lunes, 6 de mayo de 2013

 Rembrandt Harmenszoon Van Rijn

AUTORRETRATO



LA SAGRADA FAMILIA
La Sagrada Familia
Rembrandt representa la escena como un asunto de la vida cotidiana, sin marcar el acento en lo sagrado del tema, al no colocar ningún signo de divinidad. El estilo del artista es el característico de las obras realizadas a los pocos años de instalarse en Amsterdam. La luz es la gran protagonista, iluminando las figuras de María y el Niño Jesús y dejando el resto del espacio en penumbra, acentuando así los contrastes entre zonas de luz y zonas de sombra. La parte iluminada está más detallada, observándose perfectamente las calidades de las telas y las transparencias de la toga que viste María, así como las sábanas de la cuna reforzando el naturalismo de la composición. Al ser un cuadro grande que se ve desde lejos, Rembrandt ha acentuado aún más su detallismo de estas fechas. En las zonas en semipenumbra también se aprecian los objetos, destacando los útiles de trabajo de José al fondo, pero realizados de manera mucho más rápida y menos esmerada. Siguiendo la filosofía de Caravaggio de representar a los seres divinos de verdad, de carne y hueso, Rembrandt nos presenta una escena muy cálida, muy humana, acentuada por el gesto de tapar los pies al Niño para que no tenga frío, por tener la Virgen un pecho al descubierto ya que acaba de alimentar al pequeño o la mirada de ternura de José que es más joven que de costumbre y poco a poco se va a integrar en la escena. El colorido es algo monótono, utilizando gamas oscuras que se alegran con el rojo y el blanco, pero que dan cierto aire de melancolía a la composición.


EL HIJO PRODIGO AUTORRETRATO CON  SASKIA

Saskia

Rembrandt solía utilizar a miembros de su familia y su entorno como protagonistas de sus cuadros, provocando en el espectador la incertidumbre de estar ante una historia o un retrato. En esta obra, realizada hacia 1635, vemos al joven pintor, vestido con sus mejores galas, de brocado, seda y terciopelo, con espada y sombrero, sosteniendo en su regazo a su esposa Saskia, que gira la cabeza para mirarnos. La alegría de la escena se transmite a los espectadores gracias a la mirada cómplice de Rembrandt, que invita a entrar en el prostíbulo. La luz se convierte de nuevo en protagonista, juega con el contraste de luces y sombras, aunque la luz dorada permite suavizar algo más ese contraste. El rico colorido y la textura de las telas, perfectamente conseguidas, demuestran la elevada calidad pictórica del artista. A medida que pasa el tiempo observaremos una mayor soltura en la pincelada del artista.

 Lapidación de San Esteban

Lapidación de San Esteban
La Lapidación de San Esteban es la primera obra conocida con fecha exacta de Rembrandt, pintada en Leiden bajo la influencia de Pieter Lastman, su maestro. Como pintor de historia, Rembrandt debe mostrar el mayor número de posiciones posible así como la inserción de la figura en el espacio a través de los paisajes y las arquitecturas. En este caso, se pone de manifiesto la facilidad del joven pintor para transmitir todas las exigencias demandas. El santo se sitúa desplazado hacia la derecha, arrodillado, esperando su martirio. A su alrededor encontramos a sus verdugos, observando la lapidación desde diferentes posturas los sacerdotes y los militares, éstos a caballo ocupando una zona ensombrecida. La luz impacta de lleno en san Esteban y los hombres que le lanzan las piedras, resaltando sus gestos y expresiones, mostrando un amplio catálogo de reacciones humanas. Las figuras ocupan toda la superficie de la tabla, destacando sus anatomías escultóricas y sus músculos en tensión. El movimiento y el dramatismo de la escena, elementos típicos del barroco, están en su momento culminante a pesar de tratarse de una obra juvenil. Rembrandt se presenta como el pintor más capacitado de su tiempo y promete obras inolvidables como La lección de anatomía o La ronda de noche.

La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp

La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp


Excelente retrato de grupo encargado en 1632 por el doctor Nicolaes Tulp, en el que aparece representada una lección pública de anatomía, costumbre habitual en aquellas fechas para demostrar la sabiduría de Dios al crear al hombre. Vemos al doctor Tulp con su sombrero, reflejo de su cargo, con unas pinzas en la mano derecha, mostrando a sus alumnos la disección de un brazo, los tendones y los músculos. El cuerpo del muerto en el que se realizan las prácticas es el de un conocido criminal ajusticiado; detrás de él se sitúan siete alumnos del doctor que escuchan atentamente la lección, destacando el realismo de las figuras a través de sus expresiones: sorpresa, entusiasmo, atención... Las miradas de cada una de las figuras hablan por sí solas y hacen que el espectador se sienta protagonista también de la escena y se integre en la lección, ampliando así el aula de Tulp a la sala donde se expone el cuadro. Las figuras apiñadas en torno al cadáver suponen una novedad, ya que en los retratos de grupo anteriores, se pintaba a las personas en fila; al colocarlas así, Rembrandt ofrece una mayor sensación de realismo. El pintor está interesado en los contrastes lumínicos que provoca una luz potente y clara, que ilumina unas zonas y deja en profunda sombra el resto del espacio, según indicaba la teoría tenebrista que trabajaba por estas fechas. El colorido oscuro también es característico de la técnica tenebrista, pero además hay que destacar la austeridad cromática de los trajes de aquella época, animada por los cuellos y puños blancos. Los detalles de los cuellos y los ropajes o los libros demuestran la altísima calidad del artista, que triunfa en Amsterdam gracias a estos trabajos.


Danae

DANAE
A pesar de que la mayoría de los encargos tenían una temática religiosa, algunos burgueses de Amsterdam también solicitaban escenas mitológicas en las que se permitía contemplar desnudos femeninos como en el caso de Dánae. Hija de Acrisio, rey de Argos, Dánae fue encerrada por su padre en una torre de bronce para evitar que no tuviese hijos ya que el oráculo de Delfos había predicho que el hijo de Danae mataría a Acrisio. Zeus se prendó de la belleza de la joven y logró penetrar en la torre metamorfoseándose en lluvia de oro. Fruto de esa relación nacería Perseo quien mataría a su abuelo, siguiendo el pronóstico del oráculo.Rembrandt ha presentado a la bella joven desnuda recostada en su cama, recibiendo un potente rayo de luz que anticipa la entrada de Zeus en la estancia convertido en lluvia dorada. Al fondo encontramos a la anciana que custodiaba a Dánae, acudiendo rápidamente al escuchar ruidos extraños. Como ocurre en las demás mujeres desnudas pintadas por el maestro, Dánae es hermosa, tiene armoniosas proporciones y refleja el ideal de belleza de la época, como también hizo Rubens. La luz dorada resbala por el escorzado cuerpo de la joven, provocando atractivos contrastes entre zonas iluminadas y zonas ensombrecidas que otorgan un mayor verismo a la figura.Para provocar una mayor sensación de riqueza, Rembrandt ha recurrido a una cama de bronce con dosel, decorada por un amorcillo dorado que parece llorar por la desgracia del encierro de la muchacha que se nos presenta envuelta en ricas telas ejecutadas con todo lujo de detalles, demostrando una vez más la excelente calidad en la factura del artista. La sensación de vitalidad que se crea está reforzada por el gesto de extrañeza de Dánae y la curiosidad de la anciana, creando la sensación de estar presentes ante una escena teatral.En 1985 un lituano llamado Bronius Maigis atentó contra la obra rociándola con ácido sulfúrico y realizando diversos cortes con un cuchillo. Tras 12 años de intensas restauraciones el lienzo ha sido expuesto en su lugar original protegido por un cristal antibalas. Mijaíl Piotrovski, el director del Ermitage, ha comentado al respecto que "aquella Dánae que existía ya no existe. Nuestro objetivo es mostrar al público lo que ha quedado de la obra maestra de Rembrandt (...) Los restauradores no se inmiscuyeron en la pintura del autor y, por eso, se logró conservar su espíritu". El museo ruso recibió esta obra maestra en 1772, cuando Catalina II la adquirió a un barón francés.
                 ESTHER ANTES DE ENCONTRARSE CON ASUERO
eeEsther antes de encontrarse con Asuero
La historia de Esther se recoge en el Antiguo Testamento, concretamente en el Libro de Esther. En ese relato aparecen ciertos datos históricos insertos en un cuadro artificial para obtener una enseñanza religiosa. El rey de los persas Asuero - identificado con Jerjes - repudió a la reina Vasti ya que rechazó acudir al banquete real. En su lugar fue elegida una joven de gran belleza llamada Esther, desconociéndose su origen judío. Mardoqueo, tío de la nueva reina, hizo descubrir a Asuero la conspiración de los eunucos, lo que le enfrentó a Amán, el favorito real. Amán se propuso acabar con los judíos en represalia contra Mardoqueo, obteniendo un decreto real para proceder a la exterminación del pueblo de Israel. Esther intervino y con peligro de su vida, consiguió cambiar el ánimo del rey y salvar a su pueblo. Amán fue ahorcado en el patíbulo que él había dispuesto para Mardoqueo, convirtiéndose éste en el nuevo primer ministro.Rembrandt nos presenta el momento en el que Esther se plantea la presencia ante Asuero. Aunque reina, la joven no podía presentarse ante el monarca bajo peligro de su vida. Por eso elige sus mejores galas y se piensa serenamente su actuación. Tras ella encontramos a su sirvienta, arreglando los vestidos de la heroína. Esther viste como una rica burguesa holandesa, recibiendo un potente foco de luz procedente de la izquierda que resalta la blancura de su rostro y su escote, mientras que la anciana y el fondo quedan en penumbra. Los vestidos están realizados con una pincelada empastada, sin apenas atender a los detalles, esbozando los bordados de la capa roja. Las tonalidades oscuras dominan el conjunto aunque se provoca el contraste con el blanco y el rojo, creando un juego cromático de gran belleza. La influencia de la escuela veneciana se halla presente en la sensación atmosférica conseguida, una de las grandes aportaciones de Rembrandt a la pintura barroca.
                   FLORA
Flora
Algunos especialistas, encabezados por Christopher Brown, sostienen una curiosa hipótesis en relación con este lienzo, teniendo en cuenta el estudio de las radiografías y las extrañas pinceladas que se aprecian en algunas zonas de la imagen; piensan que Rembrandt inició una obra protagonizada por Judith en el momento de introducir la cabeza de Holofernes en el saco que porta su asistenta pero por razones desconocidas la transformó en Flora, llegando incluso a cortar un trozo de lienzo de la zona de la izquierda. Se basan también estos especialistas en una obra con cierto parecido pintada por Rubens que hoy se encuentra en Florencia, la cual pudo ser contemplada por Rembrandt a través de las estampas que circulaban por los Países Bajos.La diosa de la primavera aparece con ricos vestidos a la moda cortesana de Holanda, destacando el pronunciado escote donde impacta el foco de luz. En su mano derecha sujeta un bastón mientras que en la izquierda porta un ramo de flores, su inconfundible atributo. El cabello rubio está tocado con una diadema que enlaza con un velo transparente que cae sobre sus hombros. El rostro apenas presenta idealización lo que ha sido suficiente para considerar que sería un retrato de Saskia, la esposa del maestro, aunque el parecido físico entre ambas mujeres tampoco es apreciable. La luz dorada empleada, recordando a la escuela veneciana liderada por Tiziano, baña la amplia figura, destacando tanto los pliegues del vestido como las joyas que adornan a la diosa, resaltando su cuerpo ante una zona oscurecida que sirve de fondo. La pincelada empleada por Rembrandt será en esta década de 1630 más suelta, sin excesiva minuciosidad, anticipando la "manera áspera" que caracterizará sus últimos trabajos. Con esta pincelada crea una mayor sensación atmosférica, otorgando aire a la composición.
                                Hendrickje en el lecho
Hendrickje en el lecho
Hendrickje Stoffels inició su relación con Rembrandt en 1649, primero como sirvienta y después como compañera y modelo, incluso tendrán una hija a la que llamarán Cornelia. En esta composición, Hendrickje aparece reclinada sobre su cama, descorriendo el cortinaje y dirigiendo su mirada hacia la derecha. Al situar el rojo cortinaje en primer plano se obtiene una sensacional ilusión óptica: la mirada de la mujer se va hacia fuera del cuadro mientras la cabeza y el codo se proyectan hacia el espectador. Al colocar un fondo oscuro la figura femenina adquiere un mayor volumen, acentuado gracias a la intensa iluminación que origina sombras allí donde no alcanza.Algunos especialistas piensan que la obra sería un fragmento de un cuadro dedicado a la Noche de Tobías y Sara, recogiendo el momento en el que Sara espera en el lecho a su esposo. El maestro de Rembrandt, Pieter Lastman, realizó una composición con esa temática en la cual se pudo inspirar el artista a la hora de representar este asunto. Por la postura de Hendrickje, el lienzo se relaciona con la Danae realizada por Rembrandt en 1636, mostrando aquí una posición invertida.
                    HERMAN   DOOMER
Herman Doomer
Algunos retratos de Rembrandt servirán a sus alumnos como base para otras obras. Es el caso de esta imagen de Herman Doomer, que sirvió de inspiración a Govert Flinck para un Retrato de hombre que está en la Colección Thyssen-Bornemisza. Herman se presenta en tres cuartos, apoyando su brazo derecho en un marco fingido, a semejanza de los retratos de Nicolaes van Bambeeck y su esposa Agatha Bas, pintados en 1641. La figura aparece bañada por una iluminación dorada que crea suaves contrastes lumínicos, inspirándose en Tiziano, destacando el gesto y la personalidad del modelo. Los detalles de la gorguera tienen un papel destacado en la composición, al igual que el amplio sombrero que indica su importante posición social. Los ojos del personaje se dirigen hacia el espectador, reforzando el seguro gesto de su boca y el porte del personaje al colocar el brazo en el pecho, resultando una obra de gran belleza.

                             EL FESTIN DE BALTASAR


El festín de Baltasar

La obra, realizada hacia 1635, recoge un episodio de la historia de Baltasar, rey de Babilonia. Durante el sitio de la ciudad por el general persa Ciro, Baltasar reunió a todos sus nobles y sirvió el vino en la vajilla procedente del saqueo de Jerusalén. Durante el banquete apareció una mano misteriosa que escribió un texto indescifrable en la pared referente a la división de su reino. Esa noche murió Baltasar. De nuevo resulta sorprendente cómo Rembrandt ha captado las expresiones de las figuras, en este caso de sorpresa y temor ante la inscripción misteriosa, sobre todo Baltasar, que se retrae al contemplar la aparición. La luz clara es la otra gran protagonista, creando fuertes contrastes de luz y sombra característicos deltenebrismo. La pincelada del pintor se ha hecho un poco más suelta como se puede apreciar en la capa del rey, aunque a pesar de dicha soltura aún se distinguen claramente los detalles como el bodegón de frutas sobre la mesa, las joyas de las mujeres o el turbante. El colorido es oscuro aunque tiene notas claras como el precioso vestido rojo de la mujer de la derecha, la capa del rey o el turbante blanco. Sin duda es una obra maestra.

                    EL COMERCIANTE NICOLAES  RUTSEl comerciante Nicolaes Ruts

Obra realizada en 1631, una vez instalado en Amsterdam tras la muerte de su padre. Rembrandt se va a convertir en el retratista preferido de la clase más importante de la ciudad por las representaciones exactas de los modelos. En este caso ha retratado al comerciante con sus mejores galas, elegantemente vestido con sus pieles y su gorguera, captando perfectamente el rostro del modelo, dándonos también su personalidad, su alma. Como buen retratista que es, Rembrandt no se queda en lo superficial, en el retrato meramente descriptivo, sino que ahonda en la psicología del personaje para que, a través del retrato, conozcamos más íntimamente al retratado. Por eso ilumina el rostro con un potente foco de luz que, procedente de la izquierda, deja el resto en penumbra y recorta la figura sobre un fondo neutro, obteniéndose así el efecto de tercera dimensión. Los efectos de luz y sombra y el colorido oscuro recuerdan al tenebrismo de Caravaggio y su escuela, mientras que la forma de realizar el retrato muestra cierta influencia de Tiziano y Tintoretto. La calidad de las telas, obtenida con una pequeña y menuda pincelada, hacen de este retrato uno de los mejores de su primera etapa.
HOMBRE RIENDO


Hombre riendo

Rembrandt es un artista muy interesado en captar las expresiones de las figuras y con ese objetivo pinta esta obra. El rostro posiblemente esté captado del natural, al utilizar una pincelada suelta y rápida. La luz viene desde la izquierda e ilumina gran parte de la cara dejando el resto en penumbra. Este interesante contraste lumínico y el realismo de la figura están inspirados en el naturalismo tenebrista del maestro italiano Caravaggio.
                                    JAN  SIX
Jan Six

Magnífico retrato, realizado en 1654, de un miembro de una de las familias más importantes de Amsterdam. Sobre un fondo neutro que hace difícil ver el sombrero negro del personaje, se recorta la figura de Jan Six, vestido elegantemente a la moda y portando al hombro una casaca de color rojo. El hombre mueve ligeramente la cabeza hacia la izquierda y mira de reojo al espectador. Aunque Rembrandt sigue interesado en ofrecernos los detalles del traje, la pincelada se ha hecho mucho más suelta, utilizando manchas de color, estilo que en aquellos años denominaban "la manera áspera", observándose una gran influencia de la pintura de Tiziano. Aun utilizando una forma diferente de pintar, el artista continúa centrando su atención en el rostro del personaje, que refleja la personalidad, el alma, lo que motiva que no permanezcamos al margen ante cualquiera de sus retratos, sino que odiemos o amemos al retratado en cuestión.
JACQUES DE GHEYN  III
Jacques de Gheyn III
Las relaciones entre las familias De Gheyn y Huygens eran muy estables y se remontaban a generaciones anteriores. Esta sería la razón por la cual Rembrandt realizó sendos retratos protagonizados por Jacques de Gheyn III y Maurits Huygens durante su estancia en La Haya. Jacques era pintor y grabador, miembro de una familia de importantes artistas holandeses, aunque su producción no es muy fructífera: sólo conservamos 8 pinturas y 106 dibujos. En 1634 se traslada a Utrecht, haciéndose canónigo de Santa María, falleciendo en esa ciudad el 3 de junio de 1641. A su muerte decidió legar este retrato a su buen amigo Maurits, lo que indica que ambas obras debían de estar juntas. El pintor se presenta en primer plano, vestido a la moda con un amplio cuello blanco y una capa negra, destacando su rostro risueño, iluminado por un potente foco de luz procedente de la derecha. La pincelada de Rembrandt es bastante suelta, resaltando la expresividad de su amigo al interesarse casi exclusivamente por el rostro.
             JUNO
Juno
En 1665 un rico mercader llamado Harmen Becker se queja a Rembrandt de que la Juno que había encargado no estaba acabada. Podría tratarse de este lienzo aunque no existe la absoluta certeza de que así sea. Juno era la esposa y hermana de Júpiter, superando a todas las diosas en poder y distinción. Esa es la razón por la que aparece representada como una reina con corona, manto de armiño y báculo en la mano derecha, exhibiendo una pose digna de su persona. Está representada con su atributo, el pavo real, su animal favorito. Su carácter despierto, fuerte y celoso se aprecia claramente en el rostro.El estilo del maestro es el típico de estos años en el que los detalles desaparecen para dar paso a una pincelada esbozada, aplicando el color con gran soltura pero otorgando un sensacional efecto realista a la composición. La fuerte y dorada iluminación empleada impacta en las zonas más importantes de la figura: la cara, el pronunciado escote y las manos para conseguir así un magnífico efecto volumétrico.
LUCREZIA
Lucrecia
                               LOS STAALMEESTERS
                               LOS SINDICOS
Los Staalmeesters, Los síndicos de los pañeros

Otra de las obras maestras de Rembrandt realizada en 1662 para la Corporación de Fabricantes de Paños, en la que aparecen representados cinco de los síndicos y un empleado de la Corporación. Los síndicos eran los encargados de mantener la calidad de las telas teñidas y fabricadas por el gremio. Especialista en retratos colectivos, Rembrandt recurre a una perspectiva de abajo arriba y coloca en primer plano la mesa cubierta con un rico tapete de color rojo con bordados. Tras ella vemos a los síndicos, presididos por Willen van Doeyemburg, la figura que aparece en el centro, delante del libro de contabilidad. Alrededor del presidente se colocan los demás síndicos, que eran elegidos por un año con posibilidad de reelección. Al fondo, de pie, se ve al empleado de la Corporación, sin sombrero, que desarrolló una nueva técnica de teñido de paños. El artista centra toda su atención en los retratos, dándonos la personalidad de cada uno de ellos, resultando una muestra de las clases sociales y religiosas de la ciudad de Amsterdam: católicos, menonitas, reformistas, etc. Rembrandt utiliza su característica luz que provoca contrastes entre zonas de luz y de sombra, aumenta los contrastes por el colorido oscuro de los trajes y el blanco de los cuellos. Al fondo representa la moldura decorativa de la sala de reuniones en la que se intuye un relieve, a la derecha. Curiosamente no recurre al fondo neutro de los primeros momentos. La pincelada utilizada por el pintor es bastante suelta, la "manera áspera" que se denominaba en la época, a base de manchas de color y de luz como lo hacía Tiziano. Resulta sorprendente en la obra de Rembrandt, pero para desarrollar este trabajo realizó tres dibujos preliminares. Además, a través de los rayos X se han podido observar los cambios que realizó el pintor a lo largo del tiempo que tardó en realizar la escena, algo que demuestra el interés que se tomó por presentar una obra que gustara a los clientes.
                          LA PROFETISA ANA
La profetisa Ana
A Rembrandt le va a ocurrir en sus primeros pasos artísticos lo mismo que a Velázquez o a Picasso: van a utilizar modelos cercanos para protagonizar sus obras. Concretamente se ha pensado en un posible retrato de la madre del artista en esta imagen de la profetisa Ana. Ana era una anciana profetisa que estaba en el templo cuando María y José llevaron al Niño Jesús. Ella reconoció rápidamente al Mesías del que hablaban los profetas. Al ser buena conocedora de las escrituras, aparece con una Biblia en el regazo totalmente iluminada por un fuerte haz de luz procedente de la izquierda que deja el resto espacio a oscuras. Las telas están realizadas delicadamente al tratarse de un traje oriental que reafirma la procedencia de la anciana. Un detalle significativo es la mano de la mujer en la que se aprecia la piel arrugada, las venas marcadas y las uñas desgastadas.
                        LA MADRE DEL ARTISTA
-Rembrandt,_Portret_van_Haesje_v.Cleyburg_1634Madre del artista
ARTEMISA


Comentario
La escasez de obras holandesas en el Museo del Prado viene motivada por el enfrentamiento militar entre españoles y holandeses durante la larga Guerra de los Países Bajos. Esa enemistad será la causa por la que sólo una obra de Rembrandt se puede apreciar en las salas de nuestro museo: la Artemisa. El maestro ha representado a la reina de Pérgamo sentada a una mesa - sobre la que hay un libro -, en el momento de recibir las cenizas de su esposo en una copa, que es ofrecida por una sirvienta a su izquierda, mientras una anciana contempla la escena al fondo. Artemisa viste un elegante traje blanco amarillento con las mangas bordadas y cuello de armiño, destacando el virtuosismo de los detalles. La obra está firmada y fechada en 1634, la época de mayor éxito del artista holandés, en la que le llovían los encargos. Su feliz matrimonio con Saskia van Uylemburgh, que se va a convertir en su modelo habitual, hace pensar a algunos especialistas que la mujer que aquí contemplamos es un retrato de su esposa, al aludir a la fidelidad y el amor conyugal. Rembrandt está trabajando en un estilo similar alnaturalismo tenebrista de Caravaggio, aprendido con su maestro Pieter Lastman. Las luces son muy fuertes, provocando bruscos contrastes de luz y sombra. El colorido oscuro es otra nota característica de este estilo. El fondo neutro empleado hace que sobre él se recorten las tres figuras, dando así mayor volumen a la composición. La monumentalidad de los personajes causa sorpresa y admiración, cuando el espectador contempla esta delicada imagen.



Retrato de familia

Comentario
No es muy habitual encontrarse con un retrato familiar hasta el siglo XIX, pero siempre hay excepciones como el lienzo que nos ocupa. Rembrandt lo realizó al final de su vida y forma parte de esa lista de retratos anónimos de los últimos años como la Señora con clavel o el Joven con pelo largo. Podíamos aventurar que se tratara de personajes de inferior categoría social que los retratados en la década de 1630 y por consiguiente no conocemos sus identidades.Las características que definen este sensacional retrato son la vitalidad y el verismo que consigue Rembrandt insuflar a los personajes, especialmente a las figuras de las niñas, perfectamente captadas, creando el efecto de estar presente el espectador en la escena. La madre mira atentamente a la pequeña mientras que el padre dirige su mirada hacia el exterior con ánimo vigilante. El estilo del maestro holandés está en su momento más álgido; tomando como referencia a Caravaggio y el naturalismo tenebrista ha evolucionado hacia una manera de pintar muy personal en la que la luz es la principal protagonista, sin olvidar la pincelada disuelta que apenas atiende a detalles. Incluso en cuanto al colorido, con esos tonos rojizos, Rembrandt aporta un toque personal al tramo final de su pintura. La "manera áspera", nombre con el que se denominaba en el siglo XVII a esta forma de pintar, ha alcanzado el momento cumbre.


Titus estudiando
Titus fue el único hijo que sobrevivió de los que tuvieron Saskia y Rembrandt. Nació en 1641 y su madre moría al año siguiente, por lo que el pintor se tuvo que hacer cargo de su educación con la ayuda de Geertje Dircks y de Hendrickje Stoffels posteriormente, las dos mujeres con las que Rembrandt convivió después de enviudar. Desde pequeño, Titus era instruido por su padre en el arte de la pintura, pero le gustaba más el comercio a lo que se dedicaría en cuerpo y alma. Murió en 1668, un año antes que el maestro. El muchacho tendría unos 14 años cuando Rembrandt hizo este retrato en el que vemos a Titus sumido en sus pensamientos, olvidándose de los papeles que tiene ante él en el pupitre. En su mano izquierda sostiene un plumero. Las manos y el rostro han sido iluminados con claridad destacando así de las sombras del fondo y dando la sensación de mayor volumen. La luz también se refleja en la parte delantera del pupitre donde Rembrandt parece haber practicado varias técnicas. Como buen pintor de retratos que era Rembrandt se preocupa por captar la expresión del personaje retratado, aunque sea con una pincelada suelta y empastada como hace aquí, distanciándose de los retratos de la década de 1630, como el de Dirck Pesser.
Titus en hábito de monje

Comentario
El hijo de Rembrandt, Titus, va a ser representado en múltiples ocasiones como modelo y como protagonista exclusivo de algunos cuadros como Titus estudiando. Por supuesto, que no era monje pero posó vestido como tal para hacer de modelo en un cuadro de San Francisco de Asís, santo muy popular en toda Europa e incluso en Holanda, donde había mayoría de protestantes.Resulta interesante el estudio realizado por el pintor del color marrón del hábito, donde ofrece todas las tonalidades posibles jugando con la luz y con la sombra. Incluso la textura tosca de la tela está perfectamente conseguida. El rostro iluminado por esa luz dorada es maravilloso, con los ojos y la mirada caídos, en actitud de meditación. Titus heredó de su madre, además de la fortuna, una tuberculosis que terminaría con su vida a la edad de 27 años, siete meses después de contraer matrimonio con Magdalena van Loo, sin llegar a conocer a su hija Titia.


Tobías acusando a Ana del robo del cabrito

Comentario
Rembrandt va a ser un especialista en asuntos religiosos, especialmente siguiendo la iconografía protestante, especializándose en temas del Antiguo Testamento. La escena recoge un momento de la historia de Tobías que había quedado ciego al caerle en los ojos los excrementos de las gaviotas. Su esposa Ana se dedicó a mantener a ambos, realizando labores que vendía a sus clientes. Un día además del dinero le regalaron un cabrito, siendo acusada por Tobías de robarlo. El anciano sorprendido por su falta de fe al acusar a su mujer, empezó a rezar, rogando a Dios que le castigara con la muerte. Ante esta reacción Ana le observa totalmente sorprendida. (Tobías, 2; 9-14. 3; 1-7).El maestro ha encontrado un estilo propio, representando las figuras con total verismo, interesándose por sus expresiones y por los gestos tanto como por los detalles de los objetos que aparecen en la tabla -la cesta, las cebollas, el huso de hilar o la alacena del fondo-. Los colores son ahora más restringidos pero con mayor armonía y la luz se encarga de resaltar los elementos importantes de la composición, dejando en penumbra lo intranscendente, siguiendo el tenebrismo de Caravaggio aprendido a través de su maestro Pieter Lastman y de la escuela de Utrecht. La pincelada utilizada por el holandés es bastante suelta en algunas zonas como los ropajes de Tobías mientras que en las manos y en los rostros es tremendamente minuciosa, resultando una composición equilibrada y armoniosa.


Saskia con sombrero

Rembrandt contraerá matrimonio en 1634 con Saskia Van Uylemburgh, sobrina de su socio y poseedora de una magnífica dote. Gracias a este matrimonio, el pintor va a ascender tanto social como económicamente. Durante los ocho años que convivieron, Saskia va a ser el principal baluarte de la vida del artista y se va a convertir en una de sus modelos favoritas. Este retrato está realizado siguiendo las pautas que convirtieron a Rembrandt en el mejor retratista de Amsterdam: realismo a la hora de realizar el rostro, detallismo en las joyas y en los ropajes y una luz dorada que ilumina lo que interesa al artista y deja el resto en semipenumbra. El fondo neutro es un recurso muy utilizado para hacer que la figura del retratado adquiera mayor volumen. Empleado por Jan Van Eyck fue Tiziano quien lo puso de moda en lapintura italiana del siglo XVI.


San Mateo y el ángel

En la década de 1660 Rembrandt realizó una serie de apóstoles y evangelistas entre los que se incluye elAutorretrato como San Pablo y este San Mateo que contemplamos. Siguiendo la tradición naturalistainiciada por Caravaggio y continuada por Ribera, Rembrandt representa a los santos como figuras reales, identificándose en este caso el ángel con su hijo Titus. Esta es la razón por la que la escena parece más terrenal. San Mateo se presenta como un hombre de edad avanzada, con barbas blancas, muy semejante a las figuras que el maestro realizaba durante su periodo de Leiden como Jeremías lamenta la destrucción de Jerusalén. La diferencia la encontramos en la forma de trabajar ya que Rembrandt aplica el color a base de pinceladas sueltas, casi manchas, obteniendo una sensación atmosférica inspirada enTiziano. Gracias a la iluminación dorada podemos observar la mirada y el gesto del evangelista, así como sus manos que escriben por inspiración divina a través del ángel que le susurra al oído. Detrás de las figuras, la oscuridad, la sombra. El Apóstol Simón y el Apóstol Bartolomé posiblemente formaran parte de esta serie.










Rembrandt. Rembrandt Harmenszoon Van Rijn

Galería de obras
Retrato de Rembrandt. Rembrandt Harmenszoon Van Rijn
Nacionalidad: Holanda
Leiden 1606 - Amsterdam 1669
Pintor
Barroco Centroeuropeo


Obras: 190
Rembrandt Harmenszoon van Rijn, pintor barroco holandés, nace en Leiden el 15 de julio de 1606. Era hijo de un molinero perteneciente a la clase media holandesa, por lo que pudo asistir a la Escuela Latina y en 1620 matricularse en la Universidad de Leiden, aunque desconocemos en qué materias. En 1621 abandona los estudios universitarios e inicia su aprendizaje artístico en su ciudad natal con un oscuro pintor llamado Jacob van Swanenburgh, en cuyo taller estuvo tres años. Entre 1624 y 1625 continuó su aprendizaje en Amsterdam, esta vez en el taller de un pintor de mayor relieve, Pieter Lastman, de quien toma la influencia de Caravaggio y Elsheimer. Posiblemente también frecuentaba otro taller, el de Jacob Pynas, de estilo italianizante. En 1625 le encontramos de nuevo en Leiden, donde abre taller con Jan Lievens, a quien había conocido en el estudio de Lastman. De estos años es su primera obra conocida, la Lapidación de San Esteban, en donde se aprecia claramente la influencia caravaggista. En 1628 su fama es ya considerable y tiene discípulos a su cargo, destacando Gerrit Dou. Al morir su padre en 1630, Rembrandt abandona Leiden y se instala en Amsterdam, asociándose con un marchante de obras de arte llamado Hendrick van Uylemburgh, quien le proporciona interesantes encargos, sobre todo retratos en los que el pintor pone toda su atención, captando el alma del retratado y los preciosistas detalles de los vestidos, aumentando así su fama y su fortuna. En 1632 realiza una de sus obras más famosas, La lección de anatomía del doctor Tulp, que tuvo enorme éxito. Su situación económica es muy próspera y lo será aun más al contraer matrimonio en 1634 con Saskia van Uylemburgh, sobrina de su socio y poseedora de una excelente dote. Saskia se convertirá en el primer baluarte de la vida del pintor y en la protagonista de múltiples obras como el Autorretrato con Saskia o Saskia con sombrero. La década de 1630 será de notable éxito para el pintor, con obras de temática religiosa como El sacrificio de Isaac o El banquete nupcial de Sansón, excelentes paisajes o magníficos autorretratos. Sin embargo, 1642 no será de buen recuerdo para Rembrandt ya que muere Saskia - algunos meses después de dar a luz al único hijo que les sobrevive, Titus - y su cuadro La ronda de noche recibe una gélida acogida por parte de la crítica. A partir de ese momento, la ordenada y exitosa vida de Rembrandt sufre duros embates tanto económicos - llegando a la quiebra total en 1656 - como amorosos y sociales con los pleitos con Geertje Dircks, niñera de su hijo Titus, que le acusó de haberle hecho promesa matrimonial, o las acusaciones de vivir en concubinato con su sirvienta Heindrickje Stofeels, muchacha que se convertirá en el sustento de los años finales del artista y en modelo de múltiples obras como Hendrickje en el lecho. A pesar de estos lamentables episodios, el arte de Rembrandt avanza, abandona la exuberancia barroca pero se enriquece con un colorido vibrante y un enorme interés por el detalle, creando nuevas iconografías adecuadas a la mentalidad protestante como La cena de Emaús o Cristo y la adúltera. Los encargos vuelven a aparecer en la década de 1660, destacando La lección de anatomía del doctor DeymanLos síndicos del gremio de los pañeros o La novia judía. En todos ellos encontramos esa "manera áspera" que caracteriza sus últimas décadas, en la que la pincelada larga, empastada, será la principal protagonista, sin menospreciar el papel de la luz dorada, con la que consigue crear efectos atmosféricos de calidad insuperable, tomando como referencias a la Escuela veneciana y Tiziano. Rembrandt fallece en Amsterdam el 4 de octubre de 1669 a la edad de 63 años, siendo uno de los más innovadores y excepcionales artistas de todos los tiempos.