En este retrato (h. 1510) tradicionalmente se reconoce a Ariosto. El modelo, que parece girarse para mirar fijamente al observador con gesto desdeñoso y seguro de sí mismo,
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Tiziano Vecellio o Vecelli, conocido tradicionalmente en español como Tiziano o Ticiano (Pieve di Cadore, Belluno, 1477 - Venecia, 27 de agosto de 1576), fue un pintor italiano del Renacimiento, uno de los mayores exponentes de la Escuela veneciana.
Reconocido por sus contemporáneos como "el sol entre las estrellas",Tiziano es uno de los más versátiles pintores italianos, igualmente capacitado para ejecutar retratos, paisajes (dos de los temas que le lanzaron a la fama), escenas mitológicas o cuadros de temática religiosa. Si hubiese fallecido a los cuarenta años, seguiría considerándosele el artista más influyente de su época. Sin embargo, tuvo una larga y dilatada carrera, y su obra atravesó muchas y diferentes etapas, en las que su estilo cambió tan drásticamente que algunos críticos tienen problemas para creer que los cuadros de su primera etapa y los de las posteriores hayan salido de la misma mano.
En cualquier caso, el conjunto de su obra se caracteriza por el uso del color, vívido y luminoso, con una pincelada suelta y una delicadeza en las modulaciones cromáticas sin precedentes en la Historia del Arte occidental.
Reconocido por sus contemporáneos como "el sol entre las estrellas",Tiziano es uno de los más versátiles pintores italianos, igualmente capacitado para ejecutar retratos, paisajes (dos de los temas que le lanzaron a la fama), escenas mitológicas o cuadros de temática religiosa. Si hubiese fallecido a los cuarenta años, seguiría considerándosele el artista más influyente de su época. Sin embargo, tuvo una larga y dilatada carrera, y su obra atravesó muchas y diferentes etapas, en las que su estilo cambió tan drásticamente que algunos críticos tienen problemas para creer que los cuadros de su primera etapa y los de las posteriores hayan salido de la misma mano.
En cualquier caso, el conjunto de su obra se caracteriza por el uso del color, vívido y luminoso, con una pincelada suelta y una delicadeza en las modulaciones cromáticas sin precedentes en la Historia del Arte occidental.
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Tiziano fue el pintor más importante del siglo XVI en Venecia, Italia, así como el primero en tener una clientela internacional. Fue pintor de corte del sacro emperador romano Carlos V, con el que supuestamente entabló una gran amistad. Tiziano dominó un amplio abanico de temas: desde los devocionales a los mitológicos, pasando por los retratos y las alegorías. Fue uno de los máximos exponentes de la técnica del colorito veneciano y es considerado uno de los genios máximos de la pintura universal.
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Tiziano Vecellio nació en Pieve di Cadore, el Véneto, Italia. Su fecha de nacimiento ha sido objeto de numerosas discusiones; hay quien sostiene que vivió 99 años, lo que supondría que había nacido en 1477, lo cual parece improbable, por lo que la crítica moderna acepta preferentemente la fecha 1487 ó 1490. Fue el segundo de los cinco hijos del notario Gregorio Vecellio. Todavía niño, fue llevado a Venecia y trabajó en el taller de Giovanni Bellini y más tarde se asoció con Giorgione, romántico y gran renovador de la pintura veneciana que influiría poderosamente en su obra, con el cual trabajó desde, aproximadamente, 1507.
PRIMERA ETAPA
En un principio, su estilo era "giorgionesco", pero tras la muerte de Giorgione concluyó algunas de las obras de éste, lo que ha creado problemas de atribución con obras como El Nacimiento de Adonis, Orfeo y Eurídice, Venus Dormida, El Concierto Campestre...
Hacia 1508 trabajó con Giorgione en los frescos del exterior del Fondaco dei Tedeschi (el almacén de los mercaderes alemanes) de Venecia, frescos actualmente perdidos en su mayor parte. Las pinturas más antiguas que posee la Colección datan probablemente de la época inmediatamente posterior a esta obra.
Tiziano se convirtió entonces en maestro indiscutible de la pintura en Venecia y fue nombrado pintor oficial de la Serenísima República.
Tras los frescos pintados en Padua, en 1511, con Los milagros de San Antonio, su gran triunfo de estos primeros años fue La Asunción de la Virgen, en la iglesia de Frari de Venecia (1516-1518). Siguen a esta composición religiosa obras como La Anunciación, La Madonna en la Gloria con el Niño y Santos, El Entierro de Cristo, Las Tres Edades de la Vida...
En sus primeros retratos se evidencia ya la vigorosa personalidad del maestro veneciano, que logra caracterizar a cada uno de sus personajes, imprimiendo un encanto especial a sus fascinantes figuras femeninas, como hace en La Schiavona, Flora, La Mujer ante el Espejo...
Dominó también Tiziano los temas mitológicos, siendo el creador de tipos iconográficos característicos: La Ofrenda a Venus y Bacanal, Baco y Ariadna.
MADUREZ.
Esta segunda etapa, fecundísima y de plena madurez del artista, se inicia con la llamada Pala Pesaro, obra que realizó en 1526 en el mismo convento veneciano para el que había pintado La Asunción.
Tuvo una gran variedad de clientes: reyes (Retrato de Carlos V, realizado en ocasión de su coronación en Bolonia, tras el cual realizó otro retrato del mismo monarca que le valió ser nombrado pintor de la corte en 1533); sus retratos principescos establecieron las reglas de la retratística e influyeron en Velázquez, Rubens y van Dyck; los Gonzaga, en Mantua (Federico II Gonzaga en 1530, Eleonora Gonzaga); la familia Este, de Ferrara (Isabel de Este); los della Rovere, en Urbino; las iglesias y organismos de gobierno en Venecia (Magdalena Penitente en 1533, Presentación de la Virgen en el Templo en 1538, La Visión de San Juan Evangelista entre 1541 y 1544). Con estas obras de carácter religioso se cierra la segunda etapa de la pintura de Tiziano, obras en las cuales ya se percibe un gusto por los contrastes de color violentos, los escorzos difíciles y las iluminaciones fantasmagóricas, todo ello como consecuencia de la influencia ejercida en Venecia por los pintores manieristas.Buena prueba de la influencia manierista la encontramos en La Alocución de Alonso de Ávalos (1540-1541), La Coronación de Espinas (1542-1544).
Por otra parte, en esta época, Tiziano visitó Roma para pintar un retrato del Papa Paulo III, viaje en que el maestro veneciano se familiarizó con la pintura de Miguel Ángel, quien no parece haberse sentido favorablemente impresionado por la obra de aquél, y de los manieristas romanos.
Durante los cinco meses que permaneció en Roma, Tiziano pintó numerosos cuadros para los Farnesio, familia de Paulo III: Retrato del Cardenal Pietro Bembo, Retrato del Cardenal Alejandro Farnesio (todos ellos en la Galería Nacional de Capodimonte, Nápoles).
De nuevo en Venecia, fue llamado por el emperador Carlos V a Augsburgo. Allí pintó uno de los más impresionantes retratos del monarca y realizó el delicado retrato de la emperatriz Isabel de Portugal.
TERCERA ETAPA.
Durante otra estancia en Augsburgo, realizó los retratos del Príncipe Felipe con Armadura y el de Juan Federico de Sajonia, así como numerosos cuadros de tema pagano de los que tanto gustaba Felipe II, el futuro rey de España, obras a las cuales Tiziano denominaba “poesías” y que constituyen temas mitológicos tratados con una fuerte dosis de erotismo, que contrasta poderosamente con
los austeros ideales de los que hacía gala el monarca español: Venus con Organista, Perrito y Dánae; Venus y Adonis. Desarrolló un estilo muy personal, caracterizado por una pincelada suelta y variada, así como por la utilización de una tonalidad suave que sentó precedente a lo largo de los siglos posteriores.
Hacia 1560, los envidiosos comenzaron a hablar de síntomas de decadencia en la pintura de Tiziano. En realidad, éste desarrolló por aquella época un nuevo estilo, plenamente visible en los “modelos” que han llegado hasta nosotros, esbozos tratados por el maestro que luego eran completados por sus discípulos en el taller, que dirigió su hijo Orazio y que jugó un papel cada vez más importante en sus obras. Se trata de pinturas de un trazo nervioso, de colores aplicados en veladuras superpuestas, de un efecto general que ha sido denominado “impresionismo mágico”.
La producción de Tiziano en estas últimas décadas comprende obras de extraordinaria fuerza, tanto en el terreno religioso -Dolorosa (1554), El Martirio de San Lorenzo (1559), San Jerónimo (1560), Santa Margarita (1565)- como en el mitológico -Diana y Acteón, Diana y Calixto (1556-1559), Venus vendando al Amor (1565)- y especialmente en sus retratos, en los que Tiziano parece alcanzar, con lúcida penetración, hasta el último entresijo de los personajes plasmados: El dux Francisco Venier, El Hombre con un Libro, Jacobo Strada, sus Autorretratos...
La muerte alcanzó al pintor, en 1576, cuando estaba realizando La Piedad (Galería de la Academia, Venecia), que destinaba a decorar su sepultura, obra de intenso pero sereno dramatismo.
El magisterio de Tiziano fue decisivo para la orientación de la pintura veneciana y ejerció un persistente influjo en toda Europa.
Comentario de algunas de sus obras:
La Bacanal pertenece a la primera etapa de su producción artística, en la cual está presente la influencia de su maestro Giorgione, cuyas características son llevadas hasta el extremo por Tiziano, dándose una mayor agitación y extraversión.
En esta obra quedan transgredidos los límites del equilibrio clásico, quedando patente de forma directa la sensualidad de sus obras mitológicas.
Este cuadro de Tiziano formaba pareja con la Ofrenda a la Diosa de los Amores. Ambos temas mitológicos fueron pintados para el duque de Ferrara, y regalados después por alguno de sus herederos al rey español Felipe IV, entre encendidas protestas de expertos italianos que lamentaron su salida del país. En esta Bacanal (fiesta de Baco).
Tiziano ilustra el tema mitológico de la llegada del dios del vino a la Isla de Andros que le estaba dedicada ya que por sus ríos corría vino en vez de agua. Sus habitantes esperan la llegada de Baco -su barco con las velas desplegadas se divisa al fondo- dedicados a la fiesta del vino.
Son magníficos el colorido y el movimiento de las figuras y, por supuesto, el espléndido desnudo femenino en reposo, a cuyo lado camina tambaleándose un lindo niño borrachito.
Tiziano hizo varios retratos del emperador Carlos V, que le consideraba su pintor predilecto y le favoreció con su confianza y amistad, concediéndole incluso un título nobiliario imperial.
El emperador eligió a su pintor favorito para que perpetuara con sus pinceles la gran victoria de las armas imperiales sobre los protestantes, en la célebre batalla de Mühlberg. Tiziano presentó a Carlos V como conductor de un ejército victorioso, en un magnífico retrato ecuestre que evoca los monumentos de los grandes emperadores romanos de la antigüedad.
En este retrato, perteneciente a la segunda época de la producción de Tiziano, el monarca se recorta sobre un bellísimo paisaje de bosque, con un río -la batalla tuvo lugar en las proximidades del río Elba-, iluminado todo por una luz de atardecer que le da un cierto tono de recogimiento.
La vivacidad de los colores del metal de la coraza (que se conserva en la Armería del Palacio Real), de la manta del caballo y el penacho que remata el casco del guerrero, contrastan magníficamente con la palidez y la cierta melancolía del rostro del protagonista, enfermo y próximo ya a retirarse en Yuste (Cáceres).
Plasma Tiziano en este retrato el concepto de majestad y serenidad, virtudes de las cuales el emperador ha de ser el máximo ejemplo.
PRIMERA ETAPA
En un principio, su estilo era "giorgionesco", pero tras la muerte de Giorgione concluyó algunas de las obras de éste, lo que ha creado problemas de atribución con obras como El Nacimiento de Adonis, Orfeo y Eurídice, Venus Dormida, El Concierto Campestre...
Hacia 1508 trabajó con Giorgione en los frescos del exterior del Fondaco dei Tedeschi (el almacén de los mercaderes alemanes) de Venecia, frescos actualmente perdidos en su mayor parte. Las pinturas más antiguas que posee la Colección datan probablemente de la época inmediatamente posterior a esta obra.
Tiziano se convirtió entonces en maestro indiscutible de la pintura en Venecia y fue nombrado pintor oficial de la Serenísima República.
Tras los frescos pintados en Padua, en 1511, con Los milagros de San Antonio, su gran triunfo de estos primeros años fue La Asunción de la Virgen, en la iglesia de Frari de Venecia (1516-1518). Siguen a esta composición religiosa obras como La Anunciación, La Madonna en la Gloria con el Niño y Santos, El Entierro de Cristo, Las Tres Edades de la Vida...
En sus primeros retratos se evidencia ya la vigorosa personalidad del maestro veneciano, que logra caracterizar a cada uno de sus personajes, imprimiendo un encanto especial a sus fascinantes figuras femeninas, como hace en La Schiavona, Flora, La Mujer ante el Espejo...
Dominó también Tiziano los temas mitológicos, siendo el creador de tipos iconográficos característicos: La Ofrenda a Venus y Bacanal, Baco y Ariadna.
MADUREZ.
Esta segunda etapa, fecundísima y de plena madurez del artista, se inicia con la llamada Pala Pesaro, obra que realizó en 1526 en el mismo convento veneciano para el que había pintado La Asunción.
Tuvo una gran variedad de clientes: reyes (Retrato de Carlos V, realizado en ocasión de su coronación en Bolonia, tras el cual realizó otro retrato del mismo monarca que le valió ser nombrado pintor de la corte en 1533); sus retratos principescos establecieron las reglas de la retratística e influyeron en Velázquez, Rubens y van Dyck; los Gonzaga, en Mantua (Federico II Gonzaga en 1530, Eleonora Gonzaga); la familia Este, de Ferrara (Isabel de Este); los della Rovere, en Urbino; las iglesias y organismos de gobierno en Venecia (Magdalena Penitente en 1533, Presentación de la Virgen en el Templo en 1538, La Visión de San Juan Evangelista entre 1541 y 1544). Con estas obras de carácter religioso se cierra la segunda etapa de la pintura de Tiziano, obras en las cuales ya se percibe un gusto por los contrastes de color violentos, los escorzos difíciles y las iluminaciones fantasmagóricas, todo ello como consecuencia de la influencia ejercida en Venecia por los pintores manieristas.Buena prueba de la influencia manierista la encontramos en La Alocución de Alonso de Ávalos (1540-1541), La Coronación de Espinas (1542-1544).
Por otra parte, en esta época, Tiziano visitó Roma para pintar un retrato del Papa Paulo III, viaje en que el maestro veneciano se familiarizó con la pintura de Miguel Ángel, quien no parece haberse sentido favorablemente impresionado por la obra de aquél, y de los manieristas romanos.
Durante los cinco meses que permaneció en Roma, Tiziano pintó numerosos cuadros para los Farnesio, familia de Paulo III: Retrato del Cardenal Pietro Bembo, Retrato del Cardenal Alejandro Farnesio (todos ellos en la Galería Nacional de Capodimonte, Nápoles).
De nuevo en Venecia, fue llamado por el emperador Carlos V a Augsburgo. Allí pintó uno de los más impresionantes retratos del monarca y realizó el delicado retrato de la emperatriz Isabel de Portugal.
TERCERA ETAPA.
Durante otra estancia en Augsburgo, realizó los retratos del Príncipe Felipe con Armadura y el de Juan Federico de Sajonia, así como numerosos cuadros de tema pagano de los que tanto gustaba Felipe II, el futuro rey de España, obras a las cuales Tiziano denominaba “poesías” y que constituyen temas mitológicos tratados con una fuerte dosis de erotismo, que contrasta poderosamente con
los austeros ideales de los que hacía gala el monarca español: Venus con Organista, Perrito y Dánae; Venus y Adonis. Desarrolló un estilo muy personal, caracterizado por una pincelada suelta y variada, así como por la utilización de una tonalidad suave que sentó precedente a lo largo de los siglos posteriores.
Hacia 1560, los envidiosos comenzaron a hablar de síntomas de decadencia en la pintura de Tiziano. En realidad, éste desarrolló por aquella época un nuevo estilo, plenamente visible en los “modelos” que han llegado hasta nosotros, esbozos tratados por el maestro que luego eran completados por sus discípulos en el taller, que dirigió su hijo Orazio y que jugó un papel cada vez más importante en sus obras. Se trata de pinturas de un trazo nervioso, de colores aplicados en veladuras superpuestas, de un efecto general que ha sido denominado “impresionismo mágico”.
La producción de Tiziano en estas últimas décadas comprende obras de extraordinaria fuerza, tanto en el terreno religioso -Dolorosa (1554), El Martirio de San Lorenzo (1559), San Jerónimo (1560), Santa Margarita (1565)- como en el mitológico -Diana y Acteón, Diana y Calixto (1556-1559), Venus vendando al Amor (1565)- y especialmente en sus retratos, en los que Tiziano parece alcanzar, con lúcida penetración, hasta el último entresijo de los personajes plasmados: El dux Francisco Venier, El Hombre con un Libro, Jacobo Strada, sus Autorretratos...
La muerte alcanzó al pintor, en 1576, cuando estaba realizando La Piedad (Galería de la Academia, Venecia), que destinaba a decorar su sepultura, obra de intenso pero sereno dramatismo.
El magisterio de Tiziano fue decisivo para la orientación de la pintura veneciana y ejerció un persistente influjo en toda Europa.
Comentario de algunas de sus obras:
La Bacanal pertenece a la primera etapa de su producción artística, en la cual está presente la influencia de su maestro Giorgione, cuyas características son llevadas hasta el extremo por Tiziano, dándose una mayor agitación y extraversión.
En esta obra quedan transgredidos los límites del equilibrio clásico, quedando patente de forma directa la sensualidad de sus obras mitológicas.
Este cuadro de Tiziano formaba pareja con la Ofrenda a la Diosa de los Amores. Ambos temas mitológicos fueron pintados para el duque de Ferrara, y regalados después por alguno de sus herederos al rey español Felipe IV, entre encendidas protestas de expertos italianos que lamentaron su salida del país. En esta Bacanal (fiesta de Baco).
Tiziano ilustra el tema mitológico de la llegada del dios del vino a la Isla de Andros que le estaba dedicada ya que por sus ríos corría vino en vez de agua. Sus habitantes esperan la llegada de Baco -su barco con las velas desplegadas se divisa al fondo- dedicados a la fiesta del vino.
Son magníficos el colorido y el movimiento de las figuras y, por supuesto, el espléndido desnudo femenino en reposo, a cuyo lado camina tambaleándose un lindo niño borrachito.
Tiziano hizo varios retratos del emperador Carlos V, que le consideraba su pintor predilecto y le favoreció con su confianza y amistad, concediéndole incluso un título nobiliario imperial.
El emperador eligió a su pintor favorito para que perpetuara con sus pinceles la gran victoria de las armas imperiales sobre los protestantes, en la célebre batalla de Mühlberg. Tiziano presentó a Carlos V como conductor de un ejército victorioso, en un magnífico retrato ecuestre que evoca los monumentos de los grandes emperadores romanos de la antigüedad.
En este retrato, perteneciente a la segunda época de la producción de Tiziano, el monarca se recorta sobre un bellísimo paisaje de bosque, con un río -la batalla tuvo lugar en las proximidades del río Elba-, iluminado todo por una luz de atardecer que le da un cierto tono de recogimiento.
La vivacidad de los colores del metal de la coraza (que se conserva en la Armería del Palacio Real), de la manta del caballo y el penacho que remata el casco del guerrero, contrastan magníficamente con la palidez y la cierta melancolía del rostro del protagonista, enfermo y próximo ya a retirarse en Yuste (Cáceres).
Plasma Tiziano en este retrato el concepto de majestad y serenidad, virtudes de las cuales el emperador ha de ser el máximo ejemplo.
Sus obras son una maravilla. Particularmente me gusta la de la Venus de Urbino. Tuve ocasión de ver una exposición con cuadros suyos en el Prado y la última época es increíblemente moderna. Saludos cordiales.
ResponderEliminarBuena recopilación de un monstruo d ela pintura, a quien Carlos V llegó a apreciar tanto, que un día, posando para él, al maestro se le cayó un pincel y el emperador se agachó a recogerlo. La anécdota dice mucho, pues no todos los pintores tiene reconocimiento de su obra en vida.
ResponderEliminarUn besito
El gran Tiziano. Nunca, como dice Carmen, un pintor tuvo la suerte de que todo un emperador se agachara a recoger su pincel caído.
ResponderEliminarUn saludo.
hola amiga... hoy vuelvo a ti para saborear tus bellos cuadros y todo cuanto das a conocer . Este pintor siempre me cautivo pues lo considero uno de los mejores pintores de todas las epocas.
ResponderEliminarAmiga , ha pasado un tiempo por varias circunstancias sin entrar en los blog. Siempre me emociona venir a ver cuanto nos ofreces. Desde el primer dia me senti atradido por este maravilloso blog y por tu amabilidad.
Un dia me gustaria conocerte aunque sea en un correo. El mio sigue siendo el mismo
pinfly@hotmail.com
besos y que pases un buen fin de semana.