 Características:73 x 98 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:Impresionismo

Una vez más, Gauguin alude a la elección entre la virtud y el vicio de manera simbólica. En Palabras del diablo repite esta temática representada en Somnolencia deliciosa por dos jóvenes muy similares - incluso podría tratarse de la misma figura - una de ellas con un halo alrededor de la cabeza - la luz de la "santidad" - y otra con la manzana - la tentación, el pecado - en la mano, dudando si dar el bocado. Tras ellas hay dos jóvenes, desnuda una y semidesnuda la otra. Precisamente la desnuda es una copia de la joven que aparece en Aha oe Feii?. Un grupo de tahitianas bailando al fondo junto a un ídolo cierra la escena; los personajes se sitúan en un paisaje idílico, inventado por el artista, en el que destaca el colorido arbitrario que emplea. Las tonalidades han sido aplicadas con planitud, siguiendo a la estampa japonesa, creando celdillas con las líneas oscuras, celdillas que son ocupadas por el color según la técnica "cloisonné". El primitivismo de las figuras era uno de los objetivos fundamentales de Gauguin cuando se trasladó a la Polinesia encontrándolo entre los indígenas y sus obras de arte. 
¿Cuando te casarás?, Nafea faa ipoipo
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1892
 Museo:Colección Particular
 Características:101´5 x 77´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

El propio Gauguin consideró este cuadro como una de las obras fundamentales de su producción tahitiana. Aparecen dos mujeres en diferentes planos, sobre un idealizado y simplificado paisaje destacable por la planitud de los colores empleados, como observamos en el verde, amarillo o azul. Se trata de una influencia de la estampa japonesa que ya ofrecen buena parte de los impresionistas. Las dos mujeres están muy bien asentadas en el espacio, como si de pesadas estatuas se tratase, aislada la una de la otra. El enigmático título forma parte del simbolismo general de la escena. Algunos expertos consideran que la mujer de primer plano busca marido al llevar una flor tras su oreja mientras que la segunda sería la encargada de buscar el futuro esposo. Por eso en el fondo contemplamos dos esbozadas figuras que pasean. Estas mujeres tahitianas van a ser el motivo fundamental para la inspiración del artista, protagonizando la mayor parte de los lienzos ejecutados en la Polinesia. 
 En la playa, Mujeres de Tahití
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1891
 Museo:Museo de Orsay
 Características:69 x 61 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
Las mujeres indígenas se convertirán en las principales protagonistas de los cuadros pintados por Gauguin durante su primera estancia en la Polinesia. Esta escena fue realizada al poco de llegar a Papeete, apreciándose dos jóvenes en posturas enfrentadas - una de espaldas y otra de frente - sumidas en sus pensamientos. Una de las jóvenes viste la falda decorada a la moda indígena que llamó tanto la atención al artista. Buscando lo primitivo, Gauguin ha llegado hasta la Polinesia para descubrir esos rostros duros, no exentos de belleza, que pueblan sus lienzos y que aquí contemplamos. El colorido se ha hecho muy vivo, empleando una gama cálida que anima la escena. Las tonalidades son aplicadas de manera plana, introducidas en los espacios que dejan libres las marcadas líneas de los contornos, siguiendo el método del "cloisonné", que venía utilizando desde la época bretona como observamos en La visión tras el sermón. La planitud cromática es debido a la influencia de la estampa japonesa, recurso muy habitual entre los impresionistas

 Dos mujeres tahitianas
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1899
 Museo:Metropolitan Museum
 Características:94 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Posiblemente sea ésta una de las imágenes más bellas entre las pintadas por Gauguin durante su estancia en Tahití. Las dos jóvenes que nos ofrecen las flores están captadas con enorme naturalidad y realismo, muestra de la alegría que anima el corazón de un artista necesitado de esos momentos de felicidad. Los hermosos rostros están perfectamente dibujados - realizando para ello varios dibujos y xilografías preparatorias - incluso ambas figuras no resultan tan planas como otras de estos momentos, colocando la mano que sujeta la bandeja en escorzo, al igual que la cabeza de la joven de la derecha. La gama cromática utilizada resulta muy llamativa al realzar el ocre y la piel tostada de las muchachas con el color rojo de las flores, el azul del vestido o el verde del fondo. Gauguin es un gran amante de la mujer, siendo la protagonista absoluta de sus composiciones. No olvidemos que pese a estar casado con la danesa Mette Gad - de cuyo matrimonio nacerán cinco hijos - mantendrá relaciones y convivirá con varias muchachas tahitianas durante su estancia en la Polinesia.

 ¿Adonde vas?, Ea haere ia oe?
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1893
 Museo:Museo del Hermitage
 Características:91 x 71 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
Magnífico ejemplo de la producción tahitiana de Gauguin realizado en 1893, poco tiempo antes de regresar a París para inaugurar su primera exposición. Por eso el título sería tan enigmático, refiriéndose a la pregunta que le hacen los nativos que aparecen en el cuadro. En la obra encontramos una mujer semidesnuda en primer plano, con una fruta tropical en las manos y una mirada penetrante, con un rostro primitivo que tanto atraía al artista. Tras ella hay tres polinesias más junto a su cabaña, apareciendo así todos los componentes que le parecían exóticos durante su estancia en Tahití. El colorido vivo y alegre caracteriza la escena, utilizando el color como un reclamo al igual que la belleza de la joven que ofrece la fruta. La perspectiva está muy bien conseguida en todos sus planos, aunque denota una nueva visión de la pintura tanto por el tema como por el color. 
 Y el oro de sus cuerpos
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1901
 Museo:Museo de Orsay
 Características:67 x 79 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Debido a su delicado estado de salud, en 1901 Gauguin trabaja poco. Esa enfermedad no impide que su genio continúe creando, resultando ésta una de sus escenas más llamativas. En ella aparecen dos tahitianas desnudas, con la mirada fija hacia el espectador, en una actitud muy provocativa. Tras ellas vemos un paisaje esquemático y sin profundidad que da la sensación de un decorado teatral. Resulta interesante destacar cómo el pintor está iniciando una esquematización de las figuras que anticipa quizás el cubismo de Picasso, como observamos en el brazo de la muchacha de la derecha o en la mano de la de la izquierda. El colorido es algo más oscuro que en obras anteriores.



Autorretrato para el amigo Carriere
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1886
 Museo:National Gallery (Washington)
 Características:46´5 x 38´6 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Gauguin será, junto a su amigo Van Gogh, uno de los pintores que más se autorretratan a lo largo de su vida, mostrando siempre su estado de ánimo. Ahora le encontramos alegre y animado, al abandonar Copenhague para instalarse en París y, más tarde, en Bretaña. En un principio el autorretrato había sido dedicado a su amigo el pintor Charles Laval, siendo más adelante retocado y dedicado a su también amigo y pintor Eugène Carrière. El colorido es más vivo y brillante pero también más plano, perdiendo importancia el modelado de las luces y las sombras. De esta manera se demuestra que la primera estancia de Gauguin en Bretaña servirá para introducir modificaciones en su pintura, especialmente en relación con la estampa japonesa, iniciando una escapada hacia una nueva manera de trabajar y expresarse. El eterno viajero está encontrando la ruta adecuada.






 Joven con abanico
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1902
 Museo:Museo Folkwang
 Características:92 x 73 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Retrato de una joven polinesia, llamada Tohotaua, realizado en 1902 en su estudio de Hivaoa a partir de una fotografía. Vemos a una bella joven sentada en una enorme silla, con un abanico blanco en la mano derecha, símbolo de distinción en la Polinesia. Muestra su pecho desnudo y un vestido blanco, aunque en la fotografía no aparecía desnuda. Los colores suaves y cálidos caracterizan esta bellísima escena, en la que recorta la figura de Tohotaua sobre un fondo neutro realizado en colores ocres y naranjas, destacando el colorido anaranjado del cabello y de la piel tostada de la joven, en contraste con el color blanco del vestido y del abanico. 
 Nunca más, Never more
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1897
 Museo:Courtauld Gallery
 Características:68 x 116 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
Obra realizada en 1897 en la Polinesia, tras pasar una temporada en París. Por el título se relaciona con un poema de Edgar Allan Poe, quien estaba triunfando en los ambientes simbolistas. El propio Gauguin dice que quiere sugerir lujuria con su cuadro por el desnudo en sí, no por lo que le rodea, como habían hecho Manet o Ingres en sus desnudos. Por eso representa a la joven tahitiana tumbada sobre una cama, aunque en la Polinesia no eran habituales, encima de unas sábanas con florecillas, posible alusión a la inocencia. Tras ella vemos un fondo extraño con dos mujeres y un cuervo entre paneles decorativos que recuerdan la vegetación de la zona. El colorido es oscuro, pintado así deliberadamente, "en tonos sombríos y melancólicos" dice el artista, para que la lujuria a la que se refiere salga de la figura desnuda. Sólo el amarillo del almohadón llama la atención. La anatomía de la mujer está realizada de modo muy libre ya que las caderas están muy marcadas, posiblemente para resaltar el cabecero de la cama, así como el brazo izquierdo que sale del pecho. ¿Podría aludir el título a que nunca más abandonará su paraíso de Tahití, en el que las jóvenes son su fuente de inspiración?. 
El espíritu de los muertos vigila, Manao tupapau
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1892
 Museo:Albright-Knox Museum
 Características:73 x 92 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Representar las costumbres tahitianas supone todo un reto para Gauguin. En este lienzo recoge el miedo de aquellas gentes al espíritu de los muertos, utilizando para ello a una joven desnuda, de espaldas sobre una cama, que mira al espectador con ojos de sorpresa. Según el propio pintor, se trataría de su compañera, Tahamana. Al fondo de la escena encontramos el fantasma de una mujer como si fuera una máscara, recortada sobre un fondo violeta en el que destacan destellos ya que las creencias indígenas asimilaban las fosforescencias nocturnas con los espíritus de los muertos. El cuerpo tostado de la joven contrasta con el color amarillento de las sábanas y éstas, a su vez, con el azul oscuro de la tela del colchón, jugando con contrastes simultáneos. La postura de la modelo interesa a Gauguin por "las líneas y el movimiento... pintando el cuadro de manera sencilla, para que resultase salvaje e infantil" como el mismo pintor escribe. Curiosamente fue considerado indecente por la crítica cuando se presentó en París, alejándose del infantilismo que quería transmitir Gauguin con el cuadro. Posiblemente el artista se inspiró para realizar esta obra en la Olimpia de Manet, por la que sentía gran admiración. 


Cuentos primitivos
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1902
 Museo:Museo Folkwang
 Características:131´5 x 90´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Obra realizada en 1902 a la que da un título sonoro, simbólico y poético que sirve para complicar su significado. En ella vemos tres figuras: a la derecha Tohotaua, una joven polinesia a la que ya había retratado; una figura desconocida, en actitud contemplativa, en el centro; y a la izquierda la imagen del pintor Jacob Meyer de Haan, con el que había trabajado en Bretaña, pintado como un zorro que simboliza la perversidad. La escena podría representar la perversidad de los occidentales ante los primitivos orientales o una unión de todos los mitos que le han fascinado: judeocristianos, asiáticos y maoríes. El tema puede pasar a segundo plano ya que se trata de una de las obras más bellas, con dos magníficos desnudos femeninos, un colorido muy vivo de naranjas, morados y rosas, y un fondo sin perspectiva, que da la sensación de un decorado teatral. Las flores que aparecen alrededor de las muchachas aluden posiblemente a su inocencia. Sin duda, se trata de una obra cargada de simbolismo.
 Fecha:1892
 Museo:Museo de Orsay
 Características:75 x 94 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
Sin duda es Arearea una de las composiciones más interesantes de las realizadas por Gauguin en su primera estancia en Tahití. Presenta a dos jóvenes sentadas bajo un árbol, una de ellas tocando la flauta; en primer plano encontramos un perro rojo y, al fondo, tres mujeres que adoran a un ídolo. El título, escrito en el lienzo, tiene gran importancia para los simbolistas con los que Gauguin se relaciona. Como ocurre en múltiples obras de este periodo, la mujer es la protagonista de la escena, junto al colorido empleado. Las tonalidades son aplicadas de manera plana, sin dar sensación de profundidad - influencia de la estampa japonesa que tanto entusiasmaba a los impresionistas - jugando con verdes, amarillos, naranjas y blancos, que dotan de inmensa alegría a la imagen. El primitivismo que tanto interesaba al artista se encuentra en las figuras del fondo - que también están presentes en otras obras como Mahana no atua - así como la pose hierática de las dos protagonistas, pintadas como si fueran estatuas maoríes. Las líneas ondulantes que surcan la composición muestran la influencia japonesa. Cuando la obra fue expuesta en París en el año 1893, el perro rojo causó risas y escándalo, signo inequívoco de la incomprensión hacia la pintura de Gauguin. 







Día del señor, Mahana no atua
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1894
 Museo:Chicago Art Institute
 Características:68´3 x 91´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

En 1894 Gauguin está en París. Tras haber montado una exposición que supuso un fracaso económico, aunque cosechó buenas críticas, se dedicó a relacionarse con el mundo literario parisino, siendo este año de escasa producción. Las obras que realizó son evocaciones de Tahití, posiblemente relacionadas con la escritura en esos momentos de "Noa-Noa", una especie de manual para interpretar los lienzos ejecutados durante su estancia en la Polinesia. De nuevo las mujeres protagonizan la composición junto a la religión -conjunto que también encontramos en Mata mua- apareciendo un ídolo maorí en el centro de la escena. Lo exótico del colorido y del tema hacen que esta obra tuviese una aceptable acogida entre el público. El colorido empleado sigue siendo muy vivo, recurriendo a amarillos, verdes, rojos y azules. Las figuras están trabajadas con el estilo "cloisonné", delimitando a través de una línea oscura los contornos. En suma, a pesar de estar en París, Gauguin siente cierta sensación de añoranza, de melancolía, por haber dejado Polinesia. 


El molino David
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1894
 Museo:Museo de Orsay
 Características:73 x 92 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

En 1894 Gauguin está en Europa, primero en París, donde organiza una exposición que resultó un fracaso; después decide volver a encontrar sus raíces y se traslada a Bretaña, instalándose durante una breve temporada en Pont-Aven. Le acompañaba una jovencísima mestiza llamada Annah la Javanesa a la que conoció a través de Ambroise Vollard. La muchachita le abandonó en la localidad bretona y desvalijó su estudio en París. Al contactar con el paisaje bretón, Gauguin siente verdaderos deseos de plasmarlo en sus lienzos, resultando obras con encanto como ésta. Presenta un molino de agua junto a un gran caserón mientras que, en primer plano, aparecen las mujeres bretonas y un perro rojo, animal similar al que encontramos en Arearea. El colorido es interesante, empleando verdes, marrones, azules y malvas, aplicados en el lienzo con una pincelada rápida y larga, preferentemente a través de líneas onduladas que recuerdan la influencia de la estampa japonesa en la pintura impresionista y post-impresionista. "El Salvaje", como gustaba llamarse el artista, está meditando en Bretaña sobre su inminente regreso a la Polinesia, poniendo en marcha su lema favorito: "¡Huir allá lejos! ¡Huir!". 
Jinetes en la playa
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1902
 Museo:Museo Folkwang
 Características:66 x 76 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Al trasladarse a Hivaoa en 1901 Gauguin ha vuelto a encontrar un poco de la felicidad que él creía perdida. Ese estado anímico se reflejará en las obras de estos años, estallando un colorido vivo y luminoso presente en esta escena, incluso fantaseándolo como apreciamos en el rosa de la playa. La escena está inspirada en las carreras de caballos que pintó tiempo atrás Degas y que siempre llamaron la atención de Paul. También juega con el Simbolismo que supone la carrera hacia el mar, hacia la libertad. Igual que vemos en La llamada, parece que el pintor está interesado por la profundidad y la perspectiva, creando a la perfección la sensación de lejanía y de movimiento, apartándose de la planitud presente en otras composiciones. La pincelada empleada es bastante suelta, recuerda el estilo impresionista que caracteriza Los hortelanos de Vaugirard
Mujer con dos niños
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1901
 Museo:Chicago Art Institute
 Características:97 x 74 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Posiblemente sea ésta una de las escenas más amables y delicadas entre las realizadas por Gauguin durante su estancia en Oceanía. Contemplamos a una mujer sentada en una silla con un bebé en brazos, acompañada de una niña que sostiene un gato entre sus brazos. Las figuras están recortadas sobre un fondo neutro ejecutado en tonos verdes y azulados. La mujer mira al espectador con un gesto alegre que contrasta con la mirada desconfiada de la pequeña, mientras que el niño tiene una cierta mirada de máscara. Curiosamente, la niña tiene el cuerpo plano y la cabeza, las manos y las piernas con gran volumetría, técnica que utilizará Picasso unos años más tarde. El colorido es muy vivo, aplicado a través de pinceladas largas y sueltas que refuerzan la sensación de alegría del conjunto. 
El nacimiento de Cristo, hijo de Dios, Te tamari no atua
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1896
 Museo:Bayerisches Nationalmuseum (Munich)
 Características:96 x 129 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:

Igual que en Ia Orana María, Gauguin une en esta obra la temática polinesia con la cristiana, recuperando sus temas simbólicos. La figura femenina está tumbada en una cama - elemento típico de la civilización europea - mientras que al fondo observamos a dos mujeres con un niño y un típico establo europeo. De esta manera, el artista alude a las dos civilizaciones - europea y polinesia - en las que ha pasado su vida y que han influido en su personalidad. Algunos especialistas interpretan la composición como un homenaje al nacimiento de una niña habida con Pahura, una indígena de 14 años que convivía con el pintor en 1896. La pequeña falleció al poco tiempo y por eso la sostendría en el lienzo una figura encapuchada de negro. Podría utilizar esa similitud para recordar que Cristo murió para redimir a la Humanidad, apareciendo su destino ligado a su nacimiento. La unión entre la vida y la muerte será una obsesión para Gauguin y más en estos momentos tan bajos en los que se encuentra en el año 1896, pasando tres meses hospitalizado. La Olimpia de Manet - de la que Gauguin poseía una fotografía - sería la fuente artística en la que se inspiró a la hora de realizar esta figura desnuda junto a una mujer y un gato. Esa misma influencia también se encuentra en Never more o La pérdida de la virginidad. El vivo colorido sigue entusiasmando al artista, en contraste con la piel tostada de las figuras nativas. La pincelada suelta sería otra de las características de esta imagen así como la silueta marcada de las figuras, inspirada en el "cloisonnisme". Lo primitivo y lo simbólico vuelven a estar presentes en una obra de Gauguin. 
 Retrato de Madeleine Bernard
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1888
 Museo:Museo de Grenoble
 Características:72 x 58 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
En el verano de 1888 Émile Bernard estuvo en Pont-Aven acompañado de su hermana Madeleine, a la que vemos aquí retratada. A pesar de que Paul se sintió rápidamente atraído y enamorado de ella, Madeleine eligió al discípulo de Gauguin, Charles Laval, como compañero. La joven hizo de modelo para el grupo de pintores que estaba en aquellos momentos en Bretaña, captando perfectamente Gauguin su carácter místico y reservado, mostrándola seductora pero reticente al mismo tiempo. Al fondo de la imagen nos encontramos un grabado en el que aparecen las piernas de unas bailarinas, pudiendo aludir a algún interés especial por la danza de la modelo. El colorido y el estilo recuerdan a Degas y a las primeras obras de Paul como Susana cosiendo

 La ofrenda
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1902
 Museo:Colección Particular
 Características:68 x 78 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
Desde su llegada a Polinesia Gauguin estuvo interesado en representar las escenas de la vida cotidiana que más llamaban su atención. Siguiendo este criterio realizó Hombre con un hacha, La comida o Fatata te miti, en las que la carga simbólica, si existe, pasa a un segundo plano. En esta ocasión recoge el momento de amamantar a un bebé. La madre y el pequeño aparecen en primer plano acompañados de una mujer que lleva en sus manos flores, realizando así la ofrenda que da título al cuadro. Los rostros de ambas mujeres parecen inspirados en máscaras maoríes, acentuando aún más los rasgos primitivos que tanto buscaba el artista. Como es habitual en su pintura, Gauguin traza con una línea más marcada la silueta de las figuras, siguiendo el método del "cloisonnisme" inspirado en los esmaltes. La superficie que queda entre esos marcados contornos se rellena de color, en este caso un ocre dorado para obtener la piel tostada de los pobladores de la Polinesia. Al fondo apreciamos un paisaje tropical de vivas tonalidades, destacando el verde. Ese colorido ha sido aplicado a través de una pincelada rápida y suelta que evoca su etapa impresionista


Vahine no te vi
 Muchacha con un mango, Vahine no te vi
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1892
 Museo:Museo de Baltimore
 Características:72´7 x 42´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
Supuesto retrato de Tehamana, la joven polinesia con la que el pintor convivía en 1892, fecha del retrato. Aparece embarazada, observándose la redondez de la figura debajo del precioso vestido de color morado e incluso la fruta que lleva en la mano sería un símbolo de fertilidad. El fondo amarillo plano hace que resalte aún más el tostado y bello rostro de la joven, mientras que detrás de su figura observamos las flores que simbolizan su inocencia. Aunque se trate de un retrato de su compañera, el artista no deja de representarla con un aire de exotismo que caracteriza todas las obras de ese momento. 



Mata mua
 En otro tiempo, Mata mua
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1892
 Museo:Museo Thyssen Bornemisza
 Características:87´5 x 65´5 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
La búsqueda de lo primitivo y de lo exótico estuvo presente en toda la vida de Gauguin. En esta escena reúne ambas cuestiones al presentarnos lo exótico en el paisaje y lo primitivo en los bailes y cultos que aparecen al fondo, junto al gran ídolo. En primer plano presenta a dos jóvenes tahitianas en una postura similar a Arearea o Pastorales tahitianas, reproduciendo incluso el mismo árbol. Los colores están aplicados de manera plana - siguiendo la estampa japonesa - interesándose por los contrastes cromáticos, quedando algunos restos de influencia impresionista al aplicar algunas sombras coloreadas. Las líneas onduladas sirven para separar las masas cromáticas, de la misma manera que hacían los artesanos antiguos con los esmaltes y las vidrieras, técnica que empleó Gauguin por primera vez en Bretaña.

Mujer de las Marquesas
 Mujer de las Marquesas
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1902 h.
 Museo:Colección Particular
 Características:53´2 x 28´3 cm.
 Material:Grabado
 Estilo:Impresionismo
Gauguin sentía una profunda admiración por la mujer desnuda, siendo la protagonista de la mayor parte de sus escenas. La Olimpia de Manet era una de las obras modernas que más admiraba, sintiendo también atracción hacia la serie de bañistas que Degas pintó en pastel en la década de los 80. En este monotipo coloreado parece inspirarse en las jóvenes en el baño de Edgar, al presentar a la mujer de espaldas, con la luz impactando en su cuerpo. Pero Paul introduce el exótico paisaje al fondo, realizado con líneas onduladas siguiendo la estampa japonesa que tanto le atraía.

La llamada
 La llamada
 Autor:Paul Gauguin
 Fecha:1902
 Museo:Museo de Cleveland
 Características:130 x 90 cm.
 Material:Oleo sobre lienzo
 Estilo:
La mujer está presente a lo largo de la vida de Gauguin, tanto en sus cuadros como en su "modus vivendi". Por eso no es de extrañar que las protagonistas de esta obra sean tres mujeres en diferentes estadios del vestir: una de ellas tapada hasta la cabeza, otra semidesnuda y desnuda totalmente la que aparece de espaldas, dando la impresión de estar pegada al resto de la composición. Las tres mujeres se enmarcan en un idílico paisaje tropical de colorido irreal. Gauguin se interesa en esta ocasión por la perspectiva, creándola de manera acertada al situar una sucesión de árboles en profundidad junto a unas piedras y florecillas en primer plano, alejándose de la planitud de otras composiciones. Las figuras antiguas fascinaban a Gauguin por estas fechas por lo que la figura de la derecha parece sugerida por los frisos atenienses del Partenón que, junto a los de Borobudur en Java, fueron en numerosas ocasiones sus fuentes de inspiración.

Gauguin, Paul
**Gauguin, Paul
Nacionalidad: Francia
París 1848 - Atuona 1903
Pintor
Estilo: Impresionismo , Neo-Impresionismo
Escuela:


Obras: 165

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Paul Gauguin, pintor neo-impresionista francés, nace en París el 7 de julio de 1848. Su padre era un periodista liberal y tuvo que emigrar, en 1852, con toda su familia a Perú tras el golpe de estado de Napoleón III. En Lima, huérfano de padre, residió la familia Gauguin hasta el otoño de 1854, fecha en la que regresan a Francia, instalándose en Orléans. En 1861 se trasladan a París donde la madre trabaja como modista para sacar a la familia adelante. Paul se prepara para ingresar en la Escuela de Náutica, pero suspende y se enrola en la marina con 17 años, hasta 1871. A su regreso a París en 1872 se convierte, gracias a un amigo de la familia, en agente de Bolsa, trabajo en el que se desenvuelve muy bien, obteniendo buenos ingresos que le permiten coleccionar pinturas, empezar a pintar y contraer matrimonio con la joven danesa Mette Gad, con la que tendrá cinco hijos. Su primer maestro artístico será Camille Pissarro de cuya mano entra en el grupo impresionista, participando con ellos en varias exposiciones. También le llamará la atención Edgar Degas. En 1882 numerosos agentes de Bolsa son despedidos, entre ellos Gauguin, que empieza a pensar en vivir de su pintura. Las dificultades económicas, problema con el que convivirá siempre, motivan el traslado en 1883 a Rouen porque la vida allí era más barata. Pasan dos años en los que no sabe muy bien qué hacer, llegando a trabajar como representante de toldos, viajando entre Rouen, París y Copenhague hasta que en 1886 decide instalarse en París junto a su hijo mayor, dejando al resto de la familia en Dinamarca. Ese mismo año se traslada a Pont-Aven, en la Bretaña francesa, donde su pintura cambiará radicalmente, abandonando el Impresionismo e iniciando un camino más personal con un colorido más intenso y un mayor simbolismo. Pero Gauguin es el eterno viajero que desea huir desde su infancia por lo que se traslada a Panamá, donde trabaja en el Canal que se está construyendo, y a Martinica, lugar en el que se relaciona por primera vez con el exotismo que caracterizará su pintura. De regreso a Francia y tras un breve paso por París, se instala de nuevo en Bretaña, concretamente en Le Pouldu. Aquí experimenta de nuevo un cambio en su forma de pintar gracias a la influencia del arte oriental, que le llevará a un mayor sintetismo. En esos momentos pinta obras como La visión después del sermón, El Cristo amarillo o La bella Angela. La estancia bretona se vio interrumpida por una breve temporada con Vincent van Gogh en Arles, relación de la que ambos salieron mal parados, aunque conservaron la amistad. Su nuevo sueño es marcharse a Tahití, llegando a Papeete en 1891. Piensa ganarse la vida haciendo retratos pero decide retirarse de la civilización y vivir con una joven mestiza. El primitivismo y el simbolismo marcan su pintura, como se observa en Yo te saludo, María, La mujer con la flor, Tierra deliciosa o Diversiones. En septiembre de 1893 regresa a París, donde espera el reconocimiento de su talento y el éxito económico, pero ocurre lo contrario por lo que en junio de 1895 se traslada de nuevo a Oceanía, desesperado, enfermo, alcohólico y solo. Las Marquesas será su nuevo destino y allí hará sus obras más famosas: Never more, Los jinetes, Joven con el abanico, Cuentos bárbaros, ¿De dónde venimos?, ¿Qué somos?, ¿Adónde vamos? o Y el oro de sus cuerpos, obras en las que pone de manifiesto su intención de romper absolutamente con la tradición realista. Gauguin empieza una importante campaña a favor de los indígenas y al tener dificultades con las autoridades de Tahití, abandona la isla y se traslada a Atuana, donde intenta aislarse lo más posible con una muchachita muy joven y en una cabaña confortable; morirá, al parecer de un ataque cardíaco, el 8 de mayo de 1903, soñando con regresar a Europa y volver a empezar, esta vez en España.
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 Director de la colección: Luis Sanguino Arias



lunes, 16 de julio de 2012

EDGAR DEGAS


Edmondo y Thérèse Morbilli


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1865 h.
Museo:Museo de Boston
Características:116 ´5 x 88 ´3 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La hermana de Degas, Thérèse, y su marido Edmondo son los protagonistas de este retrato, en el que se pone de manifiesto la diferencia entre ambos a pesar de estar casados. Su matrimonio se produjo aun siendo primos, valiéndose de una bula papal para llevarlo a cabo. Thérèse era la hermana favorita de Degas y de la que más retratos realizó. Quizá por eso nos muestre con cierto rencor a quien se ha llevado a su modelo. El artista se ha centrado en las dos figuras, haciéndonos olvidar del resto del escenario. Para ello ha recurrido a colores apagados para el fondo, olvidándose de mostrarnos los detalles del cortinaje y de la tela que cubre la mesa. Así, los rostros y las manos de Edmondo y Thérèse son nuestros centros de atención. El marido se sitúa en primer plano, en una postura rígida al sentarse en una silla y acodarse en ella y en la mesa de la izquierda. Sus manos son grandes y rugosas, en sintonía con el rostro aburrido y dominante. Por el contrario, Thérèse muestra su delicada piel, atrapándonos con su mirada penetrante y directa. Su gesto - llevándose la mano derecha a la cara - el rostro ovalado y el cabello recogido atrás con raya al medio recuerdan a los retratos de Ingres, que tanto atraían a la sociedad parisina en aquellos momentos. Algunos especialistas piensan que el apoyar la mano izquierda en el hombro de su esposo se considera como una actitud de dependencia hacia él, sometiéndose por entero a su voluntad. Las frías tonalidades empleadas contrastan con la brillantez de las carnaciones. La luz ilumina especialmente a Edmondo, mientras que Thérèse queda en una zona de semipenumbra que le otorga mayor belleza. La pincelada es bastante suelta en algunas zonas como en la pared o los adornos del vestido femenino, mientras que se aprecia un delicado dibujo en las manos y rostros. La influencia de la fotografía también está aquí presente al cortar la pierna y el brazo izquierdo de su cuñado.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1602.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias
 

Bañista secándose


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1895 h.
Museo:Colección Particular
Características:52 x 52 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo De las numerosas figuras de bañistas que realizó Degas a lo largo de su dilatada carrera ninguna muestra su rostro para reforzar quizá la sensación de intimidad que se crea en el ambiente. En este caso la joven tapa su cara al alzar su brazo izquierdo para secarse la axila. De esta forma crea un pronunciado escorzo, muy del gusto del artista. El volumen de la figura domina un conjunto de delicada belleza.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2133.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias



Mujer poniéndose una bata


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1895-98
Museo:Fogg Art Museum
Características:70 x 57 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Dentro de la serie de bañistas pintadas por Degas, algunas de ellas - como ésta que aquí contemplamos - tienen una carga erótica mayor que sus compañeras, lo que ha sido interpretado por algún crítico como una muestra del empleo de prostitutas para realizar estas bellas imágenes. Sin embargo, más bien habría que decir que el pintor realizaría un delicado homenaje a la belleza femenina, tratándola en su más absoluta intimidad. El hecho de tratarse de pasteles refuerza esta opinión ya que esta técnica es mucho más elitista que el óleo, muy popularizado en estos momentos. La mujer aparece de espaldas, como buena parte de sus compañeras, en el momento de ponerse una bata de colores claros, aumentando la alegría del conjunto. Sólo el rojo de su cabello contrasta con esa viva tonalidad reinante. Los contornos de la figura están suavemente trazados, contrastando con la factura suelta que se adueña de la composición. Degas parece mostrar a su modelo desde el punto de vista de un "voyeur", reforzando de esta manera el intimismo de la escena. En el fondo se colocan los vestidos de la joven, cuya anatomía está perfectamente estudiada e iluminada por un fuerte foco de luz procedente de la derecha, creando sombras coloreadas muy del gusto de impresionistas como Monet, Renoir o Pissarro. En este tipo de escenas, Degas se sitúa muy en relación con las pintoras del grupo, Berthe Morisot, Eva Gonzàles o Mary Cassatt.
Director de la colección: Luis Sanguino Arias
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1674.htm

Joven secándose la nuca


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1895 h.
Museo:Museo de Orsay
Características:62´2 x 65 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Es una de las escenas de baño más delicadas de las pintadas por Degas, en la que aparece una joven sentada en el borde de su bañera mientras que se seca la nuca con una pequeña toalla blanca. Su ropa se coloca sobre el sillón de la derecha mientras al fondo se intuye la decoración de la pared. Las líneas verticales organizan una composición en la que la la luz penetra por la izquierda y muestra con toda su sensualidad el cuerpo desnudo de la joven.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2131.htm





http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1654.htm
Planchadora


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1890 h.
Museo:Walker Art Gallery, Liverpool
Características:80 x 63´5 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo En la década de los 90 Degas vuelve a retomar la temática de las planchadoras para protagonizar sus lienzos. De esta manera enlaza de nuevo con el Realismo de Courbet o Daumier al abandonar sus escenas intimistas y presentarnos la realidad del duro trabajo de estas mujeres. La planchadora aparece en primer plano, en una zona de sombra por lo que resulta totalmente no identificable. Se afana en quitar las arrugas a una gruesa tela, similar a un brocado, sobre un planchador. Al fondo se abre una puerta con dos hojas por la que penetra la escasa luz que ilumina la estancia, obteniéndose un especial contraste lumínico entre el fondo y el primer plano. El planchador forma un ángulo de 90 grados con la mesa, igual que ocurría en La absenta, siendo similar la organización de elementos rectangulares en el fondo en ambas imágenes. También aquí emplea una doble perspectiva: frontal para la figura y alzada para el planchador, anticipándose a Picasso. Los tonos oscuros dominan la composición, destacando la tonalidad del visillo blanco al ser iluminado por una luz de atardecer. Los marrones, azules y naranjas contrastan con este tono y con el blanco "sucio" de la pared. Comparada con Mujeres planchando, resulta sorprendente la tristeza que embarga a esta mujer, a la que hemos sorprendido en su duro trabajo.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1644.htm




En la sombrerería


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1882
Museo:Metropolitan Museum
Características:75´6 x 85´7 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Junto a las planchadoras, otra de las escenas favoritas de Degas en la década de los 80 serán las que tienen relación con las sombrererías, realizando así un retrato de las damas de la burguesía, en claro contraste con las trabajadoras. De esta manera ofrece diferentes imágenes del amplio espectro social femenino de fines del siglo XIX. Las burguesas, ataviadas con sus abrigos y con sus elegantes ropas, acuden a la sombrerería para abandonar su tediosa vida, de la cual pasaban una gran cantidad de tiempo en sus casas. Mary Cassatt, la pintora que trabajó un tiempo con Degas, es la modelo de esta escena. Se prueba con aire de seguridad un nuevo modelo de sombrero mientras se contempla en el espejo. Tras él observamos a la sombrerera, que sujeta dos modelos más para que la dama realice tranquilamente su elección. Al fondo se encuentra la pared del establecimiento, decorada en la zona baja con una blanca cenefa. El tono claro de esta pared contrasta con la oscuridad de los vestidos y del espejo, jugando así con unos contrastes muy queridos por Degas y también utilizados asiduamente por Manet. Las vivas tonalidades de los sombreros ayudan a reforzar dicho contraste. El gesto de Mary muestra la capacidad del pintor para realizar retratos - Edmond Duranty o Madame Camus, por citar dos ejemplos - en los que recoge a sus amigos o familiares. Aquí se aprecia el perfecto toque de dibujo del que hace gala siempre el pintor, aunque muchas veces se diluya debido a la pincelada suelta empleada.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1644.htm
 
Mercado de algodón


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1873
Museo:Museo de BB. AA. de Pau
Características:73 x 92 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La familia de la madre de Degas, Célestine Musson, residía en Nueva Orleans donde se dedicaba al comercio del algodón. El pintor quiso viajar a Estados Unidos para conocer a esta rama familiar y marchó hacia allí, acompañado de sus hermanos René y Achille, en 1872. Entre octubre de ese año y marzo del siguiente permanecieron en América; allí realizaría esta maravillosa escena en la que muestra una oficina de compraventa de algodón. Concretamente tomó como punto de referencia la de su tío materno, Michel Musson, el hombre que aparece en primer plano comprobando la calidad de la partida de algodón que acaba de llegar y que se coloca sobre la mesa. Tras él, sentado en una silla y leyendo un periódico local encontramos a René Degas mientras que Achille se apoya en el marco de una de las ventanas del fondo, cruzando las piernas en actitud de espera. El resto de los trabajadores se reparten por el espacio pictórico de una manera muy organizada, pensando mucho la composición y sin dejar nada al azar. Degas ha querido mostrar la frenética actividad de una oficina de algodón, como si abriésemos una de las puertas pero nadie pudiese vernos. Desde una de las esquinas de la sala, en una perfecta perspectiva al elevar el suelo a medida que avanzamos, nos introduce en la escena al situar a su tío, con las piernas truncadas en el plano del espectador, al igual que la papelera. Interesado por los contrastes cromáticos recurre al blanco, al negro y al siena, como también hacía Manet. En cuanto a la luz, penetra un fuerte haz por la izquierda, que ilumina el algodón y ensombrece la oficina a medida que nos adentramos en ella. Otra ventana al fondo deja ver un ligero reflejo lumínico muy atractivo. La obra está relacionada con las pinturas de género que se realizaban en la Inglaterra victoriana más que con la temática impresionista; quizá se deba al deseo de satisfacer a su familia americana o para venderlo a un fabricante de hilados. Expuesto en la muestra impresionista de 1875 llamó mucho la atención de los asistentes, en especial de Émile Zola. Posteriormente, fue vendido al Museo de Bellas Artes de Pau siendo así el primer cuadro de Degas que se exhibía en una colección pública, lo que causó mucha alegría al artista.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1617.htm
 

El barreño


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1886
Museo:Colección Particular
Características:70 x 70 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Una de las mayores preocupaciones de Degas sería el movimiento de la figura humana, por lo que realizó numerosos estudios en donde las modelos adoptaban posturas excesivamente escorzadas. Algunas de esas poses fueron fotografiadas por el pintor para evitar la tensión que estaba provocando a sus modelos. Una de esas posturas escorzadas es la de esta imagen, perteneciente a la serie de mujeres en el baño realizadas por Degas entre 1885 y 1886 y expuesta en la muestra impresionista de 1886. La acompañarían el Baño de la mañana y Mujer bañándose en un barreño, entre otras. La joven se agacha para coger la esponja en un escorzo que recuerda imágenes de Rubens. La posición de sus pies e incluso la manera de alargar el brazo recuerda a las bailarinas que tanto atraían a Degas. En la zona del fondo se aprecia una ventana con visillos blancos por la que penetra una fuerte luz solar, que ilumina toda la estancia y resbala por el bello cuerpo de la muchacha. Esta luz provoca una sombra coloreada, distribuida por toda la superficie, que pone en contacto al pintor con el grupo impresionista. Sin embargo, Degas era más partidario del dibujo que sus compañeros y en toda la serie ofrece un magnífico ejemplo de cómo compaginar el interés por el dibujo con los nuevos conceptos de luz y color. Gauguin sintió una especial atracción por las escenas de esta serie. El barreño es una de las más coloristas, con variadas tonalidades como el azul de las cortinas o el amarillo, rojo y verde para la alfombra, obtenida a base de pequeños toques de pincel. El color gris del barreño contrasta con las blancas toallas y sábanas, sin olvidar la carnación de la bella joven. El color rojo del cabello otorga una destacada nota cromática al conjunto; también es destacable la construcción geométrica, que organiza la composición con un círculo y un triángulo, incluidos dentro del espacio cuadrado del papel que sirve de soporte. Por último, resulta significativa la sensación de intimidad que ofrece la obra de Degas.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1652.htm
 
Mme. Théodore Gobillard


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1869
Museo:Metropolitan Museum
Características:48 x 30 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo La hermana de Berthe Morisot posará en varias ocasiones para Degas. Su nombre de pila era Yves Morisot, casada en 1866 con Théodore Gobillard, anciano oficial del Ejército que había perdido un brazo en la campaña de Méjico. Esta obra que aquí contemplamos es un estudio del retrato que también está en el Metropolitan Museum, resultando curiosamente más acabado el boceto que la obra definitiva. La mujer aparece de perfil - recordando los retratos del Quattrocento - con un gesto de tristeza quizá por su matrimonio. Su nariz respingona resalta gracias al perfecto dibujo con el que Degas ha trazado el rostro y los bucles del cabello, mientras que el fondo y el vestido están esbozados. Las tonalidades negras del traje contrastan con la claridad de la cabeza, destacando el volumen de la figura, inspirada en las obras de Ingres.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2021.htm


Director de la colección: Luis Sanguino Arias




Mendiga romana


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1857
Museo:Colección Particular
Características:100 x 74'9 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La atracción hacia la pintura italiana llevó a Degas a Roma, estancia que duraría dos años. En este tiempo realizó algunas obras en las que las protagonistas serían figuras reales que posaban en la Academia Francesa, ganándose así un pequeño sueldo. La atracción hacia la pintura de género vendría motivada por el descubrimiento de las obras de este tipo que habían hecho Velázquez, Ribera, Zurbarán y Murillo por parte de los realistas franceses, alcanzando estas obras del Barroco Español una elevada cotización. También existiría un deseo del joven pintor por mostrar una de las mujeres que vivían de la mendicidad en la Ciudad Eterna, mezclando de esta manera tradición y realismo. La figura se presenta apoyada en el quicio de una puerta, recortando su silueta sobre un fondo neutro. En primer plano contemplamos un tazón roto, una moneda y un mendrugo de pan, elementos que inspiran lástima al espectador, igual que el triste rostro de la mujer. El colorido empleado - marrones, ocres y sienas - es un claro homenaje a los maestros españoles, interesándose el joven pintor por mostrarnos los detalles del traje y de la pañoleta de la mujer. Sin duda, será el rostro la parte más interesante de la composición, indicándonos la buena disposición de Degas hacia los retratos en estos primeros años de su producción. Siendo la pincelada relativamente suelta en algunas zonas - el mendrugo de pan o la pared - resulta significativo el excelente dibujo del que hace gala el artista, obteniendo así un perfecto volumen en la figura
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1595.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias



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Madame Gobillard


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1869
Museo:Metropolitan Museum
Características:54´3 x 65´1 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Las hermanas Morisot eran hijas de un rico magistrado parisino y se habían propuesto pintar con mayor seriedad que el resto de las jóvenes de su clase social, que lo tomaban como un pasatiempo. Acudían con frecuencia a copiar al Louvre y se pusieron en contacto con el maestro Guichard - alumno de Delacroix e Ingres - que las remitió a Corot. De estas hermanas destacará Berthe, una de las más activas participantes del grupo impresionista y modelo favorita de Manet. Aquí vemos retratada a la hermana mayor, Yves Morisot, casada con M. Gobillard; Degas sentía una especial atracción por la belleza de esta mujer, realizando numerosos estudios de su rostro así como este óleo sin acabar. El pintor trabajó con exquisito cuidado en este retrato, empleando una diagonal para organizar la composición. La dama muestra su rostro de perfil - como su tía Laura y su prima Giulia en la Familia Bellelli - recortado sobre la pared y la ventana abierta que contemplamos al fondo. El fondo realizado a base de rectángulos también se relaciona con el retrato familiar antes citado, encontrándose una interesante afinidad con los retratos de los pintores del Barroco Holandés, especialmente los de Vermeer. La sintonía de tonalidades sienas dan una sensacional belleza al conjunto, destacando el contraste con los tonos verdes que contemplamos tras la ventana. Respecto a la manera de ejecutar la escena, resulta destacable el perfecto dibujo que muestra el artista, con unas líneas ágiles y precisas. La sensación de inacabado no sirvió para que resultara muy halagado por sus compañeros cuando fue expuesto en la muestra de los impresionistas del año 1876.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1608.htm
Director de la colección: Luis Sanguino Arias





Entrada de las bailarinas


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1884
Museo:Colección Particular
Características:49 x 64´7 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Buena parte de las escenas de danza que realizó Degas nos muestran los ensayos - Ensayo del ballet en el escenario, por ejemplo - o las bambalinas. Esta imagen que contemplamos pertenece a ese segundo grupo de obras en las que el pintor se adentra en las entrañas de la representación. De esta manera podemos contemplar a dos bailarinas que han acabado de actuar, saliendo rápidamente del escenario mientras otras tantas - ataviadas con capas y con caretas para parecer pájaros - entran en escena, considerándose que estaríamos ante una representación de un episodio del primer acto de la ópera Don Giovanni de Mozart. Al fondo, entre la tramoya, se observa la silueta de uno de esos espectadores que estaban abonados a la Opera y que vigilaban de cerca a las bailarinas para cortejarlas y convertirlas en sus amantes. Las figuras se adueñan del espacio, provocando casi una sensación de agobio al no dejar ningún hueco libre. Igual que en una buena parte de sus cuadros iniciales - Mujer con crisantemos o Mlle. Fiocre - en esta obra la preocupación de Degas es el color, empleando una amplia cantidad de tonalidades, desde el rosa hasta el amarillo. La coloración marrón-grisacea del papel sobre el que trabaja le sirve para las zonas oscuras como se aprecia en los brazos de las dos jóvenes. Pero la gran novedad estaría en las tonalidades de las sombras ya que recurre a unos colores hasta ahora inéditos. Es el caso de las sombras del cuello de la bailarina vestida de verde - para las que utiliza el verde y el azul - o en el brazo de esta misma muchacha, también en tonos verdes. La sensación de realismo en la escena es espectacular, dando la impresión de que el espectador está presente en la tramoya del escenario.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1646.htm
 Director de la colección: Luis Sanguino Arias

Autorretrato con sombrero


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1857
Museo:Colección Particular
Características:26 x 19 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Los autorretratos que poseemos de Degas pertenecen a su juventud y siempre destacan por su aspecto triste, como bien observamos aquí. La figura se sitúa en primer plano, muy cercano al espectador, tocado con un sombrero que crea una zona de sombra en el rostro. Los ojos miran hacia el exterior con pena, dando la impresión de requerir nuestra ayuda. Resulta destacable el contraste entre la pincelada rápida y suelta de las ropas frente al minucioso dibujo del rostro, dibujo inspirado en Ingres como las obras realizadas en Roma -
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/2002.htm
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Hélène Rouart en el estudio de su padre


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1886
Museo:National Gallery de Londres
Características:161 x 120 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo La relación de Degas con la familia Rouart se remonta a la época escolar. Incluso Henri Rouart había participado con el pintor en la Guerra Franco-Prusiana y su amistad era muy estrecha, visitando la casa de Rouart todos los viernes para cenar. Hélène, la hija mayor, es la protagonista de esta escena donde se nos muestra la atracción de su padre por el coleccionismo, tanto de cuadros como de objetos antiguos y exóticos. Así la joven aparece apoyándose en un gran sillón vacío - en referencia al padre ausente en ese momento - rodeada de objetos artísticos. Junto a ella vemos un paisaje de Corot enmarcado; debajo se aprecia un dibujo de Millet; en la parte superior se sitúa un tapiz chino; y en la vitrina contemplamos una estatua egipcia. La figura de Hélène parece encajonada entre estos objetos, como si estuviera sobrecogida por la afición paterna. La tonalidad azul del vestido parece sacada de una obra de Corot que poseían los Rouart, mientras que para el sillón vacío se inspira en un retrato de Van Dyck que contempló Degas en Nápoles. Esto nos demuestra el apego a la tradición pictórica de Degas que siempre gustó de buscar influencias entre los grandes maestros. Al colocar a la dama entre rectángulos plantea problemas de perspectiva que tanto atraían la artista, jugando con los diferentes planos para resolver una excelente imagen. Respecto a los colores, Degas nos llama la atención con el azul del vestido, armonizándolo con otras tonalidades como el amarillo, el rojo o el marrón, recurriendo a contrastes o complementando ese tono azul predominante. Su factura es cada vez más rápida, empleando una pincelada suelta, a base de manchas que hacen si cabe más interesante la composición.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1649.htm
 director de la coleccion Luis Sanguino Arias

 

James Tissot


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1867-68
Museo:Metropolitan Museum
Características:151 x 112 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Degas será un gran retratista del mundo artístico con el que compartía ideas y espacios comunes. Entre sus amigos destaca el pintor James Tissot, al que contemplamos en su estudio rodeado de cuadros. Su actitud, con el bastón en la mano derecha y el abrigo y el sombrero sobre la mesa, indican una inminente salida del estudio para visitar los cafés y las "brasseries" donde se reunían los artistas. Las aficiones pictóricas de Tissot eran muy similares a las de Degas; los dos sentían especial atracción por los grabados japoneses, la pintura italiana del Quattrocento, el color de Whistler y los estudios académicos. También les llamaba la atención el Renacimiento alemán, especialmente Cranach, y el Barroco Centroeuropeo. Quizá por esto contemplemos junto al pintor una copia del retrato de Federico III de Cranach, que se conserva en el Louvre. Las demás pinturas que adornan la habitación también indican esas referencias, concretamente a Brueghel y a la pintura japonesa - el cuadro de la derecha y el que se sitúa sobre Tissot, respectivamente -. Algunos especialistas consideran que Degas aludiría con estos cuadros a la superficialidad de su amigo, considerándole un mero copista. De hecho, todos los críticos alaban la facilidad de Tissot para adaptarse a los diferentes estilos, obteniendo un indiscutible éxito en su momento que le permitió vender una importante cantidad de obras, llegando a triunfar en el Salón de París. La atención del artista se centra en el rostro del modelo, iluminado por un potente foco de luz. Ese maravilloso rostro contrasta con la oscuridad de los tonos de su traje, destacando la intensidad de su mirada. La pincelada empleada es muy suelta, especialmente en el pantalón, aunque ofrece muestras indiscutibles de preciosismo dibujista en el cuadro de Cranach o en las líneas maestras de la figura. Los tonos empleados son especialmente oscuros, animándolos con algunos toques de azul, blanco o rojo, obteniendo una obra de elevada calidad.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1605.htm
 
Familia Bellelli


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1858-60
Museo:Museo de Orsay
Características:200 x 250 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Cuando Degas se trasladó a Italia tenía como principal objetivo continuar su formación artística, contemplando y copiando las obras de los maestros del Renacimiento y del Barroco. Pero también había cierto aire sentimental en esa visita ya que su familia paterna era de origen italiano. En Florencia vivía su tía Laura con su familia, mientras que el abuelo habitaba en Nápoles. Precisamente cuando Degas llegó a Florencia, Laura había tenido que marchar a Nápoles para cuidar de su padre, que fallecería poco tiempo después. El pintor decidió emplear a los miembros de la familia de su tía para realizar su primera obra maestra. Las mujeres aparecen en la zona izquierda del lienzo, vestidas de riguroso luto por la muerte del abuelo. Precisamente, en la pared se contempla un dibujo a tiza roja en la que se vislumbra el rostro del finado, tradición ésta iniciada en el Renacimiento que Degas continúa, uniendo así modernidad y tradición. Los rostros de las féminas están perfectamente captados y muestran la capacidad como retratista del joven pintor. La tía Laura recorta su perfil sobre la pared; la prima Giulia, en una actitud similar a la de su madre; y la prima Giovanna, que mira hacia el espectador. Un suave foco de luz ilumina estas figuras, mostrando la cercanía del artista hacia los miembros de su familia. No sólo la luz une a las mujeres sino que apreciamos un contacto físico entre ellas: la mano de la madre posándose en el hombro de Giovanna y la fusión entre las faldas de Laura y Giulia. Insertadas en un triángulo, Degas muestra un marcado contraste entre los tonos blancos y negros de sus vestidos. En la zona de la derecha, semioculto por la oscuridad, aparece el padre de familia, Gennaro Bellelli, exiliado de Nápoles a Florencia por apoyar la causa de la unificación italiana. Su boda con Laura De Gas es fruto de uno de los numerosos matrimonios de conveniencia que se daban en la época, existiendo una total falta de cariño entre los cónyuges. La figura de Gennaro está de espaldas, sin establecer ningún contacto visual con las mujeres de su familia. Se sitúa ante la chimenea, sobre la que contemplamos un espejo, un reloj y un delicado candelabro; el espejo es empleado para dar mayor profundidad a la escena. Junto a él, contemplamos la cinta para llamar al servicio, el retrato del abuelo y la jamba de la puerta, en una organización vertical del espacio. Curiosamente, junto a la jamba se aprecia un débil rayo de luz que crea un interesante efecto de perspectiva. Algunos especialistas comparan esta escena con Las Meninas de Velázquez, entre otras cosas por el espejo. Pero será Ingres quien influya más en Degas a la hora de realizar esta escena. Durante la década de 1810 Ingres había realizado un buen número de retratos familiares relativamente similares a éste. Incluso el recurso de presentar diferentes acabados - refinado en las partes importantes y con mayor libertad en paredes y alfombra - es típico en este artista. Quizá se podría hablar también de cierta influencia de los retratos de grupo del Barroco holandés, entre los que destacan los de Rembrandt, cuya obra admiraba Degas. El artista no quiso improvisar con esta obra, realizando numerosos estudios preparatorios, algunos de ellos de los rostros de sus primas. La altísima calidad del dibujo de Degas se aprecia tanto en los bocetos como en la obra definitiva. Como no tuvo suficiente tiempo para acabarlo en Italia se lo llevó a París, enviándolo después a la familia Bellelli, en cuyo poder estuvo hasta 1900. Este año fue trasladado al estudio del pintor, donde permaneció hasta su muerte.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1597.htm


Emma Dobigny


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1869
Museo:Colección Particular
Características:30´5 x 16´5 cm.
Material:Oleo sobre tabla
Estilo:Impresionismo Emma Dobigny era una modelo que vivía pobremente en Montmartre, ganándose la vida posando para los jóvenes pintores. Quizá sea la modelo empleada por Degas en Malhumorados, destacando en este espléndido retrato por su belleza intimista. La figura aparece en primer plano, casi de perfil - como era habitual en el Quattrocento - con la mirada ausente y perdida. El rostro está perfectamente dibujado, consiguiendo la tersura de la piel, mientras que el vestido o el cabello dan muestra de una mayor soltura. El color azul ilumina el sonrosado rostro en el que destaca la tonalidad rojiza de los labios.



http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1626.htm
La absenta, En el café

Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1876
Museo:Museo de Orsay
Características:92 x 68 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo El Café de la Nouvelle-Athénes era el nuevo centro de reunión de Manet y los realistas tras abandonar el Café Guerbois. Éste es el lugar en el que se desarrolla una de las obras más conocidas de Degas, posando para la ocasión la actriz y modelo Ellen André y el grabador Marcel Desboutin. Ambos se sitúan tras una típica mesa de café y delante de los espejos que adornaban las paredes del local. Encima de las mesas encontramos una bandeja con la botella de absenta, la copa de licor y un vaso que contenía una bebida no alcohólica, según el testimonio de la protagonista. La mujer aparenta ser una prostituta de las muchas que había en aquellos momentos en París, llegadas del campo ante la promesa de trabajo y la esperanza de una vida mejor. Su afición por el alcohol sugiere la incorporación de la mujer a los vicios que hasta ahora eran exclusivos de los hombres. El gesto de desprecio y ausencia de la dama es una de las notas características de la pintura. Junto a ella contemplamos al hombre, indiferente ante la mujer que le acompaña, resultando difícil saber cuál es la relación existente entre ambos. Quizá sea una alusión a la desesperanza de esa nueva sociedad industrial que se está creando, totalmente individualista y despreocupada de los problemas de los demás. Lo que aparentemente parece una obra realizada de manera rápida y casi sin pensar resulta una escena sumamente estructurada. Las líneas verticales y diagonales organizan la composición, preocupándose por la profundidad al reflejar a las dos figuras en el espejo y situar las mesas en sucesivos planos. Los colores también han sido profundamente estudiados, con el ya tradicional contraste entre los tonos oscuros del traje de Marcel y los colores claros de la blusa y el sombrero de Ellen. De esta manera acentúa el contraste de ambas personalidades. La luz tiene un papel importante en esta imagen: resbala por los modelos y crea tibias sombras, distribuidas de manera acertada. Los reflejos de luz en el mármol y en los cristales se consiguen gracias a un ligero toque de color blanco. Precisamente la pincelada es bastante suelta, apreciándose los rápidos toques del pincel, sin olvidar la existencia de una destacable base de dibujo. La influencia de la estampa japonesa se aprecia en esta escena por la doble perspectiva utilizada; así, se ofrece una visión desde arriba para las mesas y frontal para las figuras. Haber cortado la rodilla y la pipa de Marcel muestra la influencia de la fotografía, siendo éste un rasgo de modernidad.
 

Fin de arabesco


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1880 h.
Museo:Museo de Orsay
Características:67´4 x 38 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Las frecuentes visitas de Degas al Teatro de la Opera para deleitarse con el espectáculo de la danza motivarán la realización de un numeroso grupo de imágenes protagonizadas por bailarinas o por la orquesta. De esta manera, el pintor nos ofrece una visión de la sociedad burguesa decimonónica, visión cargada de modernidad, entroncando directamente con las teorías impresionistas. Bien es cierto que Degas realizó todas estas escenas de memoria, tomando algunos bocetos in situ y recomponiendo dicha escena en su estudio, gracias a su fecunda imaginación. Sin embargo, el aspecto general de este grupo de obras es que el observador se encuentra contemplando la función, como un espectador más. El deseo de captar el movimiento de las jóvenes bailarinas ha motivado el marcado escorzo de esta figura, realizando un ejercicio para agradecer al público sus aplausos y sus obsequios florales. Degas se ha situado en uno de los palcos y desde allí nos ofrece el momento. La perspectiva alzada que caracteriza la escena es muy frecuente en el pintor, quien llegó a pensar en construir unas gradas en su estudio para poder obtener mejor estos efectos. Al fondo podemos contemplar un nutrido grupo de bailarinas en diferentes posturas, sirviendo como punto de fuga de la composición. Las tonalidades blancas se adueñan de la imagen, reforzadas por amarillos y azules. Estos tonos claros contrastan con la oscuridad del escenario y de la tramoya. La luz de las candilejas ilumina profundamente a la estrella, aumentando este efecto de contrastes. También es destacable la delicadeza del dibujo en el artista, el mejor del grupo impresionista a la hora de mostrar el espectáculo de la danza.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1675.htm



Bailarinas en el escenario


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1894
Museo:Colección Particular
Características:66 x 47 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Las dos bailarinas esperan a entrar en escena por lo que vemos los decorados con sus vivos colores al fondo. La vaporosidad de sus vestidos contrasta con la seguridad del dibujo de ambas figuras, destacando su volumen. Igual que esta escena es la titulada Bailarinas con tutús verdes.

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Mujeres planchando


Autor: Edgar Hilaire Degas
Fecha:1884 h.
Características: Quizá sea esta escena la más dura de las pintadas por Degas. Siguiendo la estética realista de Courbet o Daumier nos presenta a las planchadoras en su duro trabajo, ajenas a los buenos modales o la belleza refinada de otras imágenes, el Peinado por ejemplo. Una de ellas bosteza y se rasca el cuello mientras agarra una botella de vino con la que ahogar las penas de su triste vida. Su compañera se esfuerza por eliminar las arrugas de una camisa, sin tener tiempo para quitarse el mechón de rojizo cabello que se le ha caído hacia adelante. En el fondo se nos presenta la soledad y tristeza de los lugares donde trabajaban estas pobres mujeres. Este efecto lo ha conseguido Degas al dejar al descubierto algunas partes del lienzo. Podría existir cierta relación entre la soledad de estas personas y el alcoholismo, destructor de las vidas de estas mujeres como ya había hecho el pintor en La absenta, siguiendo la estela de la literatura realista de la época con Émile Zola a la cabeza. Técnicamente, resulta sorprendente la rapidez de la factura, a través casi de manchas, aunque existe una excelente base de dibujo como podemos apreciar en los brazos o en los rostros. Esta rapidez puede estar causada por el deseo del artista de obtener un efecto vaporoso motivado por el calor del trabajo y el vapor de las rudimentarias planchas. La estancia está iluminada por un foco de luz procedente de la derecha que impacta en la mujer con camisa rosa, mientras que la que bosteza está en una zona de menor claridad. Los tonos azules se adueñan de la composición, acompañados de blancos, verdes, marrones o rosas. El tedio de la planchadora está perfectamente captado, demostrando la capacidad como retratista de Degas.
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/obras/1647.htm



Cantante con guante


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1878 h.
Museo:Harvard University Art Museum.
Características:53 x 41 cm.
Material:Pastel
Estilo:Impresionismo Como si de un fotógrafo se tratara, Degas muestra un primerísimo plano de la cantante en plena actuación. El gesto es significativo del momento cumbre de la canción: la boca bien abierta y la mano en actitud de declamar. Desconocemos el nombre de la atractiva cantante del café concierto, una de las numerosas mujeres que se ganaban la vida en la noche parisina. Gran aficionado al mundo nocturno, Degas trabaja en numerosas ocasiones estos temas, desde una velada en la ópera - Escena de "Robert le Diable" - hasta un prostíbulo - El santo de la madama - pasando por el circo - Miss La La en el Circo Fernando -. La figura es iluminada desde abajo, igual que la perspectiva que nos presenta el pintor, por eso contemplamos con mayor claridad la zona del pecho y parte del rostro. El fondo es más colorista que el primer plano, al aparecer varias franjas verticales de colores - naranja, amarillo, rojo y verde - que resaltan las tonalidades rosáceas del vestido y la piel de la cantante, así como los negros del guante y los adornos del cuello del vestido. El realismo de la figura parece anticipar el arte cinematográfico
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1641.htm


La clase de danza


Autor:Edgar Hilaire Degas
Fecha:1873-75
Museo:Museo de Orsay
Características:85 x 75 cm.
Material:Oleo sobre lienzo
Estilo:Impresionismo Quizá sea ésta la escena de ballet más popular de Degas. En ella recoge uno de los salones del Teatro de la Ópera de París, donde dirige la clase el gran Jules Perrot, quien a sus 64 años era uno de los maestros más prestigiosos. A su alrededor gira la escena que contemplamos, formando las bailarinas un círculo imperfecto para escuchar los consejos y observaciones del ya legendario bailarín. En primer plano se sitúa una joven de espaldas y otra subida en el piano, rascándose la espalda. Las demás muchachas se recortan sobre la pared verde y el gran espejo enclavado en el vano de una puerta. Al fondo se sitúan las butacas reservadas para las madres que vigilaban la actuación individual de sus hijas, aunque aquí no se recoja ningún ensayo concreto. El gran protagonista del lienzo no es el anciano profesor sino el magnífico efecto de profundidad, obtenido a través de las líneas diagonales del suelo, la disposición de las bailarinas en el espacio y la esquina del fondo de la sala, que juega con la influencia de la fotografía al cortar los planos pictóricos - vemos una parte del zócalo del techo mientras que en la zona de la izquierda no lo podemos contemplar -. La sensación de movimiento es otra de las atracciones del maestro, que coloca a sus personajes siempre en diferentes posturas. Por supuesto, no debemos olvidar el interés por la luz, en este caso un potente foco de luz procedente de las ventanas de la derecha - una de las cuales se refleja en el espejo, dejando ver el cielo de París - que inunda la sala, resbala por los vestidos de las bailarinas y resalta los verdes, rojos y amarillos de cintas y lazos. Precisamente es la luz la que crea una sensación atmosférica especial, que llega a recordar a la de Velázquez, diluyendo los contornos de las figuras y otorgando aire al espacio. La mayoría de las escenas de danza de Degas muestra el esfuerzo y el intenso trabajo de las muchachas por poner una obra en escena. Se convierte de esta manera en el pintor de lo que hay al otro lado del telón, del maravilloso mundo del aprendizaje, más que del esplendor del espectáculo.
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/1625.htm









 MARIE CASAT

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biografia
Degas, Edgar Hilaire*****Degas, Edgar Hilaire


Nacionalidad: Francia
París 1834 - París 1917
Pintor
Estilo: Impresionismo
Escuela:
Pocos artistas muestran las contradicciones de su tiempo de la misma manera que Degas; participó en las exposiciones impresionistas y criticó los principios básicos de este movimiento; se inspiró en los maestros del pasado y sus escenas rebosan modernidad; defendía la línea sobre el color y se destapará como uno de los mejores coloristas del momento en algunas obras. Odiaba los honores oficiales y quería triunfar en el Salón. Estas curiosas paradojas las encontramos en la trayectoria artística de uno de los grandes genios del siglo XIX. Hilaire Germaine Edgar Degas nace en París el 19 de julio de 1834. Su familia paterna era de origen franco-italiano y se dedicaba a la Banca, mientras que la de su madre estaba vinculada con el negocio del algodón en Nueva Orleans. Edgar será el primogénito de una familia que se verá aumentada con tres nuevos retoños, dos niñas y un niño. La relación con su madre debió ser muy estrecha, afectándole enormemente su pérdida en 1847, cuando el joven tenía trece años. Dos años antes había sido matriculado en el Lycée Louis-le-Grand, en régimen de internado hasta su graduación, siete años después. Su padre, Auguste, deseaba que Edgar cursara estudios de Derecho, a pesar de haber demostrado su talento como dibujante en sus años en el Lycée. Durante un corto periodo de tiempo accedió a los deseos paternos, matriculándose en Derecho, pero pronto se cansó, abandonó el hogar familiar y se instaló en un estudio. Vistos los deseos del joven, su padre decidió financiar el aprendizaje artístico de Edgar, reconociendo su error inicial. Bien es cierto que Auguste Degas era un espíritu refinado, gran amante de la buena música y de las pinturas del Quattrocento, lo que hizo más comprensible la atracción por la pintura de su hijo. En 1853 se matricula en el taller de Louis Lamothe, pintor de temas históricos y discípulo de Ingres. Durante dos años copió bajo la atenta mirada de su maestro un buen número de obras en el Louvre, preparándose para el concurso de la Escuela de Bellas Artes, donde obtener la pensión que le llevaría a Italia, como soñaban todos los jóvenes pintores en aquellos momentos. Gracias a Degas, Edgar Valpinçon - propietario del Baño turco de Ingres - accedió a presentarlo a la Exposición Universal celebrada en París en 1855. Ese mismo año Edgar ingresaba en la Escuela de Bellas Artes, abandonándola meses después para realizar un viaje por su cuenta a Italia. Allí permanecerá por un periodo de tres años, dedicándose a copiar las pinturas de los grandes maestros del Renacimiento y las esculturas clásicas que poco a poco afloraban a la superficie gracias a las excavaciones arqueológicas. Los frescos de Rafael y Miguel Ángel en la Capilla Sixtina serán las principales atracciones para el joven pintor. En Roma se rodeará de los artistas franceses que estudiaban becados por el Estado. Su relación será muy intensa con Gustave Moreau, pintor que también tenía sus propios recursos para vivir en la Ciudad Eterna. Junto a Moreau sentirá enorme atracción por Giotto, Mantegna o Botticelli, así como por los maestros venecianos - Tiziano, Veronés y Tintoretto - . El predominio del color en la Escuela veneciana le llevará a interesarse por Delacroix, el maestro del Romanticismo francés. También en Italia se inclinará por el arte del grabado, encontrando un inestimable punto de referencia en Rembrandt y los pintores holandeses del Barroco. En Florencia inició una de sus primeras obras importantes, la Familia Bellelli, para la que tomó como modelos a su tía Laura y a sus primas. En los meses finales de 1859 Degas regresa a París. Su padre considera que se debe ganar la vida realizando retratos, temática en la que ha demostrado sobradas dotes. Sin embargo, Degas desea obtener el mayor triunfo posible en el panorama artístico parisino y eso pasaba por el Salón de París, iniciando una serie de obras con temática histórica que tenían gran éxito en dicho certamen. En ellas se aprecia una marcada influencia de Delacroix e Ingres junto a Mantegna y Piero della Francesca, intentando innovar ese gastado género. Buena muestra de estas obras es la titulada Jóvenes espartanos. En 1862 realiza su primera escena en la que se refleja la vida moderna. Se trata de Antes de la salida, en la que inicia su temática de hipódromos y carreras de caballos. Ese año se relacionó por primera vez con Manet, a quien encontró en el Louvre. Degas estaba copiando un cuadro de Velázquez para realizar un aguafuerte. Manet pondrá al joven artista en contacto con el Realismo, aunque Edgar se resistiera en un principio a asumir la filosofía del movimiento. También será Manet quien le presente a James M. Whistler, artista interesado especialmente por el color como estimulante del espectador. Quizá este contacto permitiera a Degas conocer en profundidad los grabados japoneses, tan de moda por aquellas fechas entre los artistas modernos. Otra de las interesantes influencias para estos pintores será la fotografía, que se empezaba a desarrollar con éxito en aquellos años. Degas incorporará estas dos novedades en sus obras al interesarse desde el primer momento por cuestiones de perspectiva. Los retratos serán la temática favorita del pintor durante la década de los sesenta - Edmondo y Thérèse Morbilli o James Tissot son buenos ejemplos -. En 1868 se integra en la tertulia del Café Guerbois, liderada por Manet, iniciándose una estrecha amistad entre los dos pintores. Allí también se relacionaría con Claude Monet, Alfred Sisley y Paul Cézanne, aunque no sintiera ninguna atracción por su pintura al aire libre. Su rendición incondicional al Realismo se produjo tras leer una novela de los hermanos Goncourt titulada Manette Salomon. Bien es cierto que los temas elegidos por él serán muy selectivos, prefiriendo las escenas de ballet, los cafés, las bañistas o las planchadoras. Igual que los demás pintores de su generación, Degas sufrió las consecuencias de la Guerra Franco-Prusiana de 1870. Formó parte de la Guardia Nacional y participó en la defensa de París ante las tropas prusianas. Después se retiró al campo, alejándose de los sucesos de la Comuna, condenando la brutal represión del movimiento aunque no simpatizara con él. Es en estos momentos cuando se inicia el deterioro de su visión. Al año siguiente marchó a Londres y vendió varios cuadros al marchante Durand-Ruel. Al regresar a París pintará la Clase de danza, mostrándose en plena madurez. Entre 1872 y 1873 Degas viajará a Nueva Orleans, junto a su hermano René, para conocer a los miembros de su familia materna. En tierras norteamericanas realizó algunos retratos y una obra magnífica, Mercado de algodón. La idea de crear una exposición independiente al Salón oficial empieza a cuajar entre los artistas en 1873. El propio Degas ya había planteado a sus amigos la organización de un Salón del Realismo. La primera exposición del grupo, llamado despectivamente Impresionista por el crítico Louis Leroy, se celebró en 1874. Participaron Monet, Renoir, Morisot, Cézanne y Sisley, entre otros. Degas también puso su granito de arena, igual que en las restantes siete exposiciones del grupo impresionista. Sólo dejó de participar en una de ellas. El fallecimiento de su padre en 1874 reveló la mala situación económica por la que atravesaba la familia, existiendo un buen número de deudas. Esto provocó que Degas tuviera que vender sus cuadros para poder vivir, algo que hasta entonces no había hecho. Esta crisis financiera se prolongaría hasta 1880. Sus máximas obsesiones en la década de los setenta serían las escenas de ballet y los grabados. Pocos artistas han dado una visión tan completa de las entrañas de la danza como hará Degas. Pasaba largas jornadas contemplando los extenuantes ensayos de las jóvenes - Ensayo del ballet en el escenario - sintiéndose especialmente atraído por ese mundo. Quizá también exista un motivo económico al ser vendidos estos temas más fácilmente por su marchante. Respecto a los grabados, su obsesión fue tal que un amigo dijo que era "una plancha de cobre ennegrecida con tinta de imprimir". Los temas elegidos para los grabados son similares a los de sus óleos y pasteles. Esperando a los clientes muestra su atracción por la temática de la prostitución, anticipándose a su gran continuador, Henri de Toulouse-Lautrec. La fama de Degas empezó a crecer en la década de los setenta, vendiendo un buen número de cuadros con cierta facilidad. Sin embargo, las tensiones entre los miembros del grupo impresionista y Degas eran cada vez mayores. Gracias a Camille Pissarro las críticas fueron suavizadas y la unión de los integrantes del movimiento parecía asegurada. Pero Degas se fue convirtiendo en un personaje solitario, dejando de exponer con otros artistas e incluso no exhibiendo sus obras al público. A partir de ese momento surge el aspecto legendario en su vida, mostrándole como un hombre amargado, de mal carácter, misógino y arrogante. La depresión le pudo acompañar en algunos momentos, mientras que las enfermedades serán continuas durante mucho tiempo, siendo considerado por algunos contemporáneos como un hipocondríaco, especialmente por su problema visual. Una de las técnicas favoritas del artista será el pastel, perfeccionándolo durante años mediante la superposición de diferentes capas. El colorido sería cada vez más sugerente, resultando obras de especial delicadeza como el Barreño o En la sombrerería. Algunos de los colores conseguidos por Degas inspirarían a Paul Gauguin y Henri Matisse. Otra faceta destacada de su arte es la escultura, realizando numerosas estatuas de caballos, bailarinas o bañistas desnudas, llegando a ser considerado por Renoir como el mejor escultor moderno, por delante incluso de Rodin. El carácter del artista se hace cada vez más agrio con el paso del tiempo, mostrando de manera abierta sus prejuicios sociales, criticando la democracia y la educación de las clases trabajadoras. Los cambios vividos al iniciarse el siglo XX le convierten en un hombre ultraconservador y tradicionalista. Desde 1900 el artista redujo mucho su producción, renunciando a trabajar a partir de 1912. Emplearía modelos reales, aunque también se valía del amplio repertorio de posturas que había realizado anteriormente, llegando a calcarlas e invertirlas para crear nuevas imágenes. En estos últimos años destaca su faceta de coleccionista, adquiere una importante cantidad de cuadros a los marchantes Vollard y Durand-Ruel, llegando a cambiarlos por sus propias obras. En su colección estaban representados los más diversos maestros: desde Ingres hasta Cézanne, pasando por Delacroix, Gauguin e incluso Van Gogh. De su alumna Mary Cassatt poseía un amplio repertorio, igual que de Berthe Morisot. En 1912 Degas ve cómo su casa es demolida y su ama de llaves le abandona. Este anciano obstinado gusta de pasear y recordar los viejos tiempos. Mary Cassatt le buscó una persona que le cuidara, eligiéndose a su sobrina Jeanne Fèvre. Sus últimos meses los pasó postrado en la cama, falleciendo el 27 de septiembre de 1917 en París.


http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/1723.htm.