martes, 15 de febrero de 2011

JULES CHERET

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JULES CHERET
Julio Chéret (31 de mayo, 183623 de septiembre, 1932) era a Francés pintor y lithographer quién se convirtió un amo arte del cartel. A menudo llamó padre del cartel moderno


Por fin en los años centrales al s. XIX, aparece una figura considerada como el padre del Cartel moderno. Se trata del artista francés JULES CHERET (1836-1933).
Hijo de un tipógrafo, que se formó en talleres litográficos en París y Londres, cuidad ésta en que comienza a diseñar diversas portadas para libros, catálogos, carteles… conoce a un fabricante francés de perfumes de la marca “Rimmel” y éste le encargaría trabajos publicitarios además de ofrecerle ayuda para crear un estudio equipado con la maquinaria más moderna conocida hasta esa época...
­­La enorme producción, abarcará todo el último tercio del s. XIX, decisivo para que los franceses aceptaran la presencia del cartel callejero, hecho muy poco frecuente en esta época, comenzando a invadir las calles de París. Cheret, que era un gran artista además de pintor, aprende a ser un impresor, creando su primer cartel a un solo color publicitando una pieza teatral: “La biche au bois” que interpreta a una joven de veintidós años llamada Sara Bernardt. En 1958, realizará su primer diseño litográfico en color “Orfhée aux Enfers”. De 1869 a 1888, trabajará en tricromías, posteriormente usará de cuatro a cinco colores en sus composiciones.
Teatros, periódicos, museos… solicitan la obra de Cheret, todos quieren un cartel que inunde las calles de París con el trabajo de este artista, identificado sobre todo por los trabajos realizados en “Music-Hall” y diversos cabarets de la ciudad en la “Belle Epoca”.
En 1889, con largos trabajos a sus espaldas este artista en condecorado con la Legión de Honor al haber generado un nuevo método para el arte, a través de la aplicación de técnicas comerciales.
Una de las grandes causas del gran éxito de CHERET es la presencia constante de la mujer en sus carteles publicitarios, siempre atractiva e insinuante, que invitaba a la posesión del producto anunciado como si ello conllevara el derecho de poseerla a ella también.

En 1891 ha conseguido producir alrededor de 100 carteles editados, lo que supuso una producción casi industrial. Pareciendo la calidad de sus­ carteles habían bajado el nivel artístico, Cheret, abandonará el terreno comercial para dedicarse a la pintura, óleo y pastel sobre todo...­
Realmente, los carteles de Cheret no solo son obras del arte publicitario sino que están consideradas actualmente como obras de arte. Incluso el propio Cheret no consideraba sus carteles como grandes aciertos publicitarios pero sí estaba de acuerdo en que sus obras eran grandes murales en los que había encontrado un lugar de exposición más vivo que el interior de un edificio: La calle.­
Las Cherette”. Con estas influencias, el anuncio francés tomará un tinte erótico imitado posteriormente por otros países que lo hace distinguirse del inglés, mucho más serio.

En general, los carteles de Cheret son desde el punto de vista compositivo, muy simples, además de plano por los colores elegidos. Resulta muy audaz el hecho de haber situado a la mujer en un primer plano con un protagonismo que hasta ahora no se había hecho. Todas sus composiciones están bajo la unidad estilística del siglo. En el cartel que podemos observar en la zona superior existe una asimetría (al igual que en todas las obras) creando un centro de mira que es la mujer.
Es un precursor de la publicidad moderna pues la señora protagonista se presenta engalanada, como principal gancho para que el hombre comprase el producto. El personaje del hombre siempre aparecerá en un segundo plano claro está, para que éste compre el producto atraído de antemano por la figura femenina.
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miércoles, 2 de febrero de 2011

PIETRO PERUGINO

SIBILLA
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Pietro di Cristoforo Vanucci llamado El Perugino (Città della Pieve, h. 1448-Fontignano, febrero o marzo de 1523) fue un pintor cuatrocentista italiano, en transición hacia el Alto Renacimiento. El apodo de Il Perugino («el Perusino») proviene de su natal Perugia (en español, Perusa. Sus dos influencias fundamentales fueron Piero della Francesca y el Verrocchio, aunque filtrados por los modos suaves de la pintura umbra, de cuya escuela fue líder. Fue titular de dos activísimos talleres contemporáneos, uno en Florencia y otro en Perugia. Su fama se vio oscurecida por la de su alumno más prestigioso, Rafael.


Nació con el nombre de Pietro Vannucci en Città della Pieve, Umbría, hijo de Cristoforo Vannucci. Contrariamente a lo que afirma Vasari, la familia Vannucci era una de las más importantes y ricas del Castel della Pieve. La fecha de nacimiento es desconocida y, a través de las menciones que hacen Vasari y Giovanni Santi de la edad de su muerte, se hace oscilar entre el 1445 y el 1452.[1] No se conoce ninguna producción juvenil en su ciudad de origen. Su formación, después de un primer contacto con la realidad artística perusina, procede, según lo que escribe Giorgio Vasari, con el estudio de las grandes obras de Piero della Francesca como el Políptico de San Antonio (1459-1468) que estaban diseminadas en Umbría, las Marcas y la Toscana, asumiendo su luz y monumentalidad características, integrando la arquitectura rigurosa y los personajes.[1] De Piero della Francesca tomó Vannucci la armonía entre la superficie y el volumen del cuadro. Perugia era en aquella época una vital ciudad artística, en donde trabajaron, además de Piero, Domenico Veneziano, Beato Angelico y Benozzo Gozzoli. Con estos ejemplos los pintores locales, entre los cuales destacaba Benedetto Bonfigli, desarrollaron una pintura luminosa y ornamentada, con una narración fluída.

Las primeras experiencias artísticas umbras de Pietro Vannucci se apoyan probablemente en talleres locales como las de Bartolomeo Caporali y Fiorenzo di Lorenzo, y el entorno del taller del mencionado Benedetto Bonfligli.
Pietro tuvo una primera estancia en Florencia cuya fecha no está fijada con seguridad; algunos lo sitúan en el año 1470, otros retrasan la fecha hasta el año 1479. Un documento lo sitúa de regreso a Città della Pieve para pagar la tasa de vino tras la muerte del padre. Pronto debió regresar a Florencia, donde, según el testimonio de Vasari, trabajó en el centro más importante de formación de jóvenes talentos existente entonces, el taller de Andrea Verrocchio, donde se practicaba la pintura, la escultura y la orfebrería. Allí trabajó codo con codo con jóvenes talentos como los de Leonardo da Vinci, Domenico Ghirlandaio, Lorenzo di Credi, Filippino Lippi y, sobre todo el poco más que coetáneo Botticelli, que el Anónimo Magliabechiano (hacia 1540) citó, quizá con demasiado énfasis, como directo maestro de Perugino. La formación artística en Florencia se basaba entonces sobre todo en la práctica del dibujo del natural, considerado una actividad fundamental de cualquier práctica artística, lo que llevaba a profundos estudios anatómicos, a menudo con el estudio directo de cadáveres diseccionados. Por la asidua atención a los aspectos gráficos, la escuela florentina de la época estaba muy atenta a la línea de los contornos, que venía ligeramente marcada, como en las obras de los hermanos Pollaiolo o del mismo Verrocchio. Allí el joven pintor se familiarizó con los nuevos planteamientos sobre el tratamiento del cuerpo y el espacio; Verrocchio le aportó naturalismo y los modos lineales.
Para el año 1472 había concluido su aprendizaje, que en los estatutos de las artes de la época estaba fijado en no menos de nueve años, por lo que el Perugino se inscribió en la Compagnia di San Luca en Florencia con el título de «dipintore», por lo tanto ya podía trabajar de manera autónoma. Primeras obras

El Perugino fue uno de los primeros que utilizó en Italia la pintura al óleo. La primera actividad del Perugino se ha reconstruido sólo a base de comparaciones estilísticas. Se consideran como primeras obras aquéllas en las que es más fuerte la búsqueda de expresión a través del dibujo lineal, de clara ascendencia florentina, mientras poco a poco se van situando en años posteriores aquellas obras donde se comienza a manifestar una transición hacia el estilo «moderno», basado en una mayor pureza formal, con atención a la armonía compositiva y un uso más mórbido y difuminado de los colores, que se afirmó después en la Roma de Julio II y de León X. Es de hecho a Perugino a quien se atribuye este logro, recogido y desarrollado por los grandes maestros posteriores que vivieron a caballo entre los siglos XV y XVI.
Una primerísima obra es la Virgen con Niño (Madonna Gambier Parry) del Courtauld Institute of Art de Londres, donde se evidencia las influencias de su primera producción: importación frontal y atenta al volumen derivada de Piero della Francesca, simplicidad de la decoración, claroscuro neto al estilo de Verrocchio; la técnica y la tipología del rostro de la Virgen se demuestra una influencia flamenca, mientras se encuentran ya los elementos que se convertirían en típicos de su arte, como el ritmo con cadencia de la pose y los gestos y el sentido melancólico que invade todo el cuadro.

Autorretrato de Pietro Perugino.
PERUGINO, Pietro Fortitude_and_Temperance_with_Six_Antique_Heroes







texto completo aqui
http://es.wikipedia.org/wiki/Pietro_Perugino